Internacional
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El Pent�gono planific� la guerra econ�mica y militar
Guerras de nunca acabar y
modelos para arrasar pa�ses
Antonio Maira
Colectivo C�diz Rebelde
Los Estados Unidos han perdido la "iniciativa pol�tica" en Iraq. La prueba m�s
clara de ello es la utilizaci�n sistem�tica y masiva del ej�rcito de ocupaci�n
en grandes operaciones de castigo sobre las principales ciudades �incluida
Bagdad-. En las �ltimas semanas tales operaciones, dirigidas directamente contra
la poblaci�n civil, se han extendido a gran parte del territorio.
La "iniciativa militar" de la que suelen alardear p�blicamente los generales
pentagonales se ha convertido en la utilizaci�n despiadada y desesperada del
poder militar para evitar o retrasar la evidencia de una derrota gradual, o para
no verse obligados al peor escenario posible: una retirada bajo acoso enemigo.
Guerra de nunca acabar
Adem�s de las cuestiones estrat�gicas, el ej�rcito de ocupaci�n est�
ejerciendo tambi�n como componente electoral, reforzando la campa�a psicol�gica
y patri�tica de Bush con un alarde de fuerza. Las grandes operaciones de
bombardeo sobre barriadas populares en Faluya o Bagdad, tratadas como "nidos de
terroristas", mantienen ese conjunto dosificado de miedo, racismo y patriotismo
de ca��n con el que se alimenta a la opini�n p�blica en Estados Unidos, y que
resulta tan favorable para la "reelecci�n" del actual presidente. En Iraq, sin
embargo, generalizan la c�lera de la poblaci�n, alimentan la resistencia y van
aumentando la tensi�n para una insurrecci�n generalizada.
Aunque la agenda electoral de Bush domina y refuerza la manipulaci�n medi�tica
del desastre, parece evidente que el ajuste de las maniobras pol�ticas
relacionadas con la ocupaci�n y la guerra a los tiempos y exigencias de la
campa�a presidencial ha acelerado el fracaso militar(1) .
Las pretensiones de simular un "proceso electoral" en Iraq bajo un despliegue
colosal de botas militares, encarcelamientos masivos y operaciones policiales,
ha pasado a engrosar el ya largo historial de proyectos fracasados durante la
relativamente corta ocupaci�n de Iraq. Rumsfeld habla ya de elecciones limitadas
en cuanto al territorio y Powell de elecciones "troceadas" y distribuidas en el
tiempo.
Espacio y tiempo indefinidos para unas elecciones realmente "mod�licas" que
ser�n postergadas y sustituidas por un nuevo ciclo democratizador que se
resolver� tambi�n, como los anteriores, en actos a puerta cerrada realizados
dentro de la fortificada Zona Verde.
El retorno a la guerra seg�n los patrones preferidos por los estrategas
pentagonales: acantonamiento de tropas en escenarios fortificados o situados
fuera del alcance del enemigo, y utilizaci�n masiva del arma a�rea y de los
blindados, es manifestaci�n de un fracaso pol�tico y militar pero tambi�n un
anuncio de intenciones: cuatro a�os de margen para el desarrollo de una guerra
total si Bush gana las elecciones en noviembre.
El primer reconocimiento internacional de la insurgencia
El reconocimiento temprano de la posibilidad de una "derrota estrat�gica"
fue realizado, a rega�adientes y para pedir fondos para la guerra, por Straw a
principios de septiembre de 2003(2).
El reconocimiento internacional de la resistencia armada "realmente existente",
con sus armas y bagajes -y no la resistencia pasiva que quisieron cooptar
Negroponte y su vocero Alaui para reforzar su "sociedad civil" y las huestes
coloniales- ha venido del ministro de exteriores franc�s, Michel Barnier.
El desastre en Iraq es de una magnitud tal que el diplom�tico franc�s, adem�s de
situar a los insurgentes �las "personas y grupos que actualmente practican la
resistencia armada"- en el centro de la Conferencia internacional deseable que
se convertir�a as� en una mesa de negociaciones, ha insistido en la necesidad de
colocar en el orden del d�a la "retirada de las fuerzas norteamericanas". Es el
reconocimiento informal de una insurgencia organizada y aporta dos ideas �muy
matizadas e insuficientes- que empiezan a insinuar el �nico camino posible para
iniciar la finalizaci�n del r�gimen colonial y la recuperaci�n de la soberan�a
iraqu�.
La imposibilidad de llevar a cabo el b�rbaro proyecto colonial de los Estados
Unidos que part�a de la destrucci�n total del patrimonio p�blico iraqu� y de la
organizaci�n estatal, para asegurar la instauraci�n de un "modelo neoliberal
perfecto" por v�a militar, y de una administraci�n colonial que garantizase la
apropiaci�n del petr�leo y la instalaci�n de los ej�rcitos imperiales en Oriente
Pr�ximo, ha sido bloqueado por la resistencia del pueblo iraqu�. Esa resistencia
�y no el terrible sufrimiento al que el embargo, los bombardeos y la ocupaci�n,
han sometido al pueblo iraqu�- es la "necesidad" que se est� convirti�ndose en
"virtud" en las declaraciones del ministro de exteriores de Francia.
La operaci�n colonial
La operaci�n de creaci�n de una peque�a "sociedad civil" a la medida de la
ocupaci�n colonial y de asegurarla militar y policialmente est� resultando un
fracaso.
En el plazo muy corto, de poco m�s de un a�o, el incendio iraqu� ha ido
liquidando los sucesivos proyectos con los que los Estados Unidos han intentado
organizar una ocupaci�n "ordenada" y "rentable" en Iraq.
Primero fue el fracaso estrepitoso del "experto en terrorismo" Paul Bremer, que
pretendi� reconstruir sobre los escombros -partiendo de "cero
administraci�n estatal", "cero econom�a p�blica"- sobre un pa�s literal y
sistem�ticamente arrasado. Era el proyecto neoliberal perfecto que inclu�a la
transferencia progresiva de la "seguridad" a los "contratistas civiles"
financiados por las grandes empresas norteamericanas. Los emigrados iraqu�es que
hab�an trabajado para la CIA constitu�an la representaci�n perfecta, ante la
Autoridad Provisional de la Coalici�n, de un pueblo que s�lo aparec�a como
masiva y difusa mano de obra barata y desprotegida en el proyecto de
colonizaci�n al servicio de las grandes empresas multinacionales. No en vano el
gran documento estrat�gico y doctrinal �La Nueva Estrategia de Seguridad
Nacional de los Estados Unidos- define el libre comercio como "principio moral"
y el mercado como el elemento en el que se estructura la Libertad.
Despu�s del naufragio de los intentos de normalizaci�n colonial de Paul Bremer,
cuya base inicial de sustentaci�n era la convicci�n y la confianza en la
absoluta derrota y abatimiento del pueblo iraqu�, se estableci� un nuevo
programa de "transmisi�n de soberan�a y transici�n democr�tica". Se encomend� a
la pareja Negroponte-Alawi.
Se trataba de crear un aparato paramilitar y policial iraqu�, bajo mando supremo
del nuevo embajador Negroponte, para reducir r�pidamente el enorme esfuerzo
militar a que hab�a conducido un a�o de "receta Bremer", aliviando as� los
enormes costes de la guerra y su progresivo impacto en el electorado de los
Estados Unidos. Paralelamente se articular�a una maniobra propagand�stica en
torno a una supuesta "devoluci�n de la soberan�a" y al inicio de un "proceso de
democratizaci�n" del pa�s.
El "proyecto" ven�a perfectamente definido en el historial de los personajes
elegidos para garantizar el �xito de esta operaci�n altamente especializada.
Negroponte �lo ha olvidado deliberadamente la totalidad de Falsimedia- fue el
organizador, desde la distante y discreta embajada de Honduras, de una de las
guerras sucias m�s salvajes, la de la "Contra" en Nicaragua, de las que asolaron
Am�rica Latina en las d�cadas del 70 al 80 del siglo pasado. Ayad Alawi,
presidente del Acuerdo Nacional Iraqu�, un peque�o grupo en el exilio manejado
por Washington, ha sido miembro de los servicios de seguridad iraqu�es y
exiliado pol�tico bajo cien banderas (las m�s importantes el M16 brit�nico y la
CIA).
Las �ltimas etapas del definitivo proyecto de democratizaci�n �respaldado con
presiones y a rega�adientes por la vac�a resoluci�n 1546 del Consejo de
Seguridad de la ONU- despu�s de la teatral "transmisi�n de soberan�a", se han
ido volatizando. En el m�s absoluto desorden se reuni� una asamblea de notables
(el consejo de los 1000) que a su vez design�, en un caos total, a un extra�o
ente(100 miembros), pseudolegislativo, de control impreciso, y con funciones
electorales absolutamente indefinidas Ambos entes han desaparecido instantes
antes o despu�s del parto -nadie parece saberlo con seguridad- entre los
escombros y los bombazos de una guerra extendida ya a todo el territorio.
El papel de la insurgencia ante el proyecto de destrucci�n "creadora"
La insurgencia ha arruinado los sucesivos planes de los Estados Unidos y ha
arrinconado a la administraci�n colonial. El ej�rcito de ocupaci�n se ha visto
obligado a abandonar o a limitar al m�nimo el control efectivo de una gran parte
del territorio. La creaci�n de unidades auxiliares iraqu�es ha sido tambi�n
imposible por la acci�n de la resistencia que las ha infiltrado, neutralizado,
atacado e incluso disuelto.
Los Estados Unidos, que aplicaron sistem�ticamente una estrategia de destrucci�n
de los equipamientos, de la econom�a p�blica iraqu�, y del aparato
administrativo, ha ca�do en su propia trampa.
La resistencia iraqu� ha hecho imposible la explotaci�n de los recursos del
pa�s, especialmente el petr�leo. Tambi�n ha hecho imposible el establecimiento
de una administraci�n colonial abierta o encubierta.
Finalmente, los Estados Unidos, que han sido incapaces de "elegir" a un peque�o
consejo legislativo manipulando un cuerpo electoral de mil personas elegidas a
dedo, acabar� renunciando a la parodia electoral o la convertir� en una
escandalosa farsa.
Entre tanto, los �rganos de Falsimedia en Estados Unidos siguen entonando
c�nticos patri�ticos sobre la seguridad del pa�s y la guerra mundial
antiterrorista. De las Armas de Destrucci�n Masiva y el apoyo de Sadam Hussein a
Al Qaeda, han pasado a la ca�da del tirano, a la democratizaci�n de Iraq y a la
lucha en el actual escenario de agresi�n terrorista a los Estados Unidos.
En Europa han ido adaptando su discurso a los sucesivos proyectos
"democratizadores" de los Estados Unidos. Ahora, vigilan atentamente la marcha
de la guerra y calculan como la enfrentar�n Bush y Kerry, los dos representantes
de la �lite del Imperio.
Los m�s "progresistas" se escudan en la necesidad de preservar a Iraq del caos y
de la guerra civil para seguir justificando la ocupaci�n. Con ello proporcionan
otro instrumento m�s para las guerras imperiales en el futuro.
Un fen�meno a estudiar con atenci�n es el efecto sobre la guerra de Iraq de una
coyuntura en el fondo tan artificial como las elecciones presidenciales en los
Estados Unidos.
Declaraciones citadas en La Jornada el 7 septiembre del 2003: "necesitamos m�s
tropas para evitar un fracaso estrat�gico en Iraq".