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Internacional

23 de enero del 2004

Votos amañados y gobiernos títeres
¿Y si les sale el tiro por la culata en la elección iraquí?

Dave Lindorff
CounterPunch
Traducido para Rebelión por Germán Leyens

Al ver como Iowa acaba de demostrar dramáticamente lo imprevisible del proceso democrático, se comienza a comprender la motivación de todos esos manifestantes chiíes en Irak.

Ven como Bush y su virrey, L. Paul Bremer, y sus funcionarios colaboracionistas elegidos con especial cuidado para la autoridad provisional, tratan de amañar la demostración de "soberanía" del próximo verano realizando elecciones a voto abierto en 'caucus' [asambleas por sectores], y exigen que tenga lugar una elección por sufragio universal..

Por cierto, si hubiera en Irak una verdadera elección sobre la base del principio de una persona-un voto, es probable que el resultado sea un gobierno que exigiría el pronto, inmediato, retiro de EE.UU., con lo que les pertenece.

Por eso Bremer va y viene entre su palacio de Bagdad y Washington, e invita a la ONU, en un intento de lograr algún tipo de arreglo para elegir de alguna manera un gobierno, siempre que acepte de antemano que no ordenará que se vaya EE.UU.

¡Linda "soberanía!

Revisé mi diccionario, y la definición del término soberanía que encontré fue "poder supremo e irrestricto". Es una descripción bastante inequívoca.

Evidentemente, si tienen un gobierno, pero no puede decirle a un ejército de ocupación que se vaya al diablo, no es un gobierno soberano.

Aunque los medios corporativos siguen contentos con la repetición ciega del término soberanía por la Casa Blanca, es harto difícil evitar la definición de la palabra, y se convierte en un chiste que el llamado "traspaso de la soberanía" en Irak esté planificado por Washington para junio o julio de este año. En realidad, contemplando la futura administración de Irak, viene más rápido en mente la expresión "gobierno títere". Mi diccionario lo define como "un estado que parece independiente pero que es controlado por otro".

En Hong Kong, por lo menos, cuando hablaron de traspaso de la soberanía en 1997, los británicos y los chinos no se anduvieron con juegos. Todo el mundo sabía que hablaban de traspasar la soberanía de Hong Kong de los británicos a los chinos, no un traspaso de soberanía al pueblo de Hong Kong.

En las circunstancias actuales, de lo que hablamos es de un traspaso de soberanía en Irak de EE.UU. a... EE.UU.

No es sorprendente que decenas de miles de personas enfurecidas marchen por las calles de Bagdad y otras ciudades iraquíes exigiendo una verdadera elección.

Lo que tienen que recordar, sin embargo, es que aquí, en el País de los Libres, tenemos un presidente, que tiene todos los motivos del mundo para temer un proceso semejante, no sólo en Irak, sino también en EE.UU.

Bush sabe que el tampoco sería presidente si la elección presidencial de EE.UU. en 2000 hubiera sido realizada siguiendo las reglas del sufragio universal. Perdió la elección popular por medio millón de votos.

No sorprende que prefiera un sistema amañado en Irak.

Mientras tanto, ¡cuidado con la repercusión del fraude electoral imperialista de EE.UU. en el exterior!

Los mismos que se esfuerzan por limitar, restringir y manipular un posible desarrollo democrático en Irak, como está ocurriendo, tratan también de hacer lo mismo en su propia casa.

Mientras los demócratas se afanan en los juegos previos de la democracia en las primarias, el gigantesco aparato electoral de Bush trabaja duro tramando el verdadero juego que será puesto en escena en noviembre próximo.

Las manipulaciones de los distritos electorales en estados clave como Pensilvania y Texas, asegurarán virtualmente que el próximo congreso sea republicano, sea cual sea el presidente. De ahí el esfuerzo por colocar a tantos conservadores como sea posible en los escaños federales y estatales. Y de ahí el impulso para que todos los estados adopten la votación electrónica, que significará que se utilizarán ordenadores hechos por compañías que pertenecen y son operadas por partidarios de la campaña republicana, que son demostrablemente fáciles de haquear y manipular, y que no dejan pruebas sobre el papel.

Los estadounidenses, y el candidato presidencial demócrata, quienquiera sea cuando llegue el mes de julio, debieran observar cuidadosamente Irak en la primavera y a principios del verano. Podría resultar un simulacro para la elección de noviembre aquí en EE.UU. Hay que estar alerta ante la posibilidad de masivo fraude, gracias a cosas como las máquinas de votar de Diebold Corp, y la misteriosa desaparición de la mayoría del electorado chií de las listas electorales A propósito, ¿cómo se llama una democracia en la que el pueblo ya no posee soberanía?

Mi diccionario sugiere la palabra dictadura: "Un sistema de gobierno en el que el gobernante no está limitado por una constitución o las leyes".

19 de enero de 2004