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Internacional

 

Relevancias e irrelevancias


Antonio Maira
Cádiz Rebelde

Lo "relevante" como criterio de poder –y derivadamente de razón- ha sido puesto de moda por el presidente George W. Bush. Claro que este aporte al pensamiento universal no es más que una expresión dura del "pragmatismo" con el que en otras épocas trataba de orientarse a los más díscolos. En aquellas recomendaciones a "lo posible" o a lo "inevitable" se suponía que las concesiones al realismo o a la prudencia no conllevaban una deserción total de los propios planteamientos políticos.
La actual acepción bushiana es mucho más radical. Las recomendaciones del presidente de los EEUU y de su equipo tienen siempre un carácter mafioso. Lo que no conviene al poder es, más que rechazable, inexistente. Como tal no tiene relevancia alguna, trátese de leyes, constituciones, tratados internacionales, organizaciones supranacionales, garantías judiciales, respeto a la soberanía de los estados, opiniones, teorías sociales o derechos humanos.
También es irrelevante la muerte de cientos o de decenas de miles de personas en las guerras imperiales, o de millones de personas en las paces globalizadas que extienden la libertad por el mundo. Cuando Bush acusa de "irrelevancia" -con esa mezcla tan suya de desprecio, de astucia y de cinismo- suele recordar inmediatamente la fuerza, económica, política o militar del Imperio.
"Cada propuesta irrelevante –parece decir Bush a sus interlocutores- te aproxima un poco más al lugar en donde caen las bombas".


Discurso de pocas palabras
El concepto fue lanzado al limitadísimo recinto de las ideas y palabras básicas de la administración estadounidense, durante la feroz, arrolladora e inescrupulosa preparación de la guerra contra Irak. Allí estaban ya, o llegaron después, otros conceptos tan básicos y tan simples que no requerían más explicaciones
: "guerra mundial antiterrorista", "guerra infinita", "combatientes enemigos" de Guantánamo, "daños colaterales", "presiones físicas aceptables en los interrogatorios de prisioneros".
El aprendizaje del concepto fue una sucesión de desmanes:
"Si la ONU no coloca sobre la mesa el peligro de Irak", "si la ONU no aprueba la resolución 1.441", "si no exige el retorno de los inspectores respaldados por la amenaza militar y con un mandato ilimitado", "si no asume el incumplimiento por Irak de anteriores resoluciones", "si no les niega la palabra a los inspectores enviados anteriormente o se manifiesta sorda y ciega a la exposición oral y escrita del resultado de sus inspecciones", "si no rompe de una vez la baraja y apoya y legitima la guerra", "si no autoriza a los países de la coalición ocupante a administrar las riquezas y cambiar radicalmente la estructura económica del país", "si no acepta legitimar la Conferencia de Donantes", "si no respalda el programa para la democratización de Irak y la devolución de la soberanía"... la ONU es irrelevante.
La relevancia –es decir, la existencia con consecuencias, la existencia plena, es una relación de ajuste a la voluntad de los EEUU. La comunidad internacional es el nuevo Imperio que ha proclamó Bush ante sus centuriones.
La calificación de la relevancia de una posición política, de un país, de un gobernante, de una demanda amparada en tratados internacionales, en acuerdos multilaterales, o en criterios humanitarios, que permite discriminar entre lo aceptable y lo no aceptable para el Imperio, se ha extendido rápidamente y se ha convertido en práctica común de los niveles inferiores de la jerarquía política de Washington. Ha descendido por todos los escalones de la administración y se ha instalado también en los discursos de algunos líderes políticos de occidente.

El discurso de los "tres pilares"
El día 19 de noviembre, en Londres, en el discurso de "los tres pilares", Bush explicó al mundo cuales son los criterios de actuación de los Estados Unidos y de relevancia internacional para los aliados de Washington.
En primer lugar el multilateralismo bien entendido. "Nuestra primera elección y nuestra constante práctica, es trabajar con otros gobiernos responsables", "el éxito del multilateralismo no se mide sólo mediante adhesiones o por la pulcritud de sus procesos, sino con los resultados que consigamos para mantener seguras a nuestras naciones", "creo en las instituciones internacionales que América ayudó a crear y ayuda a liderar". Bush se remite a su concepto de la seguridad y del liderazgo. Para mayor claridad señala a la OTAN como "la más efectiva institución internacional de la historia" y afirma que la "credibilidad de las Naciones Unidas depende de su voluntad de mantener su palabra y actuar cuando es necesario" (1).
En segundo lugar "la voluntad de las naciones libres, cuando llega la hora del último resorte, de contener la agresión y el odio con la fuerza". La síntesis programática de la "guerra universal antiterrorista".
El tercer pilar de Bush es la "extensión de la democracia, la esperanza y el progreso". Irak es la expresión más clara de esa práctica liberadora.

Algunas puntualizaciones para América Latina
Luis Lauredo, funcionario de los EEUU, antiguo embajador en el foro de las sumisiones –la OEA-, presidente ejecutivo de la Cumbre de Miami sobre el ALCA(2) en la que fracasó el penúltimo intento de negociar la fase final del Acuerdo de Libre Comercio para las Américas, ha utilizado en esa Cumbre, con gran precisión, el concepto de irrelevancia. En una entrevista publicada el día 19 de noviembre(3), el bueno de Lauredo acusaba a Brasil nada menos que de "llevar las negociaciones al terreno político, algunos dirían de secuestrar políticamente la negociación, con retórica de los sesenta que ya no es relevante"(4). Más adelante, cuando el entrevistador le recuerda la existencia de manifestaciones contra el ALCA de los que opinan que "sólo servirá para profundizar la pobreza y enriquecer a las grandes corporaciones", Lauredo responde. "El mundo ya está acostumbrado a las protestas y hasta cierto punto han perdido relevancia". Finalmente, ante la posibilidad de que fracase la cumbre, el antiguo embajador en la OEA dice refiriéndose al futuro del Acuerdo de Libre Comercio : "procederemos con los que quieran compartir nuestros valores. Algunos, desde luego, han perdido el rumbo".

Notas:

(1) Por ejemplo para eliminar las armas de destrucción masiva de Irak como demandó Bush insistentemente.
(2) Antiguo embajador de EEUU en la OEA.
(3) El País. La presentación del personaje que hacía el diario español era muy significativa: "defiende el capitalismo a ultranza con la misma pasión con la que en los años sesenta enarboló las banderas radicales". Una pasión sin duda siempre bien situada según la antropología de El País: de lo radical juvenil a lo razonable de la madurez.
(4) Sin duda se refiere Lauredo a cuestiones sobre la pobreza, la desigualdad y el hambre. Carecen de relevancia para los EEUU como volvió a quedar de manifiesto en la Cumbre de Monterrey.