VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
Internacional

27 de enero del 2004

El nuevo programa de braceros es una piñata vacía, un gran regalo a los patrones
 
La propuesta migratoria de Bush es una trampa

Teresa Gutiérrez
Workers World Service  

Estas son algunas de las respuestas al anuncio del Presidente George W. Bush de la nueva política sobre inmigración.

El 7 de enero, Bush propuso lo que la prensa capitalista ha descrito como "un cambio total en las leyes de inmigración del país." Bush dijo en parte, "Hoy le pido al Congreso que se una a mi para la aprobación de nuevas leyes migratorias que reflejan [cuatro] principios que cumplen con las necesidades económicas de América y representan nuestros más altos ideales."

Los principios que él dice mantener en alto fueron: " 1)América debe controlar sus fronteras; 2) la nueva leyes migratorias deben servir a las necesidades económicas de nuestro país; 3) no deberíamos dar injustas recompensas a los inmigrantes ilegales en el proceso de ciudadanía o causar desventaja a aquellos que llegaron o esperan llegar legalmente; 4) las nuevas leyes deben proveer incentivos para que los trabajadores extranjeros temporales regresen permanentemente a sus países de origen después de que el período permitido para trabajar en los Estados Unidos haya expirado."

El anuncio de Bush fue denunciado poco después. Activistas laborales, inmigrantes y sus representantes condenaron inmediatamente la política como una anti inmigrante y pro patrón.

Durante semanas los representantes de los inmigrantes, varias organizaciones latinas y algunos miembros del Congreso habían estado esperando ansiosamente por conocer la posición de Bush sobre inmigración.

El anuncio de Bush era importante para una reunión que tendría lugar esta semana en México con el Presidente mexicano, Vicente Fox. Como otros presiden tes mexicanos previos, Fox revisa intensamente la política de inmigración. Más de la mitad de los 8 a 12 millones de trabajadores indocumentados en este país son de México.

El plan de Bush desafía descaradamente el sentimiento de los inmigrantes quienes en los últimos años se han levantado heroicamente contra décadas de explo tación diciendo: "Basta ya". Como nunca antes, desde California a Illinois y Nueva York, los inmigrantes están cambiando el rostro del movimiento laboral organizándose para defender sus intereses.

El anuncio de Bush es especialmente una bofetada a la histórica manifestación del 4 de octubre de Libertad para los Obreros Inmigrantes en Queens, N.Y. Más de 100.000 inmigrantes participaron ese día--arriesgando deportación y pérdida de salarios y empleos--para exigir derechos y dignidad. El lema principal del 4 de octubre fue la amnistía. En su plan de inmigración, Bush enfáticamente se pronunció contra esta demanda.

Bush dijo, "Yo me opongo a la amnistía, que pone a los trabajadores indocumentados en un camino automático hacia la ciudadanía." Un obrero mexicano en la ciudad de Nueva York dijo después del anuncio de Bush: "Yo he sufrido muchos años de abuso. Mi padre murió en México el año pasado y yo no pude ir al funeral. Estoy separado de mi esposa y de mis hijos. Yo gano menos que la mayoría de los otros trabajadores." "Yo me he ganado mi ciudadanía".

BRACERO VERSUS AMNISTÍA

Una de las partes más importantes de la propuesta de Bush es un programa de trabajadores temporales. Mientras que la prensa.ya ha sembrado la confusión dici endo que esto "efectivamente llega a ser un programa de amnistía". (New York Times, Enero 7), eso está muy lejos de ser verdad.

La provisión de trabajador temporal de la nueva política de Bush es como un nuevo programa de braceros. "Bracero" se refiere a una política puesta en práctica durante la Segunda Guerra Mundial hasta la década de los 60. El programa permitía a trabajadores mexicanos venir a los Estados Unidos legalmente por un tiempo determinado y para una industria específica.

El programa de braceros de la década de los 40 trajo mano de obra barata para trabajar, a merced de los patrones, en los campos de Texas y otros estados. Estuvo lleno de abusos. Los trabajadores reportaban condiciones horribles, y muy a menudo no recibían pago--y luego de servir su período casi como esclavo, se les expulsaba de los Estados Unidos.

Este tipo de abusos continúa hoy. Un representante de los inmigrantes dijo el 8 de enero que los obreros de la agricultura en los Estados Unidos a menudo reportan que los patrones solo les pagan por medio día aún cuando hayan trabajado el día completo. También se les dice que deben "donar" una semana de pago para poder regresar el próximo verano. La nueva política de la Casa Blanca solo agravará la situación.

Bush dijo el 7 de enero, "Yo propongo un nuevo programa de obreros temporales que combine a los trabajadores extranjeros que quieran trabajar, con empresarios que los necesiten cuando no se puedan encontrar americanos que llenen el puesto".

La Casa Blanca dijo que los inmigrantes podrán obtener estatus legal por tres años y volver a solicitar una vez. Deben pagar una tarifa para registrarse en el programa y sus nombres serán puestos en un banco de datos nacional.

"Este programa espera que los obreros regresen permanentemente a sus países después que su período de trabajo en los Estados Unidos haya expirado," dijo Bush.

Según reportó el diario The New York Times, "Un trabajador indocumentado y el patrón tendrán que solicitar el permiso conjuntamente, con el patrón sirviendo como garante del nuevo trabajador".

Janice Fine, investigadora del Instituto de Política Económica, escribió en el diario Boston Globe el 11 de enero que una de las razones por la cual el plan de Bush es extremadamente errado es que los patrones logran mucho poder.

Fine reportó en un estudio nacional que ella condujo y que documenta los mismos abusos que "depresivamente" suceden una y otra vez en todo el país: "Salarios no pagados, tiempo extra forzado, altas tasas de accidentes de trabajo, discriminación, hostigamiento sexual y despidos injustos. Los trabajadores que se quejan son despedidos y puestos en listas Los empresarios ignoran rutinariamente las regulaciones del gobierno, y el sistema de observación del gobierno en la mayoría de estas industrias es terriblemente inadecuado".

La investigadora continuó diciendo que un gran número de inmigrantes ni siquiera podrá adherirse al programa porque trabajan principalmente en el sector informal de la economía. Los patrones de jardineros, jor naleros, domésticos, lavadores de plato y otros más no se verán inclinados a participar.

¿Y porqué deben hacerlo cuando las ganancias son tan grandes y la fuente del trabajo es tan vulnerable? Fine también destacó que existe poco incentivo para que los trabajadores participen, dado que no hay ninguna garantía de ciudadanía.

El programa resultaría en trabajadores que se auto identifican, con la posibilidad, en cambio, que sean deportados al terminar el programa de trabajadores invitados.

POLÍTICA DE INMIGRACIÓN PARA LA CLASE CAPITALISTA

El anuncio de Bush resultó en un torbellino de versiones periodísticas que se referían a la política migratoria como una "política rota". Pero la política está lejos de ser rota. Es posible que carezca de suficientes fondos y personal, según las opiniones de varias personas..Y puede que esté ridícula e infra humanamente burocratizada.

De acuerdo a un ex abogado del Servicio de Inmigración y Naturalización, por ejem plo, desde el año 2001 Bush ha pro metido reducir los retrasos en el procesamiento de las aplicaciones de inmigración. Pero ha ocurrido todo lo contrario. El retraso ha crecido de 3,9 millones de casos hasta unos 6,2 millones durante los últimos dos años. (Wash ing ton Post del 11 de enero, 2004)

Y en un desarrollo peligroso, el nuevo Departamento de Seguridad de la Patria heredó las responsabilidades del Servicio de Inmigración y Naturalización. Esto ase gura que la inmigración se torne en una cuestión sumamente política asociada directamente con la llamada guerra contra el terrorismo.

Pero ya sea que el sistema sea eficiente o no, la política de inmigración funciona precisamente como debe--orque representa un gobierno capitalista que a su vez representa la clase dominante. Es esta clase la que últimamente establece la política sobre la inmigración, la guerra contra Irak, y todas las demás cuestiones.

Esta es la clase que no respeta ninguna frontera nacional. Es libre de andar por todo el planeta creando las clases de condiciones económicas y sociales que fuerzan a los trabajadores a venir aquí.

Bush declaró que es incorrecto que "los empresarios utilicen el mercado ilegal de trabajo". Pero no es el "mercado de trabajo" que es ilegal. La verdad es que los miles de empresarios y las corporaciones multinacionales impunes que emplean trabajadores ilegales jamás van a cerrar los talleres súper explotadores o comenzar voluntariamente a pagar un salario más alto. Esta es la base fundamental del sistema de ganancias.

El sistema capitalista--al que sólo le interesan la guerra imperialista y las ganan cias-- tiene que tener a su disposición la posibilidad de súper explotar a los inmigrantes. Hay muchas ganancias por extraer de su fuerza de trabajo.

Es por esto que la política sobre la inmigración de Bush es un regalo para los patro nes. Va a sacar a los trabajadores indocumentados de la sombra con la promesa de un estatus legal temporero, pero dejándolos en la voluntad de los patrones.

La economía de los Estados Unidos no aguantaría una sola hora sin el trabajo de los inmigrantes. ¿Quién llevaría las comidas, cortaría la grama, construiría las oficinas, pintaría las uñas, picaría la lechuga, empacaría la carne, o cuidaría a los niños?

En el 2001, el Centro Hispano Pew estimó que "la fuerza laboral no autorizada" alcanzó una suma de aproximadamente 5,3 millones de trabajadores. Esta incluyó 700.000 trabajadores de restaurantes, 250. 000 empleados domésticos, y 620.000 trabajadores de la construcción.

Claramente, el sistema capitalista depende del trabajo de los inmi gran tes. Depende de una política migratoria que crea una cantidad disponible de mano de obra barata que pueda ser manipulada fácilmente, pagada lo menos posible, y donde los trabajadores pueden ser importados o deportados como requiere la economía y a la voluntad de los patrones.

SOLUCIÓN A LA POLÍTICA DE BUSH: SOLIDARIDAD

Detrás de la política migratoria de Bush está el intento de dividir a los trabajadores. Inevitablemente esto va a resultar en un incremento del racismo, chauvinismo y la reacción contra los inmigrantes.

Sin duda se va a alentar un clima de temor entre los trabajadores nacidos en los Estados Unidos. Se va a forzar a los trabajadores a competir entre si por empleos en un momento cuando la tasa de desempleo está alta y la de subempleo es aún más alta.

Este clima va a favorecer a los patrones que contarán con este miedo para forzar la disminución de salarios. Si Bush y los patrones prevalecen los estándares de vida van a caer más para los trabajadores en este país y en el resto del mundo.

Un inmigrante contó a un periodista que él estaba indocumentado y tuvo un trabajo en construcción que pagaba $10 por hora pero lo perdió porque un inmigrante recién llegado aceptó trabajar por $8..Este inmigrante expresó ira hacia los inmigrantes recién llegados, según el artículo.

Esto es nada más un solo ejemplo que ilustra que la única solución a la política de los EE.UU. frente a la inmigración es la de organizar. La solución es librar una campaña independiente de solidaridad entre todos los trabajadores.

En vez de que los trabajadores estén confrontándose uno contra el otro-- por nacionalidad, por país de origen, por su orientación sexual, etc.-- la solución es la de organizar un movimiento multinacional para demandar un fin a la explotación una vez por todas, un movimiento que declare que no hay fronteras en la lucha obrera.

Ahora el movimiento trabajador y progresista en los Estados Unidos debe salir a las calles en cifras récord y demandar una amnistía para todos los inmigrantes. Debe demandar un incremento del salario mínimo así como empleos para todos. Protegiendo los derechos soberanos de las naciones de Latinoamérica, África, Asia y del Caribe debe ser la base para que las naciones oprimidas estén libres de la intervención imperialista y del Fondo Monetario Internacional.

Ha llegado la hora para que el movi miento laboral, de los inmigrantes y de los progresistas en los Estados Unidos conduzcan las luchas de clase profundas que produjeron las gloriosas celebraciones del Primero de Mayo y del Día Internacional de la Mujer.

Hay tremendos ejemplos de lucha en este país que podemos mirar para inspirarnos. Las latinas y los latinos en California que recientemente dirigieron un gran paro para protestar la revocación de los derechos de manejar así como la lucha de trabajadores en la industria de supermer cados luchando por el acceso al cuidado de la salud en Los Angeles son dos buenos ejemplos. Sus victorias serán una victoria para todos los trabajadores.