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Internacional

3 de enero del 2004

Gran Bretaña y EE.UU. consideraron una invasión de los países árabes en 1973

Beth Gardiner
Associated Press
Traducido para Rebelión por Germán Leyens

LONDRES - Jefes del espionaje británico advirtieron después de la guerra árabe-israelí de 1973 que Estados Unidos podría invadir Arabia Saudí, Kuwait y Abu Dhabi para apoderarse de sus campos petrolíferos, según documentos publicados el jueves.

Un informe de un comité de inteligencia británico de diciembre de 1973 señaló que EE.UU. estaba tan irritado por la anterior decisión de las naciones árabes de cortar la producción de petróleo e imponer un embargo contra Estados Unidos, que la captura de las áreas productoras de petróleo en la región fue "era una posibilidad de primer orden en las consideraciones estadounidenses".

Detalles del informe del Comité Conjunto de Inteligencia fueron publicados siguiendo las reglas que requieren que algunos documentos secretos sean hechos públicos después de 30 años. El informe sugería que el presidente de aquel entonces, Nixon, podría arriesgar una acción tan drástica si los combates árabes-israelíes se reanudaban y las naciones productoras de petróleo imponían nuevas restricciones.

El embargo y los cortes de producción de 1973, utilizados por las naciones árabes ricas en petróleo como un medio de presionar a Estados Unidos y a Europa Occidental, causaron una importante crisis global de energía y provocaron un alza astronómica de los precios del petróleo.

El comité de directores de servicios de inteligencia calculó que Estados Unidos podría garantizar suministros suficientes de petróleo para sí y para sus aliados apoderándose de los campos petrolíferos en Arabia Saudí, Kuwait y Abu Dhabi, con reservas totales de más de 28.000 millones de toneladas.

Advirtió, sin embargo, que la ocupación de EE.UU. tendría que durar por lo menos 10 años, mientras las naciones occidentales desarrollaban fuentes alternativas de energía, y que llevaría a la "alienación total" de los estados árabes y de muchos países en desarrollo, así como a "disensión interna" en Estados Unidos.

Otros archivos publicados el jueves mostraron que el primer ministro Edward Heath estaba furioso con Nixon por no haberle informado de que colocaba a las fuerzas de EE.UU. en un estado mundial de alerta durante la guerra árabe-israelí de 1973.

Heath supo de la alerta - considerada un punto álgido en las tensiones de la Guerra Fría - por informes noticiosos mientras esperaba en la Cámara de los Comunes que el Secretario de Exteriores, Alec Douglas-Home, hiciera una declaración sobre la crisis del Medio Oriente.

El puesto de escuchas de la inteligencia británica, la Central de Comunicaciones del Gobierno, había obtenido informaciones sobre la alerta, pero no informó a la oficina de Heath o al Foreign Office porque los funcionarios asumieron que Heath y Douglas-Home ya sabían al respecto, señalaban los documentos.

Nixon dijo que puso las tropas de EE.UU. en estado de "alta alerta" por algo menos de una semana, comenzando el 25 de octubre de 1973, para mostrar a la Unión Soviética que EE.UU. no le permitiría enviar fuerzas militares para ayudar a los estados árabes que combatían contra Israel.

La alerta cubría a las fuerzas de EE.UU. estacionadas en Gran Bretaña, y Heath escribió en un memorando que él pensaba que la acción de Nixon, que tuvo lugar durante el escándalo de Watergate, había sido profundamente dañina.

"Personalmente no llego a ver como alguna iniciativa, amenazante o real de la dirección soviética, podía requerir una alerta nuclear a escala mundial", escribió el primer ministro. "Tenemos que enfrentar el hecho de que la acción estadounidense ha hecho un daño inmenso, creo, tanto en este país como en todo el mundo".

1 de enero de 2004