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Europa

3 de april del 2004

Entrevista a Leonid Ivashov, vicepresidente de la Academia de Estudios Geopolíticos. Coronel General
Occidente deja a los serbios bajo el rodillo del genocidio


Pravda
Traducido del ruso para Rebelión por Josafat Sánchez Comín


Las noticias que nos están llegando en estos días desde Kosovo, alarman al mundo: en apenas unos días se han quemado tres decenas de templos ortodoxos, cerca de cuatrocientas casas serbias, varias decenas de serbios han sido asesinados, centenares de heridos, miles han huido al no confiar en la protección de las tropas de pacificación. Todo esto ocurre en los días en que se cumple el quinto aniversario del comienzo de la agresión de la OTAN contra la República de Yugoslavia. La corresponsal de "Pravda" Marina Eratova ha pedido comentar la situación actual a uno de los participantes del proceso de arreglo pacífico en los Balcanes en 1998, Leonid Grigorievich Ivashov.

- Camarada General, ¿están en disposición de controlar la situación en Kosovo, las tropas internacionales de interposición, para evitar así nuevos "progroms"?


Hoy todos aquellos que hace cinco años defendía a los albaneses: jefes militares de la OTAN, Consejo de Europa, gobernantes de una serie de países europeos, se están viendo obligados a admitir, que lo que ocurre en Kosovo no se puede llamar de otro modo que limpieza étnica, genocidio. Esto lo reconoce hasta el Sr.Johnson, almirante y responsable de las fuerzas de pacificación de la OTAN para el sur de Europa.

Las tropas internacionales de seguridad en Kosovo (KFOR) se han visto claramente superadas por los acontecimientos, mostrándose incapaces de hacerles frente. Más de 60 miembros de estas tropas han resultado heridos en el transcurso de esta carnicería. Da la impresión de que las tropas defienden únicamente el prestigio de la OTAN y no a las minorías nacionales. A fin de cuentas ellos nunca han perseguido ese objetivo, salvo en sus declaraciones.

Recordaré como se desarrollaron los acontecimientos en aquellos años. A mí como participante del proceso de regulación del conflicto en Kosovo, ya me quedó claro entonces que la OTAN, y las fuerzas que se ocultaban tras ella, buscaban cualquier excusa para entrometerse en los asuntos internos de Yugoslavia. Su objetivo era:

sustitución del régimen por uno proatlantista, división del país, aplastamiento de la fortaleza de espíritu de los serbios. Los extremistas kosovares, aparecían, en esencia, como aliados de la OTAN: la alianza "ocultaba" su armamento, los preparativos y las acciones encaminadas a destruir el estado.

- ¿Buscaban un motivo para inmiscuirse en los asuntos de un estado soberano?

Siguiendo un esquema perfectamente diseñado. En diciembre de 1998 el estado mayor ruso transmitió al responsable de la OTAN en Europa, general Clark, información detallada sobre la cantidad de armamento (cientos de miles de unidades) que poseían los extremistas albaneses, los caminos de abastecimiento de armas y munición, los emplazamientos de sus bases y las unidades de reclutamiento. Sin embargo la alianza no hizo nada para estabilizar la situación.

Más aún. En enero de 1989 W.Clark dio a entender que los servicios de información de la OTAN, eran débiles y no podían confirmar esa información. En entrevistas personales con nosotros, los generales alemanes, por ejemplo, compartían completamente la información aportada por Moscú.

-¿Y Rusia no insistió?

- La tragedia consistía en que Rusia ya le había dado la espalda a Serbia, al intentar sentarse a la vez en dos sillas: no quería enemistarse con la OTAN con la que había firmado en mayo del 97 el acta básica Rusia-OTAN. Pero estar de acuerdo en todo con el bloque atlántico no era del todo correcto. En cualquier caso, Rusia nunca demostró un apoyo claro a la victima de esta agresión en Yugoslavia.

En el Kremlin parecían no advertir las informaciones que recibían a través del Servicio de espionaje exterior y del Centro Principal de inteligencia, así como de la propia embajada rusa en Belgrado. Al tiempo que los medios de comunicación oficiales se esforzaban en difundir la imagen del Milosevic asesino de inocentes kosovares. Solo con el ruido de las primeras bombas sobre objetivos yugoslavos, bajo la presión de la opinión pública rusa, Moscú condenó al agresor. Pero no prestó ningún tipo de ayuda, como así lo exige el tratado de la ONU. Tampoco exigió el Kremlin la reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU, ni se desmarcó de las sanciones vigentes contra el país masacrado.

Los serbios combatieron valientemente, sin ánimo de entregarse. El gobierno yugoslavo y el ejército ofrecieron resistencia contra el agresor con el apoyo de su pueblo, y de la opinión pública rusa e internacional. Pero el enviado especial del presidente de la Federación Rusa, V. Chernomuirdin, contrariamente a la posición del Ministerio de Exteriores, del Ministerio de Defensa, ignorando incluso las directrices firmadas por Yeltsin, se pasó al bando de la OTAN, aceptando el documento ultimátum, preparado por la delegación americana, encabezada por S.Talbott. Cuando llegó a Belgrado entregó el ultimátum al gobierno yugoslavo, declarando que no cabía discusión alguna.

Los serbios, fieles a Rusia, se vieron obligados a aceptarlo.

La ocupación del aeródromo Slatin de Pristina por los paracaidistas rusos, devolvió a Rusia sus posiciones a nivel internacional y crearon esperanza entre la población Serbia de Kosovo. La presencia de las tropas rusas consiguió que cesasen por completo las profanaciones de templos ortodoxos, y las provocaciones contra la población local. Se prestó ayuda médica a los heridos y enfermos, ya fuesen serbios, gitanos, húngaros o albaneses pacíficos.

Pero este apoyo por desgracia no duró mucho. Los estrategas del Ministerio de Defensa y del estado Mayor consideraron la misión de las tropas rusas cumplida y los trajeron de vuelta en el 2003. Este fue el segundo acto de la traición, esta vez de parte de los generales. Aunque incluso los medios de comunicación no paraban de verter informaciones sobre la recomposición del Ejercito de liberación Albanés, y la reactivación de los albaneses nacionalistas.

Estaba claro que la transformación del ejército de liberación de Kosovo en el tan cacareado Cuerpo de defensa de Kosovo, no era otra cosa que la conservación de esas mismas formaciones armadas ilegales (albanesas), cuyo único objetivo es la expulsión definitiva de las tierras ancestrales serbias, de la población serbia que todavía se mantiene y la separación del territorio de la ya de por si dividida República de Yugoslavia. La diplomacia rusa ni siquiera sacó a discusión el debate sobre el desarme de los guerrilleros y la persecución judicial de sus líderes.

_ ¿A qué fue debido que el Estado Mayor del Ejercito propusiera al presidente la salida del contingente de pacificación ruso de Kosovo?

-Por desgracia ya hace tiempo que Rusia no tiene una política nacional y una estrategia en política exterior consecuente. Nuestros diplomáticos colaboran con el tribunal de la Haya donde juzgan a Milosevic, a los generales Oidanic, Galic y a otros defensores de su patria. La élite gobernante y funcionarios de alto rango en hombreras militares, sufren del síndrome de sometimiento ante Occidente y la OTAN. Y eso en un momento en que nuestro país está rodeado por bases de la alianza. Sus aviones controlan el espacio aéreo de los países bálticos. Sus cazas y sus radares penetran en lo más profundo de nuestro territorio. Mientras el Ministerio de Exteriores y el Estado Mayor, continúan repitiendo que no hay amenaza de Occidente. Rusia se sigue desarmando a toda marcha.

En estos días de masacre en Kosovo, el Kremlin solo ha expresado su pesar por la violación de derechos de la población serbia y ha encomendado a su ministro de Situaciones de Emergencia S. Shoigu, el que organice ayuda humanitaria. ¿Acaso es esta la estrategia política de un estado soberano, miembro del Consejo de Seguridad de NN.UU.? Más parece el servilismo de un súbdito.

La famosa resolución del Consejo de Seguridad de la ONU nº1144 obliga a Rusia a la intervención efectiva en los acontecimientos de Kosovo. Estoy seguro, que de anunciarse el envío urgente de 2 ó 3 batallones de tropas de interposición rusas, y la propuesta de las divisiones serbias de entrar en Kosovo, permitirían subvertir la situación y conservar la población serbia.

_ ¿De qué ha servido la guerra en Yugoslavia?

- E
n primer lugar, con la indulgencia de los EE.UU. ante los radicales albaneses y sus limpiezas étnicas, intentan crear en los Balcanes un enclave criminal que continuará conmocionando al viejo mundo durante varios años. Les es económicamente rentable. En segundo lugar, supone una especie de venganza con Europa por su no aceptación de la agresión contra Iraq, por el antiamericanismo que va en aumento, al tiempo que resta protagonismo al papel de la OTAN.

Desgraciadamente, Rusia con lo incomprensible de sus declaraciones no aporta nada a la solución del "problema kosovar". Aunque después de todo lo acontecido los serbios continuaban siendo el punto espiritual de apoyo de Rusia en los Balcanes. Pero ahora este apoyo puede desmoronarse por la falta de vista de una política exterior sin principios y la estrategia militar de Rusia. La desgracia de Kosovo se puede repetir en otras regiones…