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Europa

DESDE ASTURIAS, ESTADO ESPAÑOL

Ante los atentados del 11-M.

El jueves 11 de marzo se produjeron una serie de ataques directos e indiscriminados contra población civil en Madrid en los que murieron casi doscientas personas, la mayor parte de ellas trabajadoras y trabajadores, estudiantes e inmigrantes. La matanza cometida en Madrid es injustificable desde cualquier punto de vista. Queremos expresar nuestra solidaridad y nuestro dolor por las víctimas y sus familiares.

Durante estos días estamos asistiendo a un estado de confusión permanente, propiciado por el gobierno y los medios de comunicación. Hoy es necesario recordar que desde hace meses existe una amenaza explícita de Al-Qaeda de cometer atentados masivos contra aquellos países que han participado activamente en la guerra contra Iraq: Estados Unidos, Gran Bretaña y España.

En este contexto, la rotundidad del gobierno al afirmar que ETA se hallaba detrás del atentado es la primera muestra de la manipulación informativa que estamos sufriendo. Asistimos al secuestro de la información a través de diferentes métodos: la presentación de datos que luego se revelan como falsos, el ocultamiento de otros y la dosificación de la información de manera funcional a los intereses del gobierno. Se ha llegado a calificar de "miserables" a quienes se han atrevido a dudar de que la autoría del atentado se debía a ETA.

El atentado del 11-M no se puede aislar de la política del gobierno español tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. El Estado Español está desde 1986 en la estructura militar de la OTAN, parte de cuya infraestructura está situada en el territorio español. En las bases españolas de la OTAN han aterrizado muchos de los bombarderos que han masacrado al pueblo iraquí. El PSOE ya fue cómplice de la Guerra del Golfo de 1991; tras ésta comenzó un embargo que le costó un millón de vidas al pueblo iraquí. Bajo el gobierno de Aznar, la unidad de acción con Estados Unidos se ha reforzado con el apoyo a la guerra de Afganistán y la plena participación en la guerra contra Iraq. En el interior del Estado, la inmensa mayoría de la población sufre la precariedad generalizada, el cierre de fronteras y la criminalización de todas aquellas voces que no se suman a la cruzada nacionalista y belicista del PP.

La violencia que contienen estas lógicas sociales, expresión de la globalización capitalista, tiene mucho que ver con los múltiples atentados que se han vivido en todo el mundo desde el 11 de septiembre de 2001. Además, no puede olvidarse que a quienes se califica ahora de terroristas fueron en su momento aplaudidos, armados y adiestrados por Estados Unidos y sus servicios secretos. El protagonismo de Estados Unidos en la extensión de la globalización a escala mundial no debe hacer olvidar que la construcción de Unión Europea está presidida por esta misma lógica.

Es sorprendente que los principales partidos de la oposición se sumasen inmediatamente a la versión del gobierno, aceptando sus hipótesis sobre la autoría del atentado sin tomar distancias con respecto a ellas. Cuando han ido apareciendo datos que contradecían la versión inicial del gobierno, el resto de partidos mayoritarios se ha limitado a denunciar que el gobierno no hiciese pública toda la información de la que disponía; ninguno se ha atrevido a contextualizar estos atentados y pedir responsabilidades.

Estos atentados han servido y servirán como coartada para un recorte de libertades sin precedentes, que afecta a toda la población, especialmente a aquella de origen extranjero. En ese contexto, las medidas del gobierno de regularización de los afectados por los atentados y la concesión de la nacionalidad española a las víctimas y a sus familiares directos son un acto de hipocresía; contrastan con el cierre de fronteras y el endurecimiento de la Ley de Extranjería -aprobada por el PP y el PSOE- que promueve la explotación masiva de un millón de inmigrantes sin papeles.

Frente a la irracionalidad que promueve el gobierno y sus voceros, es necesario vincular este atentado con la extensión de la violencia a escala mundial para sostener nuestro modelo de desarrollo. Las políticas del gobierno español en los últimos años son una muestra de esta lógica.

Contra la violencia. Contra la guerra. Por el derecho de autodeterminación de los pueblos. Por el diálogo como vía de resolución de los conflictos. Por todas las víctimas.

Arcu La Vieya, Cambalache, Coordinadora Ecoloxista, Cosal (Comité de Solidaridá con América Llatina), Ecoloxistes n'Acción, Soldepaz.Pachakuti, MRG-Asturies, PCPE, Xega