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Europa

Masiva huelga general en Italia contra la política económica de Berlusconi

El paro fue acatado por ocho millones de trabajadores en 70 ciudades italianas

Julio Algañaraz
Clarín

Alrededor de ocho millones de trabajadores participaron el 30 de noviembre de la quinta huelga general que las tres grandes centrales sindicales realizaron contra el gobierno conservador del primer ministro Silvio Berlusconi en sus tres años y medio de gestión. Lanzando eslóganes y cánticos contra la política económica del Ejecutivo, cientos de miles personas se movilizaron en alrededor de setenta ciudades italianas. En toda la Península las protestas se desarrollaron bajo una persistente lluvia. En Roma, se estrenó al frente de la marcha anti-Berlusconi el ex premier italiano Romano Prodi, jefe de la oposición, quien acaba de concluir una misión de 4 años como presidente de la Unión Europea.

Prodi afirmó que era necesario "resucitar al país" frente a una situación "desastrosa" de las cuentas públicas.

La huelga fue de cuatro horas en los transportes, articulada en diversos horarios que provocaron una paralización de las actividades. El tráfico aéreo sufrió retrasos notables y la compañía local Alitalia debió cancelar 136 vuelos. Los sindicatos exultaron afirmando que en el sector industrial y del empleo público (donde la medida de fuerza se extendió a toda la jornada) se registraron niveles de entre el 80 y 100% de adhesión a la huelga.

En los hospitales también fue alta la adhesión, pero los médicos y el personal sanitario organizaron servicios de urgencia.

A la huelga adhirieron también las dos centrales sindicales de derecha, vecinas a los ex fascistas de Alianza Nacional, el principal aliado de Berlusconi, que se sumaron en las manifestaciones a los militantes de la izquierda y a los ex democristianos de la CISL, reclamando contra la política económica.

"El gobierno está aislado de la sociedad", afirmó Guglielmo Epifani, líder de la izquierdista CGIL, la mayor de las centrales obreras italianas. Según los organizadores, 100 mil personas se reunieron en la plaza del Duomo de Milán a escucharlo.

"Es la primera vez que los obreros hacen una huelga contra un gobierno que les ha rebajado los impuestos", afirmó Maurizio Gasparri, ministro de las Comunicaciones, quien dijo que el paro era "demagógico y paradojal".

Los sindicatos, apoyados por la oposición de centroizquierda y la principal central empresarial, la Confindustria, consideran que la rebaja de impuestos anunciada por Berlusconi es "ineficaz e inicua, pues a los únicos que beneficia es a los más ricos".

Un informe oficial entregado en el Senado informó ayer que el 60% de los contribuyentes no se verá beneficiado con las rebajas de impuestos. La oposición afirma que la maniobra correctiva de los desajustes del presupuesto llegará a casi US$ 40 mil millones de recortes, mientras que las anunciadas rebajas no pasan de los US$ 7.800 millones.

Los dirigentes sindicales afirmaron que el país no crece desde hace tres años. Uno de ellos indicó que "la industria está estancada, dos mil empresas se encuentran en una grave situación y se pueden perder 200 mil puestos de trabajo". Prodi, por su parte, destacó que "Italia es el país que crece menos entre los 25 socios de la Unión Europea".

Italia está declinando como gran potencia industrial debido a problemas estructurales que Berlusconi prometió resolver pero que no afrontó. Los industriales se agolpan, por ejemplo, en las puertas de salida para desplazar sus producciones a países donde el costo laboral es muy inferior. El gobierno no lleva adelante una política enérgica de apoyo a las empresas para lograr una renovación tecnológica. El súper euro frente al dólar débil causa estragos en las exportaciones.