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Europa

Relación simple de razones obvias para apostatar


Fany Miguens Lado/José Manuel López Alcaraz
Colectivo cádiz Rebelde

Razones ha habido desde antiguo, y si no que le pregunten a Ratzinger, Prefecto de la "Congregación para la Doctrina de la Fe", heredera de la muy famosa (por lo asesina) "Sagrada Congregación de la Romana y Universal Inquisición" fundada en el 1542 por el Papa Pablo III para defender a la iglesia de las herejías y de camino pasar por las torturas más abominables y por la hoguera a más de trescientas mil personas. En su mayoría mujeres. En su mayoría mujeres conocedoras de la naturaleza y sus remedios para dolencias y embarazos no deseados. Mujeres también libres de varón castrante. Esas fueron las que más sufrieron y las que más ardieron, y si no que le pregunten a Ratzinger.
De paso por el Papa Pablo III nos viene al pelo recordar, y si no que le pregunten a Ratzinger, la Bula que este insigne representante del alto clero en sus altas decisiones dicta, cinco años antes de inventarse una de las mayores máquinas de meter miedo y de asesinar que ha dado la historia. "Sublimis Deus" se llamaba la bula por la que este señor le concede "alma" a los llamados indios, a la población autóctona del continente americano que casi cincuenta años antes habían "descubierto" para gloria del capital y de Dios.
Antes de concederle alma (y luego también, pero eso es otro cantar) dio tiempo a masacrar a infinitas criaturas tratadas y matadas como animales. Salvo en la cuestión del sexo, porque fueron muchos más los descubridores que las descubridoras. Dicen que de esos tiempos viene la "postura del misionero" y si no que le pregunten a Ratzinger.
Sigue siendo lo mismo. Sigue habiendo razones pero quizá en estos días se empeñen en ponerlas en juego. Porque parece haberse abierto la veda a una nueva cruzada, en que surgen demonizando, a golpe de cita bíblica y declaraciones a la prensa, a las mujeres y el feminismo como su particular eje del mal, junto con la homosexualidad como los causantes del deterioro de tan sagrada institución como es la familia (la bi-parental, por supuesto). Y si no que le pregunten a Ratzinger. Olvídense de otros argumentos antropológicos, sociológicos o filosóficos que puedan apuntar a los cambios culturales, a las migraciones, a la pobreza, a la explotación, a la violencia... como causas de dicha crisis. Porque si le preguntan a Ratzinger no encontrará mayor enemigo que el pensamiento feminista.
El pensamiento feminista, los matrimonios gays, la reforma de la enseñanza de la religión, la financiación de la iglesia... Quizá pueda ser la acumulación de afirmaciones, de despropósitos, de aberraciones pronunciadas por los representantes terrenales de la iglesia vertidas en los últimos días la que nos anime por fin a renunciar a figurar en la nómina de tan cuestionable institución. Quizá la apostasía pueda ser una buena forma de empezar esta mañana, un simbólico gesto con el que contestar las sabrosas declaraciones que leemos en un solo día en cualquier periódico de tirada nacional:

El arzobispo Fernando Sebastián (Vicepresidente de la Conferencia Episcopal y prelado de Navarra) presumió ayer (27 de septiembre de 2004) de que la Iglesia romana apoyó la restauración de la democracia, tras el Concilio Vaticano II y la muerte del dictador Franco y lamentó agriamente "la ofensiva laicista" del nuevo Gobierno. ¿Será posible mayor cinismo? ¿Habrá que preguntarle a Ratzinger por la intervención de la iglesia católica en el nacionalcatolicismo de la dictadura franquista? ¿Por la urgencia por firmar los Acuerdos con la Santa Sede de 1976 –aún vigentes- con Franco vivito y coleando, para asegurar privilegios y dejar todo atado y bien atado?
Juan Antonio Martínez Camino, secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal. (27/09/04):"Es falso que la unión de un hombre con otro sea un matrimonio; si la ley dice eso, es moneda falsa, es imponer un virus, e imponer a la sociedad algo falso que sí tendrá consecuencias". "La iglesia católica no tiene nada personal contra los homosexuales. Pero el matrimonio no es sólo una cuestión personal sino de organización de la vida social". Pero, ¿desde cuando esa democracia que declaran haber ayudado a restaurar les atribuye el derecho a esta homófoba y machista institución de organizar la vida social? ¿Cómo se arrogan semejante potestad?
"Entre los valores fundamentales que están vinculados a la vida concreta de la mujer se halla lo que se ha dado en llamar la «capacidad de acogida del otro». No obstante el hecho de que cierto discurso feminista reivindique las exigencias «para sí misma», la mujer conserva la profunda intuición de que lo mejor de su vida está hecho de actividades orientadas al despertar del otro, a su crecimiento y a su protección." " (...) el papel insustituible de la mujer en los diversos aspectos de la vida familiar y social que implican las relaciones humanas y el cuidado del otro. Aquí se manifiesta con claridad lo que el Santo Padre ha llamado el genio de la mujer. Ello implica, ante todo, que las mujeres estén activamente presentes, incluso con firmeza, en la familia, «sociedad primordial»" Carta a los Obispos de la Iglesia Católica sobre la colaboración del hombre y la mujer en la Iglesia y el mundo, firmada por el cardenal Joseph Ratzinger.

No hay duda. No hay duda de que piensan seguir empleando su influencia y su poder para sostener el orden establecido, la sociedad patriarcal y androcéntrica que subordina el papel de las mujeres, relegando su actuación al ámbito de lo invisible y que permite seguir irradiando los valores más retrógrados sobre el conjunto de la humanidad.
Apostatemos gente bienpensante, no nos dejan otra opción, no sigamos contribuyendo a su nómina, a sus estadísticas donde figura nuestra partida de bautismo, donde nuestros progenitores, con la buena intención que se les supone, nos inscribieron sin previa consulta.
Apostatemos porque nos sobran las razones, sobre todo si somos mujeres, si somos hombres que rechazamos "la organización de la vida social" que el clero y sus esbirros nos auguran, si nuestra opción sexual no les cuadra, si queremos una escuela y una sociedad laica, si no nos creemos su cuento.
Apostatemos que se lo merecen.
Apostatemos que nos lo merecemos.
Y para facilitaros el dulce camino del pecado:

Copia, rellena y envía


Declaración de apostasía

A ………….…………….….………… obispo titular de la diócesis de ……..…….……….………
El/la abajo firmante, D./Dña.………..…………………..….………, con DNI n.º ………..…………….….……, mayor de edad y residente en la población de……..……..………………..……………, que según le consta fue bautizado/a el día....… de……...….…...……..……… de...…………… en la parroquia de …………………………………..…..….., perteneciente a la diócesis indicada, actuando en nombre e interés propio, y hallándose en pleno uso de su libre y espontánea voluntad,
MANIFIESTA:

Primero
Que, no habiendo encontrado en el Derecho Canónico procedimiento alguno establecido para la tramitación del presente escrito, lo dirijo al Obispo diocesano por las consideraciones siguientes:
Que el canon 393 del Código de Derecho Canónico dispone que "El Obispo diocesano representa a la diócesis en todos los negocios jurídicos de la misma".
Que el canon 383.1, establece que "Al ejercer su función pastoral, el Obispo diocesano debe mostrarse solícito con todos los fieles que se le confían (...), así como a quienes se hayan apartado de la práctica de la religión".
Que el canon 369 define la diócesis como "una porción del pueblo de Dios cuyo cuidado pastoral se encomienda al Obispo con la cooperación del presbiterio, de manera que, unida a su pastor y congregada por él en el Espíritu Santo mediante el Evangelio y la Eucaristía, constituya una Iglesia particular, en la cual verdaderamente está presente y actúa la Iglesia de Cristo una, santa, católica y apostólica".
Segundo
Que en su día fui bautizado en la fe católica como consecuencia de una decisión tomada por otras personas sin que en ese momento, a causa de mi edad, mediara en modo alguno la participación de mi propia voluntad, y sin que dispusiera de libertad ni conciencia suficientes para emitir un juicio sobre mis convicciones personales.
Que tras haber meditado durante el tiempo suficiente sobre el significado de mi pertenencia a la fe Católica no hallo ningún pretexto para continuar perteneciendo a la Iglesia Católica, entrando mi voluntad en contradicción con la adscripción a esta institución.
Que la fidelidad a la propia conciencia es un derecho constitucional inalienable reconocido legalmente en el artículo 16 de la Constitución Española.
Que, por tanto, rechazando totalmente la fe cristiana, me considero incurso en apostasía, tal y como la define el canon 751 del Código de Derecho Canónico, por lo que
SOLICITO:
Me sea reconocida por la Iglesia la condición de apóstata, dejando de contarme entre sus fieles y de considerarme católico a todos los efectos —incluso los estadísticos—, incluyendo, si procediera, la oportuna anotación de apostasía en el Libro de Bautismos y cualesquiera otros registros eclesiásticos existentes. Asimismo, que me sea comunicada por escrito la resolución que se tome con respecto a mi petición.
En……………………..…….....…, a.….... de.........…………….………… de.....…….……
Firmado: