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Europa

14 de enero del 2004

Después de las elecciones del 28 de diciembre
Serbia: la hipoteca de la extrema derecha nacionalista

Jean-Arnault Dérens
Le Monde Diplomatique.Traducción para Rebelión Beatriz Morales Bastos

Tres años después de la caída de Slodoban Milosevic la extrema derecha nacionalista se ha impuesto, el 28 de diciembre, como la primera fuerza política en Serbia. Con el 28 % de los sufragios, el Partido Radical Serbio (SRS) está en condiciones de bloquear la continuación de las reformas. El balance es amargo para un campo democrático más dividido que nunca, pero también para occidente, que había puesto mucho en juego acerca de la emergencia de una "nueva" Serbia.

Los dos grandes vencedores de las elecciones de finales de diciembre de 2003 se alojan en la prisión internacional de Scheveningen (Países Bajos). Slodovan Milosevic y Vojislav Seselj encabezaban, respectivamente, las listas de Partido Socialista de Serbia (SPS) y del Partido Radical Serbio (SRS). Sin embargo, no podrán ocupar su escaño de la futura asamblea y sus mandatos serán atribuidos a miembros de su lista.

¿Significa este resultado una "vuelta" de Serbia al nacionalismo de los años noventa? Traduce sobre todo el gran desasosiego de la población que no percibe ningún efecto benéfico de las reformas emprendidas hace tres años. Serbia cuenta con un millón de parados por 1.250.000 personas activas que tiene empleo y un millón de jubilados. Estos últimos sobreviven con pensiones cuyo montante medio es inferior a cien euros al mes. Sin embargo, apenas se ha emprendido la privatización de los gigantes complejos [industriales] heredados de la era socialista. Serbia ha entrado mucho más tarde que los demás países socialistas en la vía de la transición económica y debe esperarse dificultades añadidas.

Como en cada escrutinio, los radicales han obtenido muy buenos resultados entre los centenares de miles de serbios expulsados de Croacia, de Bosnia y de Kosovo, y que residen en Serbia, con frecuencia en la mayor de las miserias, y que han obtenido el derecho a votar en ese país.

Estas poblaciones, manipuladas por el nacionalismo belicoso de Milosevic, han pagado a un precio muy alto los locos ideales de unificación de "todas las tierras serbias", pero el Partido Radical les ofrece el sueño de una revancha imposible. Este partido ha obtenido también muy buenos resultados entre los electores serbios de Voivodine y del Sandjak de Novi Pazar, dos regiones particularmente multiétnicas de Serbias. Los serbios del Sandjak representan en torno al 45 % de la población total de esta región en la que los eslavos musulmanes, que ahora se dicen bosnios, son mayoritarios. El Sandjak siempre ha logrado salvarse de enfrentamientos importantes, pero la coexistencia sigue siendo tensa entre ambas comunidades.

El discurso del Partido Radical juega con el miedo, el de la sumersión de las poblaciones serbias por elementos extranjeros. En el Sandjak los partidos democráticos de Belgrado se basan únicamente en los partidos bosnios locales, y arrojan a las poblaciones serbias a los brazos de los extremistas.

Al mismo tiempo ningún responsable político de Belgrado se atreve a reivindicar de manera positiva la multietnicidad de Serbia, mientras que las diferentes minorías nacionales representan más del 20 % de la población total de la República. Una lista reagrupaba a partidos bosnios del Sandjak y húngaros de Voidovine con formaciones regionalistas de Serbia. Sin embargo, la coalición "Juntos por la tolerancia" sólo ha obtenido el 4% de los votos y no contará con diputados en el futuro Parlamento, en el que, por lo tanto, por primera vez en la historia de Serbia las minorías nacionales ya no estarán representadas.

Las guerras yugoslavas de los años noventa han supuesto importantes desplazamientos de población y una "etnicización" de los nuevos Estados. Sin embargo, todavía hoy nadie sabe a ciencia cierta cuáles son las fronteras de Serbia.

¿Forma parte de Serbia Kosovo, que desde 1999 se encuentra bajo administración provisional de Naciones Unidas?¿ Se unirá un día a la madre patria la República Srpska, "la entidad" serbia de Bosnia, como sigue deseándolo la mayoría de sus habitantes?¿ Y está llamada a perdurar la Unión de Serbia y de Montenegro que desde febrero de 2003 reemplaza a la República Federal de Yugoslavia?

A la incertidumbre territorial se añade la confusión institucional. Esta Unión de Serbia y de Montenegro es un Estado "provisional", establecido para un periodo de tres años, al término de los cuales ambas repúblicas podrán redefinir sus relaciones. La propia Serbia ha fracasado por tres veces en elegir a su presidente. En este contexto la iglesia ortodoxa se ha pronunciado recientemente por la vuelta de la monarquía y el pretendiente a la corona, Alexandar Karadjordjevic, cree que ha llegado su hora.

La fuerzas que antaño estaban unidas en la lucha contra el régimen de Milosevic se presentaron divididas. El Partido Democrático de Serbia (DSS) de Vojislav Kostunica profesa un nacionalismo próximo al de los radicales, mientras que el Partido Democrático (DS), la formación de Zoran Djindjic -el primer ministro asesinado el pasado 12 de marzo- que dirige el gobierno saliente, no ha logrado convencer acerca de su balance.

Sin embargo, Zoran Djindjic había emprendido reformas esenciales. Había tenido el coraje de detener a Milosevic y de enviarlo ante los jueces internacionales del Tribunal Penal Internacional para la ex -Yugoslavia (TPIY). Este valor, que pagó con su vida, apenas ha sido recompensado: las ayudas internacionales a Yugoslavia no han dejado de hacerse más raras y los dirigentes de Belgrado han tenido que vivir sobre todo de promesas raramente cumplidas.

Las torpezas del TPIY, especialmente de su fiscal general, Carla del Ponte, han confirmado fácilmente a la opinión pública internacional en la idea de que el tribunal era una institución "anti- serbia".

Los demócratas serbios proponen el objetivo de integración europea de Serbia. La cumbre de Tesalónica, en junio de 2003, reafirmó la "vocación" de estos países de los "Balcanes occidentales" de unirse a la Unión Europea. Sin embargo, no se propuso ningún calendario. ¿Cómo movilizar a la opinión pública, en esas condiciones, en torno a una perspectiva tan imprecisa y lejana? Una semana después de las elecciones, apenas se han iniciado las conversaciones para la formación del futuro gobierno. La tregua de Año Nuevo, que puede prolongarse con la Natividad ortodoxa (6 de enero) y el Año Nuevo serbio (13 de enero) permite a cada campo analizar todas las hipótesis.

Inmediatamente después de las elecciones, los radicales propusieron al DSS de Kostunica la formación de una coalición, subrayando que los programas de ambos partidos presentaban " numerosas similitudes". El DSS rechazó esta oferta, sugiriendo la formación de un gobierno de unión nacional que incluiría todas las formaciones parlamentarias, incluidos los radicales y los socialistas de Milosevic. Según sus propios promotores, esta fórmula de gobierno podría mantenerse un año, hasta la convocatoria de nuevas elecciones, pero la propuesta apenas tiene posibilidades de llevarse a cabo.

Así pues queda la hipótesis de un gobierno del "campo democrático" que reuniría a los hermanos enemigos de la ex -Oposición Democrática de Serbia (DOS) (1) y a los monárquicos de Drascovic. Europa y los diplomáticos occidentales destinados en Belgrado militan por esta solución. Sin embargo, un gobierno que reúna a los nacionalistas "moderados" del DSS, a los herederos políticos de Zoran Djindjic y a los ultraliberales del G17+, así como a los partidarios de Draskovic, que han hecho campaña "por el rey y contra las privatizaciones", no presentaría ninguna coherencia política.

Algunos empiezan ya a mirar el calendario. El Parlamento debe reunirse a más tardar el 27 de enero, con la importante misión de elegir a su presidente, que inmediatamente se convertirá en presidente en funciones de la República Sin embargo, si no se llega a un consenso, serán inevitables nuevas elecciones.

Con ayuda de la crisis política y social, los radicales tienen la esperanza de proseguir con su progresión con ocasión de las legislativas anticipadas o del cuarto intento de elegir a un presidente. Ciertos detenidos de la cárcel internacional de Scheveningen no han acabado de festejarlo.

(1) La [coalición] DOS reagrupaba en 200 a 18 partidos dirigidos por Kostunica.