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Argentina: La lucha continúa

El amo de los ríos y esteros mesopotámicos

M. G.

Las ambiciones de Douglas Tompkins no se saciaron con una parte de la Patagonia y sus tentáculos llegaron hasta otra región de vital importancia en el mapa geoestratégico de los recursos naturales. Un sector del denominado acuífero Guaraní, ubicado en la Triple Frontera (Argentina, Paraguay y Brasil) y con la concentración de una de las mayores reservas subterráneas de agua dulce de Latinoamérica, fue comprado por el ecologista.
Tompkins compró territorios en las provincias de Corrientes y de Misiones. En las tierras correntinas donde nació el libertador José de San Martín, el multimillonario ecologista realizó dos compras claves para apropiarse de 225.000 hectáreas de los humedales que conforman los esteros del Iberá.
La primera operación inmobiliaria se produjo al comprarle a la familia terrateniente Blaquier unas 120.000 hectáreas de los esteros y la segunda la concretó a finales del 2002 y se trató de otra adquisición aunque en esa oportunidad el vendedor fue el grupo empresario Pecom Energía.
La rama energética del conglomerado empresario que comanda Gregorio Pérez Companc le vendió a Tompkins 105.000 hectáreas en Corrientes y otras 4.000 hectáreas en la provincia de Buenos Aires en la zona del Delta del río Paraná, en las cuales la forestación alcanza a 20.000 y 2.500 hectáreas respectivamente. La venta –que contó con la intervención de la Fundación ecologista ECOS- involucró la suma de 13,5 millones de dólares y las tierras pasaron a manos de DRT Investments LLC y Vacas LLC, compañías que dependen directamente de Tompkins.
El diario La Nación describió la finalidad de las adquisiciones diciendo: "inicialmente Tompkins se transformaría en productor forestal y competiría en el mercado, pues, según dijo un allegado del empresario, le interesa el ‘manejo responsable’ de los montes implantados. Sin embargo, poco antes de que se firmara el acuerdo de venta, Tompkins confió a un grupo de amigos que su interés por las tierras de Pecom Energía sería conservacionista y no comercial. ‘No soy empresario forestal y no quiero serlo’, había afirmado tiempo atrás ante un nutrido grupo de funcionarios y amigos en Corrientes. Según esta versión, la adquisición tiene sentido en el marco de una serie de inversiones que, a largo plazo -anticipa Tompkins-, serían donadas a la provincia de Corrientes o al Estado nacional para convertirlas en áreas protegidas. El objetivo de Tompkins sería preservar las especies animales y vegetales de esa región, que, según refirió a un allegado, estarían en riesgo por el avance de las especies forestales exóticas. Una forma de frenar la incursión de los proyectos de las industrias forestales, le advirtió Tompkins en tono personal, sería comprar esas áreas".
Los Esteros del Iberá, ubicados en el centro y nordeste de Corrientes, son un sistema de humedales que incluyen 62 lagunas y varias islas flotantes. Con una extensión de 13 mil kilómetros cuadrados conforman "la mayor reserva de agua dulce del país", según explicó al diario Página 12 el subdirector de Parques y Reservas provincial, Vicente Fraga.
Lo curioso de la situación es que pocos después de la compra realizada por Tompkins se dio a conocer la elaboración de un plan de manejo y conservación de la biodiversidad de la reserva del Iberá, el que busca que dicha zona sea declarada por la UNESCO patrimonio natural de la humanidad. En la preparación de ese plan de preservación participarán la Fundación ECOS y la Fundación Vida Silvestre, dos organizaciones vinculadas al empresario estadounidense.
En su listado de propiedades incluyó las coloradas tierras misioneras El Piñalito, que posee una superficie de 3.764 hectáreas.