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Argentina: La lucha continúa

Hogar tomado en Chilavert


NOS QUITARON LA DIGNIDAD DE GANARNOS EL SUELDO COMO DIOS MANDA
Llevan algo más de un mes ocupando el lugar. Son cinco mujeres. Cuentan con el respaldo de sus compañeros y de los solidarios de siempre. Combinan el tejido con la lucha, bonita forma de entrelazar sueños.

Agencia Rodolfo Walsh

INTRODUCCIÓN

Quien nunca haya recorrido esta zona de Chilavert, antiguo barrio de trabajadores, de viviendas hechas por partes, a pulmón, según como fue cambiando la mano en los laburos y en las políticas económicas; con calles que suben y bajan, terror y delicia de las bicicletas e inundaciones; quien nunca haya pateado esta zona, quizás se sorprenda si un día de casualidad, caminando, se encuentra frente a un predio, que parece una casa quinta, a todo trapocomo dirían la viejas; se para justamente frente a su entrada: puertita enrejada, con alero de tejas y lee sobre coqueta cerámica esmaltada Hogar Suizo para Ancianosadornado con un corazón cuyo interior asemeja la bandera suiza.
Más se sorprendería, si camina unos metros más, hasta la imponente entrada para autos y sobre la malla de alambre del portón , dificultando la visión al interior, ve un cartel, una sábana blanca pintada a mano que dice: Hogar Tomado
De este lado de Chilavert ese lugar parece casi un injerto. No es que no haya casas coquetas, bonitos chalet testigos de épocas más prosperas. Pero con el hogar se equivocaron. Si estuviera del otro lado de las vías, del lado norte, quizás encajaría más.
Acá los vecinos aún están peleando por las cloacas, a pesar de décadas de promesas incumplidas.
Del otro lado es otra cosa, barrios de alemanes, habitados originalmente por sobrevivientes del Graf Spee y otros fugados de la Alemania Nazi. Altos, rubios y con bonitos automóviles.
Acá se puede ver, los sábados, una mesita en la esquina de Mar del Plata y Artigas, donde se juntan firmas para que se restituya la única línea de colectivos, levantada hace algo más de un año, que comunicaba al barrio con la Capital.
También se puede ver del otro lado del alambrado del Hogar Suizo, sentadas en banco, a cinco mujeres tejiendo. Tejen, toman mate y charlan con decenas de vecinos y compañeros que acercan su solidaridad.
Fue la primera vez que las vimos, luego vendría la marcha a la embajada suiza. Lo que sigue es parte de la prolongada charla que tuvimos esa tarde, con ellas.

LA TOMA

El 8 de marzo último, Día Internacional de la Mujer, los trabajadores del hogar, mayoría de mujeres, recibieron la confirmación por parte de las autoridades, de que lo que flotaba en el aire, de lo que ya se veía venir era cierto: el hogar se cierra”, les dijeron. El alma a los pies fue la sensación.
A las dos menos cinco de la tarde se recibe una llamada en la oficina diciendo que no se retirara el turno de la mañana porque venía el nuevo liquidador que quería reunirse. Una mala calaña total, avisar a las dos menos cinco cuando había gente que estaba de franco, nosotras teóricamente no tendríamos porque haber estado.recuerda Erica Lucas, una de las mujeres que se quedó dentro del hogar, en la entrevista que le realizó la agencia Rodolfo Walsh, . Ahí nos dijeron que esto cerraba, que ya se nos habían enviado los telegramas de despido y que el que se quería retirar a su casa, se podía retirar. Nosotras cinco resistimos, dijimos que no nos retirábamos de acá. Trataron de convencernos durante toda la tarde. El resto del personal se retiró terminada su guardia

Nélida Borges, Alicia Bello, Marta Tello, Lisa Holzfurtner. Y Erica Lucas se quedaron. Se negaron a retirarse. Cinco mujeres que se quedaron resistiendo, haciendo el aguante.
Trataron de convencernos hasta las nueve y media de la noche, amenazándonos con que estaban llamando a la policía para que nos sacara. No la vimos en ningún momento. Cambiaron la guardia de vigilancia, nos pusieron cinco personas de guardia a la noche y cuatro patrulleros en la calle. Somos cinco mujeres nada más. Nos trajeron hasta un escribano, no sé para hacer qué. Porque no queríamos ni ver lo que nos querían hacer firmarnarró Erica
La noticia del cierre no las agarró por sorpresa Ya veníamos quedándonos todos los días porque sospechábamos. El resto se retiró del turno y cuando volvieron a trabajar en su horario, habían cambiado la vigilancia y no los dejaron entrar. Tuvieron que ir al fiscal a hacer la denuncia de que no les permitían el ingreso al trabajo. Todavía no estaban echados ni nada. Nadie les había dicho nada. Nos aplicaron leyes que no corresponden, quieren pagarnos la mitad de la mitad. Afirmó Alicia Bello.
Los trabajadores del Hogar Suizo para Ancianos pertenecen a Unión de Trabajadores de Entidades Deportivas y Civiles (UTEDYC), Alicia discutió más de una vez con los dirigentes sindicales, porque parecían más representantes de los patrones que de los trabajadores. A partir de la toma nadie más los vio.

EL HOGAR

Hasta hace poco tiempo, unos meses antes de la toma, el lugar era habitado por ancianos. No eran de la zona, claro, provenían de Pilar, Martínez, Palermo, Luján y otro lugares de Capital y Provincia. Alrededor de 25 personas se ganaban el pan, trabajaban para que los habitantes del hogar estuviesen cómodos.
Según la Cámara de Comercio Suizo Argentino, el Hogar Suizo para Ancianos cuenta con 400 socios. Está dirigido por la Comisión de Damas Suizas. Hace aproximadamente cuatro años, recuerdan las mujeres, se renovó la comisión y asumió una nueva encabezada por la señora Verena Oberli de Lesser. Allí comenzaron los problemas.
Esto comienza desde que cambia la comisión directiva, hace 4 años. Empieza a haber irregularidades en los pagos, pagando medio sueldo, el último aguinaldo de 2002 no se nos abonaRecuerda Erica, Teóricamente la comisión tiene que estar compuesta por 7 personas. Es una fundación, Asociación Civil sin Fines de Lucro. Ese Sin Fines de Lucroes relativo: los familiares pagaban entre $1.000 y $3.000 por los ancianos internados y se les ponía en los recibos: donativo”, no cuota.Denunció la trabajadora.
Los trabajadores no conocen a quienes integran la comisión salvo a su presidenta, dos mujeres más sobre las que ignoran cuál es su función y llamativamente para una comisión de damas: el marido de la Sra. Verena.
Según denuncian los trabajadores del hogar, además de cobrar cuotas de hasta $3.000 a las familias, el hogar recibía un subsidio de 28.000 francos suizos (aproximadamente $60.000) anuales, amén de las múltiples donaciones de empresas de envergadura, como Nestlé; Bagó y un sinnúmero de empresas suizas.
Sabemos que a la gente que ingresaba les pedían depósitos en dólares, inclusive hoy todavía hay familiares que están luchando para que les devuelvan los depósitos. Tenían hasta tres meses de depósitos en dólares .agregó Erika.

¿VACIAMIENTO?

Con aranceles (disfrazados de donativos) más altos que el promedio, con una subvención del gobierno suizo de aproximadamente $ 60.000 anuales, más las donaciones empresarias, difícilmente pueda pensarse que la institución atravesara por grandes dificultades económicas. Según relatan los ocupantes, a fines del año pasado residían en el hogar más de 25 ancianos. Los trabajadores comenzaron entonces a percibir señales manifiestas de que querían cerrar el geriátrico a como diera lugar. ¿Intenciones? Difícil saberlas. ¿Conjeturas? Muchas. Certezas, ninguna.
El 31 de diciembre de 2003, los familiares recibieron una carta con un aumento de entre un 60% y un 70%. Una forma muy sutil de decirles que los retiren a los ancianosdestaca Erica Nosotros presentíamos algo, porque venía gente a ver la institución. Sabemos que no se les daba precio para la internación de mayores. Cuando les preguntábamos cuándo se nos iba abonar todo lo adeudado. A nosotros no nos pagaron el último SAC 2002, ni el primero y segundo 2003, ni ningún decreto presidencial. Entonces ellos decían que era cuestión de que ingresaran abuelos nuevos. Cosa que no era cierta porque ellos no le daban precios a la gente que venía

Por un lado presionaban a los ancianos residentes para que se fueran, por otro no permitían el ingreso de nuevos. Dejar el lugar vacío parecía ser la consigna.
A pesar de los aumentos, muchos ancianos, algunos de ellos cobraban pensiones europeas en dólares, decidieron quedarse.
El 15 de enero, luego de que renunciara la comisión a cargo del hogar, asumió Marcelo Prieto al frente de una Comisión Liquidadora.
Erica nos cuenta: En ese ínterin comienzan a sacar a los ancianos. Quedaban Veinticinco. A pesar de que aceptaban los aumentos los sacaban. Comenzaron a amenazarlos telefónicamente diciendo que los retiren porque el personal estaba sublevado y entrando en huelga. Cosa que era totalmente mentira, porque fueron siempre atendidos de la misma manera, con el mismo afecto, con la misma dedicación a todos los ancianos. Por supuesto que los familiares venían en distintos horarios para ver si era verdad que estaban mal atendidos o algo así.
Nunca vieron nada.
Cada vez los presionaban más, como algunos familiares no querían problemas los comenzaron a sacar. A los últimos 3 o 4 que resistieron, tuvieron que amenazarlos diciéndoles (y los llamaban a las 22.00 hs a las 23.00 hs.) que tenían una combi preparada, que si no los venían a retirar, los sacaban con la combi y se los ponían en la puerta de la casa.

LAS OCUPANTES

No pueden salir. No podemos entrar. Les cerraron todas las dependencias, salvo la enfermería. Charlamos a través del alambrado.
Erica, aguerrida, porte de alemana, siempre lleva la voz cantante: Así fue como nos quedamos y el jueves de la semana pasada (11 de marzo), el señor Prieto nos había hecho la denuncia por usurpadoras. vino la policía, la novena de Ballester. Nos pidió que nos retiráramos pacíficamente, le dijimos que no nos íbamos a retirar. Que si no nos retirábamos, nos iban a sacar a la fuerza y encima íbamos a ser procesadas. Les dijimos que no nos íbamos a retirar ni a las buenas ni a las malas.
Y ahí están resistiendo. Los mates, las manos y el afecto van y vienen a través del alambrado.
De esta lado, además de nosotros, se arriman compañeros de Isaco, la empresa recuperada por los trabajadores, del movimiento Teresa Vive, De la Comisión de Derechos Humanos de la Zona Noroeste. Del otro lado manos y labios se mueven acompasadamente. Las manos no dejan de tejer.
Todas estamos haciendo un microempredimiento: tejemos.Nos dice Nélida Borges Hoy estábamos aprendiendo a trabajar en telar. Así pasan nuestros días. Hemos hecho de todo: batitas, escarpines, pulóveres. A la mañana nos levantamos y hacemos toda la limpieza. Ellos pueden venir en cualquier momento y entrar y van a ver que está todo impecable

Afirma y agrega con firmeza Queremos alguien que nos dé una respuesta concreta a lo que estamos pidiendo: defender nuestra fuente se trabajo y que se nos pague
Se podría haber arreglado de otra manera, que ellos hubiesen hablado con nosotros, con los familiares. Se ve que la intención de ellos es sacar la fuente de trabajo.

Tendrán algún negocio sucio.Aseveró indignada Alicia Bello, tiene 9 años de antigüedad, pelo recogido, amplia sonrisa y un gran amor por su trabajo Es un lugar hermoso para trabajar porque es muy cómodo. Al anciano acá se le puede brindar mucho.Alicia es de las que no se resignan fácilmente Nosotros vamos a luchar por la fuente de trabajo y lo que se nos adeuda.

Estamos peor que los presos, porque a los presos se les permite de pronto, que entre alguien a visitarlos. A nosotros no nos permiten ni siquiera que entren nuestros abogados.
Queremos seguir trabajando no queremos ser un número más entre los desocupados que hay en el país.Aseguró por su parte Lisa Holzfurtner, la del apellido impronunciable, y reafirma la obstinación que caracteriza a estas cinco mujeres.
Ellos me quitaron muchas cosas: me quitaron la plata, me quitaron el trabajo, me quitaron mis ancianos y nos quitaron la dignidad de ganarnos el sueldo como Dios manda. Nosotros a ellos no les robamos nada, al contrario, cuando se nos pidió que colaboremos porque había problemas, lo primero que fuimos fueron todos los empleados al unísono los que hemos colaborado, los hemos ayudado.
Yo no les voy a regalar nada de lo que es mío. Quiero mi plata, lo que se me debe a mí y a mis compañeros y empleo. Queremos la fuente de trabajo. Demasiadas cosas nos han robado y no lo voy a permitir, voy a luchar hasta la últimas consecuencias. Les vamos a demostrar que somos seres humanos, que no somos ni ignorantes, ni payasas como nos trataron. Pacíficamente vamos a conservar nuestra fuente de trabajo
La tarde fue cayendo, después de la últimas fotos nos despedimos agitando las manos, gestos de afecto a través del alambre.
Tal vez el sentimiento general lo haya resumido Marta Tello: Estamos luchando porque tenemos esperanzas de que vamos a salir adelante

LA MARCHA A LA EMBAJADA

El jueves 1 de abril, por la mañana los trabajadores del Hogar Suizo Para Ancianos que no se encuentran ocupando las instalaciones marcharon a la embajada suiza. Erica Lucas también se encuentra en la marcha: Yo salí con un permiso especial, firmado en el Ministerio de Trabajo, el viernes de la semana pasada, con el Sr. Marcelo Prieto de la Comisión liquidadora. Ni siquiera eso se ha respetado porque, ayer cuando me quise reintegrar, me cerraron las puertas y no pude entrar, por indicación del propio Marcelo Prieto.
Fueron finalmente recibidos por el embajador, quién además es el presidente honorario de la Comisión. Los trabajadores le reclamaron que como presidente honorario asuma la responsabilidad por lo acontecido en el hogar de ancianos. El embajador por su parte afirmó que sólo es un nexo entre el gobierno suizo y la institución por la subvención.
Al término de la movilización Erica relató: Nos recibió el embajador de Suiza, que puso su mejor predisposición para solucionarnos el problema. Quedó claro que lo queremos es que se nos abone lo que se nos debe ó que se nos é el predio para trabajar. Lo va a pensar. Le pedí que lo piense en frío.
Reconoce que es la asociación la responsable de lo que nos ocurre. Está muy dolido porque la foto de él haya aparecido. No tenía nada que ver. Él sabía lo que estaba sucediendo, desde hace rato. (...) Va a investigar el tema de que Prieto firmó y no cumplió su palabra. Él mismo va a hacer el seguimiento. Le pedimos que nos dé el predio para poder trabajar. Le dimos tiempo para que lo piense. Pero nosotros le vamos a demostrar que podemos hacerlo sin subsidio de Suiza.”