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Argentina: La lucha continúa

Septiembre de 2004: mes de lucha docente

Por las calles Santafesinas... La bronca con delantal

Juan Pablo Cassiello

Seguramente septiembre de 2004 quedará grabado en la memoria de muchos docentes santafesinos. Fue un mes de lucha colectiva, de debates acalorados, de votaciones masivas, de paros contundentes, de movilizaciones de miles, de sacarse la bronca por años y años de retrocesos y derrotas, de sentir que –con el protagonismo de todos- podíamos hacer retroceder al gobierno. Hicimos saltar el pacto Obeid-Tessa que había puesto un candado a los reclamos salariales hasta marzo próximo. Sobre fin de mes el gobierno firma un decreto que plantea la derogación casi completa del presentismo (sólo se mantiene para medidas de fuerza), el blanqueo de parte del salario y un aumento salarial muy desigual pero que de promedio ronda el 15%. Tras el decreto se resuelve suspender los paros con la votación de cerca de 18.000 compañeros contra 5.600 que proponían continuar.

Rosario, la locomotora de un plan de lucha que conmovió toda la Provincia.

Es parte de la historia de Amsafe que Rosario, además de ser el departamento más numeroso de la provincia, es el que siempre ha mostrado mayor disposición para la lucha. Esto se reafirmó a comienzos de año cuando se desarrolló un importante proceso de autoconvocatoria en las escuelas contra el acuerdo que Tessa (Secretario General de Amsafe) había firmado con el gobernador Obeid, el que planteaba, limitadamente, aumentos escalonados de marzo a diciembre. La autoconvocatoria no logró imponer el no-inicio en Rosario pero permitió que empezara a aparecer un nuevo activismo y que la burocracia quedara herida de muerte. Así, tres meses después, el frente Violeta-Tribuna-Naranja logró imponerse en las elecciones de la Delegación. Y el 30 de julio, aunque las autoridades provinciales nos amenazaron con el descuento del presentismo y no se cansaban de repetir que ya había un acuerdo para todo el año, casi 2000 compañeros nos movilizamos a la Sede del Ministerio para reclamar por la d erogación del presentismo y un inmediato aumento salarial de $250.

Esa marcha cambió el escenario. El debate se abrió en cada rincón de la provincia y todos empezamos a ser concientes de que el estado provincial, de la mano del boom sojero y de la recuperación de varias ramas industriales, estaba en condiciones de devolvernos lo que nos fue sacando en los últimos tiempos.

Todos fuimos protagonistas. Una lucha a pesar de la burocracia.

De pronto, nos vimos en las calles. Éramos miles y miles de delantales gritando -con una extraña mezcla de bronca y alegría- alguna consigna. Todo empezaba a ser distinto.

Superamos las amenazas del Ministerio y los temores a perder el presentismo y los días de huelga. Nos dimos cuenta de que juntos, en la calle, éramos muy fuertes. Enfrentamos la campaña de los medios, salimos con firmeza a pedir el apoyo de la comunidad y con el coraje y la decisión de todos hicimos retroceder al gobierno.

Con la perspectiva que logramos señalar desde Rosario el movimiento se fue desarrollando a pesar de la conducción provincial. Sin duda fue la lucha no querida por la burocracia; primero trató de que no se iniciara, y luego buscó por todos los medios cerrarla lo antes posible. Las votaciones masivas, las marchas de miles, el protagonismo y la participación de tantos fueron el gran sostén de la lucha.

El apoyo de la comunidad. Los ecos de la rebelión del 2001.

Padres autoconvocados, compañeros de otros gremios que juntaban firmas y marchaban con nosotros, asambleas populares multitudinarias, acompañamiento permanente de organizaciones de desocupados, mujeres que al paso de nuestra marcha saludaban desde el balcón arrojando papelitos o agitando una bandera argentina, actos multisectoriales en las plazas de muchas ciudades, etc., etc., etc. Siempre estuvimos rodeados de apoyo. Como hacía mucho no pasaba, un reclamo de un sector de trabajadores por salario y condiciones de trabajo logró una adhesión amplísima. Creemos que se pueden marcar acá algunos resultados de la rebelión del 2001.

Los trabajadores empezamos a ponernos lentamente de pie para reclamar que nos devuelvan lo que nos han robado en estos años. E iniciamos, junto con diversos sectores, un debate sobre la riqueza que se produce en el país y la necesidad de un reparto más justo. Y rechazamos un modelo de provincia "rica" en la que nuestras riquezas se van al exterior o la cuenta bancaria de unos pocos mientras millones vivimos bajo la línea de pobreza y miles y miles sobreviven revolviendo la basura. Y la desconfianza y el rechazo hacia los políticos gobernantes y las conducciones burocráticas. Y las ganas de participar: en los debates, las votaciones, las marchas, las asambleas. Y el reclamo de la participación de delegados de base en cualquier negociación con el gobierno.

La respuesta del gobierno, la suspensión del paro. Algunos logros importantes.

Cuando el gobierno tomó nota de que nuestra lucha estaba fuerte y que nuestro reclamo ganaba en legitimidad decidió cambiar su política de amenazas y aprietes por la firma del decreto que responde a algunos de nuestros reclamos. Una primera propuesta había sido ampliamente rechazada, pero en este caso la decisión mayoritaria fue la de suspender las medidas. En Rosario hubo, y aún hay, un áspero debate sobre si no hubiera correspondido profundizar la lucha. Lo que no se puede perder de vista es que la suspensión del paro responde, principalmente, a que miles de docentes valoraron algunos logros obtenidos.

Hicimos saltar el candado del pacto Obeid-Tessa y conseguimos algunas mejoras. En primer lugar la derogación del artículo 5 del decreto del presentismo, derogación que no es total pero que nos permite recuperar plenamente, luego de 12 años, nuestro régimen de licencias. Creemos que se trata de un logro fundamental que hace a nuestras condiciones laborales y a nuestra dignidad como trabajadores. En relación a la mejora salarial está claro que quedamos muy lejos de nuestro reclamo de $250 de aumento. Pero logramos, después de más de 15 años de congelamiento, una mejora en el básico (los aumentos en este último tiempo habían sido todos "en negro").

Por otra parte el gobierno se comprometió a no realizar ningún tipo de descuentos. Hemos dado un paso adelante. En un marco provincial y nacional muy contradictorio, donde a los trabajadores no nos resulta fácil tomar la ofensiva, hicimos retroceder al gobierno y ganamos un primer round. Y estamos fortalecidos para las luchas que vienen. Las que construiremos con las ideas, las ganas y la decisión de todos.