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Argentina: La lucha continúa

El enemigo es el imperialismo

Hoy jueves 25 de noviembre fue el segundo día del exitoso paro docente en la Provincia de Buenos Aires, también de la movilización convocada por la CTA.

Como trabajador de la educación de la Provincia de Buenos Aires adherí al paro y concurrí a la movilización, y marché con los afiliados de la seccional La Plata de Suteba a la que pertenezco desde antes de su fundación.

Luego de haber caminado una cuadra, desde Plaza Italia hacia la gobernación, observé que algo más adelante había forcejeos y empujones. Me acerqué y comencé a separar.

Lo llamativo del hecho era que el único motivo del "enfretamineto" era que los dirigentes de la marcha habían ordenado mantener a distancia al grupo de docentes de las seccionales opositoras a la conducción Celeste de Suteba conducida por Hugo Yasky. Como los enfrentamientos no cesaban sino que crecían me dirigí a la cabeza de la marcha y hablé con los dirigentes de la CICOP y Judiciales para que a su vez estos le informaran a Cachorro Godoy, jefe de ATE Provincia, ya que los miembros de la "seguridad" portaban chalecos con la sigla ATE, Godoy no pareció inmutarse al conocer los hechos. Cuando regresé observé que progresivamente iba aumentando el número de los "seguros", ahora también con chalecos de Suteba.

A esta altura menudeaban palos y trompadas, a mi me tocó una de estas en pleno rostro. Al joven enchalecado de Suteba no lo había agredido ni respondí a la agresión, ¿porqué lo iba a hacer si yo estaba consciente de que él era sólo un instrumento de una política, al menos, intolerante? En general esta era la actitud de los trabajadores cuyo único delito, o cuya única provocación como les gusta decir a los jefes de la CTA, era marchar, obviamente, hacia adelante.

Luego al observarme con la cara ensangrentada un dirigente de la CICOP, a quién le reclamaba una actitud más activa para detener la agresión, me dijo que habría que ver como vino la mano, le respondí que los palos los tenían los verdes de ATE y los celestes de Suteba, las trompadas y golpes también partían de ese sector y que el oportunismo no es bueno para construir una sociedad mejor.

Varias maestras resultaron golpeadas y un docente debió ser hospitalizado con un palazo en la espalda.

Sobre el final de el acto, mientras conversaba con dos compañeros de Almirante Brown, me vi rodeado por cinco enchalecados verdes, prudentemente nos fuimos a la sombra de un pino y allí observé que un cordón muy numeroso blandía sus palos amenazantes hacia los trabajadores que estábamos más alejados del palco, por prudencia estos habían organizado un cordón defensivo sólo integrado por maestras. Así nos fuimos desconcentrando, cuidándonos las espaldas... pese a que no había policía.

A Víctor Degenaro, jefe de la CTA, a quién me pareció ver en la cabeza de la marcha, le recuerdo que el enemigo es el imperialismo, el capital financiero, los bancos extranjeros, los grandes grupos económicos, los milicos asesinos, los genocidas, los políticos burgueses y corruptos, no las maestras y los pocos maestros de Buenos Aires, trabajadores al fin que reclaman sus derechos.

Daniel De Santis