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Argentina: La lucha continúa

EL MISMO PERRO CON DISTINTO NOMBRE

La capitalización boliviana y la privatización argentina

Infomoreno

El pasado 22 de octubre de 2004 el doctor Félix Herrero, llevó a cabo en La Paz un por demás interesante reportaje a Andrés Soliz Rada. El doctor Soliz Rada es abogado, fue diputado y senador por el partido Conciencia de Patria (CONDEPA), y es uno de los más prestigiosos analistas comprometidos con su país en los temas de patrimonio público y petróleo. Es autor de numerosos artículos y libros. Acaba de aparecer la tercera edición de 'La fortuna del presidente', una investigación sobre los robos al patrimonio público y la privatización (eufemísticamente llamados 'capitalización' en Bolivia) realizados por Gonzalo Sánchez de Lozada. El libro cumplió el objetivo de dejar al descubierto la corrupción privatizadora en la entrega de las empresas del Estado; hace recordar el libro 'La Carpa de Ali Baba', sobre los desvalijamientos del Estado argentino realizados por el 'exiliado' Carlos Menem.

La deuda externa boliviana y la capitalización

Félix Herrero (FH): Andrés, hábleme de la deuda externa de Bolivia ¿qué papel se le dio a la deuda externa para impedir que el País tuviera decisión autónoma en sus políticas y para que fuera instrumento de la privatización de los recursos naturales y del patrimonio nacional?

Andrés Soliz Rada (ASR): Desde un punto de vista genérico, el tema de la deuda externa tiene características generales con relación a lo que aconteció en América Latina. Sin embargo, en cuanto a los volúmenes de endeudamiento, Bolivia tiene un porcentaje de deuda sustancialmente menor. Probablemente, por el momento en el que vivía Bolivia cuando se desató el problema de la deuda en América Latina -estamos hablando del principio de los 70- se produjo justamente cuando el gobierno del general Banzer toma el poder -estamos hablando del 21 de agosto de 1972. El golpe de Banzer se realiza en alianza con el MNR de Víctor Paz Estenssoro- y con la Falange Socialista Boliviana que en ese momento dirigía Mario Gutiérrez. Entonces estas tres fuerzas, por llamarlas de alguna manera, se encuentran con un país que tenía la característica que había buenos ingresos. Comenzábamos la exportación de gas a la Argentina, los precios del petróleo habían empezado a mejorar e inclusive a tener niveles, en algunos casos, dos o tres años más tarde, impresionantes: el barril de petróleo entre 40 y 45 dólares; la libra finja de estaño, que era nuestro otro producto de exportación, había subido de 1,20 a 5 ó 6 dólares la libra.

De manera que el tema de la deuda viene a ser un complemento a lo que Bolivia podía necesitar o no necesitar. Más bien es una deuda que se le obliga a tomar al país para tenerlo más atado. Entonces yo noto en la pregunta como una especie de intencionalidad de mirar si el papel de la deuda externa en la Argentina fue parecido al de Bolivia. Y no fue así. Por más que sea Bolivia un país chico, muy chico con relación a la Argentina, el hecho de que la deuda externa hubiera subido de 700 u 800 millones de dólares durante los siete años del gobierno de Banzer a 3.500 millones de dólares, porcentualmente es un aumento del 500%, pero 3.500 millones de dólares no es una cifra tanto como para que se sufran grandes transformaciones. Y ahora mismo, para darles una idea, la deuda externa de Bolivia pasa un poquito los 5.000 millones de dólares. Si comparamos con los 160.000 millones de dólares que debe la Argentina, o alrededor de eso, uno entiende como esa cifra tan grande de la Argentina sirvió como un instrumento de presión para la liquidación de las empresas estratégicas del Estado argentino. Pero acá no necesitaron utilizar la deuda externa, sino como un factor adicional.

La 'capitalización' es una privatización diferida

FH: ¿Qué diferencia hay entre la privatización total de las empresas públicas y los recursos naturales de un país y el sistema llamado de 'capitalización' que se utilizó en Bolivia?

ASR: No es fácil la respuesta porque implica varios elementos destinados a confundir a los propios bolivianos. En primer lugar debe quedar en claro que la capitalización es una privatización diferida: privatización en cámara lenta, con la ventaja para los 'capitalizadores' que no tienen que hacer desembolsos inmediatos como es con el sistema de privatización. La capitalización fue diseñada de tal manera que las seis empresas consideradas estratégicas tenían que cumplir una fórmula aritmética que se desglosaba con una simplicidad tremenda: decía el presidente Gonzalo Sánchez de Lozada que lo que quería iba a ser 1 más 1 igual 2. Entonces decían, vamos a suponer que este vaso es Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y así como está YPFB tiene el valor de 1, entonces tengo que buscar un socio que ponga el mismo valor que valía Yacimientos. Vamos a tener dos YPFB o el doble de lo que teníamos antes. De esa manera se hizo un cálculo de lo que podría valer Yacimientos a valor de libros, y por razones operativas Yacimientos se desglosa para los efectos prácticos en 3 empresas: dos empresas que se dedican a exploración, explotación, etc. y otra empresa que se dedica al transporte. Pero, para simplificar, seguiremos pensando nomás que es una sola empresa. Se calcula que Yacimientos a valor de libros era de 800 millones de dólares y se hace una licitación para ver que empresa quería poner otros 800 millones de dólares. A este proceso se llama de capitalización. YPFB iba a tener entonces ya un valor de 1.600 millones de dólares.

El tema está en que la empresa, a partir de ese momento, tiene un capital accionario de 50% para la empresa capitalizadora y el otro 50% queda, no en manos del Estado, sino de los ciudadanos bolivianos que tenían 21 años al 31 de diciembre de 1945.

Las empresas para las transnacionales, el bono de solidaridad para los bolivianos

FH: ¿Esto tiene que ver con el Bonosol?

ASR: Tiene que ver con el Bonosol porque estas personas que cumplían 21 años al 31 de diciembre de 1945 tenían derecho a cobrar el Bonosol cuando cumplieran 65 años, con las utilidades de las empresas capitalizadas. Esas utilidades eran para ellos. Así a la capitalización se le dio, además, una finalidad social.

FH: Pero, ¿era a largo plazo?

ASR: No, porque había que pagar ya el Bonosol a las personas que ya tenían 65 años en ese momento.

FH: ¿Se pagó?

ASR: Fue interesante, porque se venían las elecciones de 1997 y el MNR usó el Bonosol como un arma electoral. Se suponía que los beneficiarios del Bonosol iban a ser, algo así, como el 18 o 20% de la población boliviana que eran votos para el MNR. El primer elemento es que el 50% de las acciones pasa a poder de las empresas capitalizadoras, vale decir de las transnacionales. Las cuales, además, asumen el derecho de administrar las empresas. El otro 50%, que pasa a poder de los ciudadanos bolivianos, forma un paquete accionario que viene a denominarse Fondo de Capitalización Colectiva y la administración se entrega a las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), lo que suma otro elemento de confusión. Entonces, las AFP que manejan el 50%, manejan una cuenta que se llama Fondo de Capitalización Colectiva, o sea que manejan las acciones de la capitalización que, en teoría, son de propiedad de los ciudadanos bolivianos.

FH: ¿Qué AFPs se eligieron?

ASR: En realidad fueron dos AFP que se forman pero las dos manejan las dos cosas al mismo tiempo: manejan las acciones de la capitalización y manejan las pensiones de los jubilados, que se llama Fondo de Capitalización Individual. Todo está hecho planificadamente como 'plus' para que el otro 50% también desaparezca con el pretexto de pagar el Bonosol, y cuando la gente diga '¿Y dónde está el 50%?', le dirán 'Ya le hemos pagado el Bonosol'. La primera vez que se paga el Bonosol en el año 1996, finales del 96, el registro en el Instituto Nacional de Estadística (INE) de los que había que pagar el Bonosol era de 280 mil, 290 mil personas y se presentan a cobrar 350 mil personas, pero el MNR no se hace ningún problema en pagar a todos, con papeles, sin papeles; la finalidad es decir '¿ahí está el 50% de los bolivianos o ha disminuido?'. Entonces, la capitalización incluía además el hecho de que hay un directorio de la empresa capitalizada de 7 personas, 4 designadas por las transnacionales y las otras 3 debían ser designadas por los ciudadanos bolivianos y de manera ilegal -porque eso no está establecido- la AFP asume el derecho de nombrar a los delegados a nombre de los ciudadanos bolivianos.

En un principio se eligen dos AFP -una de ellas se llama AFP Previsión y la otra AFP Futuro de Bolivia- y dice la ley que estas dos AFP no tenían que tener relaciones entre ellas y una de ellas es del Banco Bilbao Vizcaya (BBV) y la otra es del otro banco español Argentaria, pero BBV lo compra y así se juntan (BBVA) y entonces hubo que, nuevamente, hacer una segunda licitación y ahora hay otra AFP que es suiza.

De todas maneras, el hecho es que las dos AFP empiezan a tener un poder muy grande porque son las que directamente nombran a los directores, en minoría digamos, pero en acuerdo con las transnacionales mayoritarias. Bolivia pierde absolutamente, no sólo el recurso natural que implicaba el control o el servicio, por ejemplo, de las telecomunicaciones, sino también la fiscalización porque se organiza también algo así como una Superintendencia -el SIRESI- que es una superintendencia general de la cual dependen las superintendencias sectoriales -de hidrocarburos, de telecomunicaciones, del agua-. La idea es que con este sistema el país iba a tener un desarrollo, un crecimiento. Pero ya en la evaluación de ese folleto que le hice llegar, está vinculado con Oblitas y la Corte Suprema, yo hago el balance de la capitalización. Y digo que el mayor daño de la capitalización no fue la entrega del petróleo, el agua... los dos mayores daños fueron: en primer lugar la destrucción del Estado nacional, que es lo único que tenemos los países pobres para discutir con las potencias de los otros estados nacionales. La capitalización es un balazo en la cabeza del Estado nacional. Y el segundo gran daño es un cañonazo al corazón de la autoestima de los bolivianos en predicar que los bolivianos no servimos para manejar empresas, y como no servimos para manejar empresas hay que traer extranjeros a que las manejen.

El segundo tema, digo yo, es que Sánchez de Lozada y el gonismo, en esta profundización del ataque a la autoestima, no afirma sólo que 'Ustedes no saben manejar empresas', sino que tampoco están capacitados para designar a sus delegados en las empresas capitalizadas: eso lo tienen que hacer las AFP que para eso son profesionales. Tampoco nombramos a nuestros síndicos, que son los que fiscalizan todo el proceso, que también son nombrados por las AFP. Y finalmente los bolivianos y las bolivianas somos tan desgraciados, en la opinión de los capitalizadores, que tampoco tenemos derecho a recibir información. Todo el proceso se hace de manera absolutamente reservada y con decretos, en los cuales se dice expresamente que las capitalizadas no van a rendir informes. En el Parlamento algo se hizo con algunas peticiones y logré sacar la lista de los que se presentaban a los directorios. Habían españoles, ingleses... que además ganaban por estar presentes por sesión, 500 dólares y 1.000 dólares por sesión; había gente que estaba en directorios de 3 ó 4 empresas simultáneamente... todo el vandalismo que hizo Gonzalo Sánchez de Lozada en este proceso de capitalización, que además previó que en la medida en que nuevos contingentes fueran a necesitar del Bonosol, este 50% de 'acciones de los bolivianos', había que ir vendiendo para que el cálculo de los que tenían 21 años en 1995, cuando cumplieran 65, había que terminar de vender las acciones para pagar el Bonosol.

Ni las acciones con que sustentaron el Bonosol es para la gente

FH: Andrés, ¿se llegaron a vender algunas de esas acciones?

ASR: Las acciones se dividieron en 24 paquetes pero Sánchez de Lozada no se atrevió a venderlos, lo hizo Carlos Mesa, quien vendió 2 de los 24 paquetes que, según él, se necesitaron y los 'monetizó'. Esto es interesante: las acciones de la capitalización son entregadas al Fondo de Capitalización Individual porque este Fondo tiene el dinero efectivo de las jubilaciones, de los aportes jubilatorios que se han hecho. Esos aportes jubilatorios se entregan al Fondo de Capitalización Colectiva para que pueda pagar el Bonosol, porque no hay las utilidades suficientes por la rentabilidad de las acciones.

FH: ¿Pero esto, a largo plazo, lleva a la desaparición del Fondo de Capitalización Colectiva?

ASR: Así es. Como al Fondo de Capitalización Individual también le falta dinero para pagar las acciones, las vende. Y aquí hubo una reacción del pueblo de la tercera edad quejándose para que no sigan vendiendo las acciones porque no va a haber dinero para las jubilaciones. Y ahora eso ya está entrabado en este lugar.

(continúa en 'Elogio de la locura... y de la traición')