El diputado nacional y economista de la CTA, Claudio Lozano, ya señaló en oportunidades anteriores el ocultamiento de las cifras reales que administra el ministerio de Hacienda para beneficiar a grandes sectores económicos, en detrimento de una distribución equitativa de los recursos fiscales que beneficie a los sectores más comprometidos por los altos índices de pobreza e indigencia. A continuación se reproduce el balance y argumento que justifica su oposición al proyecto de Presupuesto, próximo a votarse en el Congreso. Y advierte además los riesgos de la parodia legislativa que no expresa una verdadera separación de poderes. Ejemplo de ello es la reiteración del pedido del Ejecutivo para concederle atribuciones adicionales al jefe de ministros en el manejo de los fondos de ese presupuesto.

Hemos fundado nuestra disidencia total en tres razones:

a) El proyecto de presupuesto es conservador e injusto en su diseño fiscal.

b) En términos estrictos constituye un verdadero 'dibujo' que no condice con las más elementales evidencias que exhibe la coyuntura económica.

c) Reedita de manera extrema la práctica nefasta de concentrar todos los poderes en el Ejecutivo transformando el debate parlamentario en una mera ficción.

Nuestra disidencia total se amplía al observar la existencia de márgenes de libertad que permitirán impulsar un conjunto de políticas capaces de promover por vía fiscal una estrategia de redistribución de los ingresos que amplíe el consumo popular y que permita sostener un nuevo proyecto productivo.

Con el objeto de presentar la estrategia presupuestaria que impulsamos presentamos a continuación dos hojas.

En la primera hay dos cuadros que indican tanto el stock de recursos disponibles en activos (recursos sobrantes del ejercicio 2004 y disponibilidad de reservas que en tanto permiten cancelar potencialmente pagos, libera recursos del superávit fiscal previsto para el 2005); como el flujo de fondos del cual se podría disponer durante el año próximo .

La segunda hoja muestra la propuesta de expandir el gasto corriente y de inversión en dirección a la estrategia económica mencionada.

En este marco, la expansión económica que el shock de demanda promovería, permitiría recuperar más recaudación y otorgaría legitimidad para impulsar en el 2005 y con el objetivo de que rindan en plenitud durante el 2006, la necesaria reforma impositiva y previsional que nuestra país necesita.