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Argentina: La lucha continúa

EL GRUPO DE REFLEXION RURAL LE CONTESTA AL MODELO DE SOJA SUSTENTABLE, Y DESHECHA, TERMINANTEMENTE, EL DOCUMENTO DEL WWF

Europa nuevamente a la conquista de América, ahora con la colaboración local (parte I)

Por: GRR

Nos definimos como GRR Grupo de Reflexión Rural, frente a la propuesta de implementar un modelo de Soja Sustentable que han realizado desde la Argentina y Europa un conglomerado de diversas ONGs y empresas cerealeras y de Biotecnología.

Los monocultivos de soja transgénica conducen inexorablemente a mayores despoblamientos del campo, creciente deforestación y desertificación de los suelos, y por consiguiente mayor hambre en las poblaciones. Las empresas e importantes funcionarios del Gobierno, organismos tales como la Secretaría de Agricultura, el INTA, el SENASA y el CONICET, se encuentran comprometidos en el esfuerzo conjunto de elaborar un gran proyecto nacional de Biotecnología, que implicará mayor dependencia al modelo impuesto y máxima dependencia a los insumos de las empresas transnacionales. Es este momento histórico de particular trascendencia, cuando las empresas se proponen públicamente pasar la producción de setenta a cien millones de granos de exportación, para lo cual requerirán quizá añadir diez o más millones de hectáreas a las actuales quince millones de hectáreas de transgénicos. Y para conseguirlo y a la vez evitar una catástrofe ecológica o un estallido social, las empresas y los gobiernos requieren de las ONG para que los ayuden y a esa etapa que ya ha comenzado en la Argentina por mandato de la WWF, con una primera convocatoria de la Fundación Vida Silvestre y con la presencia de FARN, de Greenpeace, de la Facultad de Agronomía de la UBA y diversas empresas, le han denominado Soja Sustentable.

En esta coalición que se organiza detrás del nuevo proyecto colonial de la Soja cada uno aporta desde sus propios intereses pero todos parecieran comulgar con los OGMs y con el rol asignado a la Argentina en el marco globalizador. Ciertas organizaciones ambientalistas buscarán preservar las zonas intangibles de parques nacionales y negociar el resto del bosque nativo haciendo de guías y expertos que impidan el desplome de los ecosistemas. Los funcionarios de las instituciones científicas y técnicas van detrás del proyecto ingenuo de una Biotecnología nacional como si no estuviera patentado hasta el último procedimiento de laboratorio y poniendo de esa manera los restos del Estado al servicio del interés transnacional. Los productores agrarios buscan obtener su propia tajada disputando la renta de la tierra y porfiando en no pagar los royalties de las semillas, mientras aprovechan la oportunidad para tratar de multiplicar la propia tropa mediante reclamos de 'reforma agraria' respetuosa del modelo de la soja.

Muchos dirigentes sindicales urbanos, absolutamente ciegos al modelo de monocultivos transgénicos, continúan mientras tanto batiendo el parche de la mejor distribución de las ganancias y de la necesidad de un schok distributivo que posibilite un despegue del consumo, a la vez que denuncian los desprolijidades y corrupciones tales como las subfacturaciónes en la exportación de granos, insinuando que con mayores controles aduaneros e impositivos del Estado, se recaudaría lo suficiente para resolver muchos de los problemas sociales más acuciantes...

El Rotary y CARITAS continúan en tanto con sus planes de instalación de vacas mecánicas en los Hospitales y zonas de indigencia, a la vez que incorporando alimentos en base a soja en los comedores para niños y para indigentes. De ese modo legitiman entre los más pobres el modelo de los monocultivos genéticamente modificados, a la vez que establecen un doble estándar alimentario para la población, estándar en el cual a los pobres les tocan los forrajes transgénicos. Todos y cada uno de estos protagonistas aportan a la continuación del modelo y a su profundización. Todos son responsables por acción o por omisión, y han aceptado la complicidad con las multinacionales que dominan nuestro mercado exportador y que nos han convertido en una Republiqueta forrajera... Necesitamos recuperar nuestra dignidad nacional y denunciar el modelo de la Soja y el rol de país productor de comodities y experimento biotecnológico que se nos ha impuesto. Necesitamos reconstruir Estado para volver a hacernos cargo del contralor del Comercio Exterior y reorganizar la Junta Nacional de Granos que nos permita poner precios sostén a los alimentos destinados a la mesa de los argentinos y que como la lenteja, el arroz o los lácteos ya no se producen o se encuentran en absoluta crisis de producción. Necesitamos volver a producir semillas, recuperando nuestros patrimonios genéticos extraviados y creando las bases para un modelo agrario diferente en el cual la Soberanía Alimentaria y el Desarrollo Local sean las metas nacionales que nos propongamos.

Rechazamos en forma terminante el documento de la WWF en que en el mes de septiembre y desde la localidad de Gland, Suiza, con el título de 'El boom de la soja: bendición o maldición para los bosques y sabanas de América del Sur', se nos propone un modelo de Soja Sustentable.

Lo rechazamos porque pone en evidencia actitudes de resignación y de aceptación del modelo globalizado de las sojas, modelo manejado en todas las fases de la producción y comercialización por las transnacionales agroquímicas, desde la producción y venta de semillas, la distribución de pesticidas; las máquinas para siembra, cosecha y fumigación, hasta el dominio de los puertos de exportación. Estas producciones de soja forrajera significan en Europa pérdida de la calidad alimentaria, producción industrial de carnes con forrajes genéticamente modificados y mayor deterioro de la vida en el campo, pero en los países de América del Sur el modelo de comoditización se manifiesta brutalmente como una enorme amenaza de desertización de los suelos, desplome de los ecosistemas agrarios y hambre para nuestros pueblos.

Lo rechazamos porque ignora los efectos sociales de la soja, cultivo que nunca formó parte de la alimentación de los argentinos y cuyos actuales monocultivos son causa de innumerables pérdidas de puestos de trabajo y de un gigantesco desplazamiento de población rural hacia los suburbios de pobreza en las grandes urbes.

Porque el informe ignora que la ganadería, fue desplazada por la soja a zonas marginales y bajos inundables o lo que es peor, a los corrales de engorde donde en vez de alimentarse con pasturas se la engorda con granos, especialmente de soja, con adiciones de antibióticos y hormonas.

Porque ignora que Argentina fue uno del países que mayor producción orgánica certificada tenía y que la agricultura de comodities basada en agrotóxicos y en OGM le cambió el perfil en el mercado internacional. Que el maíz orgánico no se puede producir más debido a la contaminación. Y que la miel argentina ha sido desplazada del mercado debido a sus residuos químicos.

Porque nuestro país fue el granero del mundo y gracias a la Soja hemos devenido en Republiqueta forrajera

Porque imaginar que se puede atenuar el riesgo de desertización con la propuesta de rotación con ganado es ingenua e inviable. Sobre millones de hectáreas de monocultivos los empresarios sojeros han hecho desaparecer las alambradas, los bebederos y los molinos de los que bebía la hacienda. El modelo sojero de monocultivos tiene un solo motor y es la disminución de costos y la creciente ganancia a expensas de los recursos naturales.