VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
Nuestro Planeta

Denuncian falta de compromiso de los líderes mundiales
Manifestación de los cinco continentes en Cumbre de la Tierra

Más de 15.000 personas salieron ayer sábado a las calles de Johannesburgo a protestar contra la falta de compromisos de los líderes mundiales hacia los más pobres, en un momento en que la Cumbre de la Tierra de la ONU registra pocos resultados y abundantes desacuerdos, aparentemente insalvables. Unas 15.000 personas de los cinco continentes celebraron en Johannesburgo su propia Cumbre de la Tierra, al inundar las calles con sus cánticos, reivindicaciones y críticas a la conferencia oficial de la ONU.

BEATRIZ LECUMBERRI, JOHANNESBURGO, AFP

Bajo la consigna "Amandla ngawethu!!" (La victoria es nuestra), repetida en zulú sin descanso, campesinos sin tierra, indígenas, militantes antimundialización, ecologistas, palestinos y sindicalistas caminaron los 8 km que separan el barrio miserable de Alexandra, a las afueras de Johannesburgo, hasta el centro de convenciones Sandton, sede de la reunión de la ONU situado en el corazón de la ciudad.
"Bush vete al infierno", "Paz, tierra y libertad", "Pongamos fin a la cumbre de la destrucción sustentable", "Palestina libre", "Osama bin Laden bombardea Sandton, por favor", rezaban las pancartas de los manifestantes.
Después de permanecer discretamente reunidos durante varios días en diversos puntos de las afueras de la ciudad, los militantes consiguieron ser el centro de atención al protestar por la falta de compromiso de los líderes mundiales a la hora de paliar la pobreza, crear empleo y proteger el medio ambiente.
Helicópteros de la policía, blindados del ejército, centenares de agentes antidisturbios y barreras de alambres de espino componían el impresionante dispositivo de seguridad.
"Paren las guerras, ayuden a los pobres y hagan pagar a los ricos", pidieron los manifestantes a su llegada al centro de convenciones Sandton, donde cientos de ministros y delegados debaten el futuro del planeta desde hace una semana. Cinco días después de la inauguración de la Cumbre de la tierra de Johannesburgo, los negociadores admitieron este sábado que muchos puntos de la negociación se encuentran en un callejón sin salida.
A dos días de la llegada de más de un centenar de jefes de Estado y de gobierno, los delegados oficiales intentan evitar el rotundo y escandaloso fracaso de esta conferencia, la mayor en la historia de la ONU.
La reducción de los subsidios agrícolas de los países industrializados, el proteccionismo, la ratificación del protocolo de Kyoto, la energía, la distribución de agua y la reducción de la pobreza son algunas de las cuestiones más espinosas cuya negociación se extenderá hasta el último minuto de esta cumbre, según los expertos.
Las ONGs, grandes y pequeñas, no ocultan su desolación al ver que el tiempo pasa y los avances no llegan. "En vez de Rio+10 esta cumbre parece Rio-10. En lugar de conseguir logros estamos retrocediendo", aseguraron responsables de Greenpeace.
Ante la urgencia de lograr algunos acuerdos, comenzó ya la 'compra-venta' de compromisos, admitieron responsables europeos. El agua y la energía, dos cuestiones fundamentales para la ONU, parecen estar en estos "pactos" entre países industrializados y en vías de desarrollo.
"Sería una lástima porque el agua y la energía son dos cuestiones íntimamente relacionadas con la erradicación de la pobreza. Sacrificar uno por otro es inaceptable", declaró a la AFP el autor de los documentos que se están discutiendo en la cumbre de la ONU, el colombiano Luis Gomez-Echeverri. En medio de este panorama desolador, una buena noticia corrió como la pólvora este sábado por los pasillos del centro de convenciones Sandton: los ministros acordaron que en el plan de acción de Johannesburgo haya una mención al protocolo de Kyoto.
El texto, que recibió el aval de los ministros, especifica que "los Estados que han ratificado el protocolo de Kyoto piden con fuerza a Estados que no lo han hecho que lo ratifiquen a tiempo". La frase no compromete a Estados Unidos, que no ratificó el protocolo, y no se verá de esta forma obligado a instar a otros países a aprobar un texto que ellos mismos rechazaron.