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Nuestro Planeta

23 de agosto del 2002

La Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible

Motivos para sentirse escéptico
Firoz Osman
ZNet en español

Si la Cumbre Mundial del Desarrollo en Suráfrica no confronta el fondo de los problemas que afligen a la humanidad, y sólo trata de encontrar paliativos, estará condenada al fracaso.
ECONOMÍA GLOBAL
L
a Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible (WSSD, en su sigla en inglés) se concentrará sobre todo en tres pilares, o sea el desarrollo social, el desarrollo económico y la protección de la ecología. Existe creciente escepticismo de si esta costosa operación tendrá un impacto significativo para la gente común, particularmente en el mundo en desarrollo.
Al considerar la historia de la WSSD desde la Conferencia de Estocolmo en 1972, la Cumbre sobre la Tierra en Río de Janeiro 20 años más tarde, y en "Río +5" en Nueva York, queda manifiestamente en claro que la mayor parte de los compromisos no fueron cumplidos. En los últimos treinta años hemos visto a millones de personas en el mundo crecientemente afligidas por una demoledora pobreza y el hambre, por la opresión y la explotación, por la violencia y los malignos efectos de guerras injustas.
La globalización puede ser caracterizada como el parasitismo económico o colonialismo dominado por las corporaciones multinacionales y transnacionales. Un veinte por ciento de los países occidentales (en particular EE.UU., Gran Bretaña, Japón, Alemania y Francia) controla un 82,7% del producto bruto nacional del mundo, un 81,2% del comercio mundial, un 80,5% de la inversión interna, y un 94% de la investigación y el desarrollo. En un trabajo reciente, Chandra Muzaffar del Movimiento Internacional por un Mundo Justo estima que un 70% del comercio mundial es controlado por 500 corporaciones, mientras un 1% de todas las corporaciones multinacionales posee la mitad de las acciones de las inversiones directas extranjeras.
Señala que "las corporaciones tienen una ocupación fundamental: aumentar al máximo los beneficios. Los intereses nacionales, menos aun el bienestar de la gente, importan muy poco a esas gigantescas empresas. Las fusiones y adquisiciones corporativas tienen lugar debido a su deseo de aumentar al máximo los beneficios y su penetración del mercado. Esto ha llevado a cada vez más concentración en cada vez menos manos.
La brecha entre ricos y pobres a escala global se amplía a una velocidad alarmante. En 1970, el 20% superior de la población mundial tenía 30 veces los ingresos del 20% inferior, pero en 1995, esa disparidad había sido multiplicada 82 veces. También hay una mayor monopolización de la riqueza que jamás antes. Tres de los hombres más ricos del mundo poseen activos que exceden el producto bruto interno (PIB) de cuarenta y ocho de los países más pobres del mundo."
El Programa de Desarrollo de la ONU calculó que los países en desarrollo están perdiendo más de 500.000 millones de dólares por año en ingresos que podrían devengar, debido a las barreras proteccionistas contra las exportaciones que tratan de vender a Occidente, por la manipulación occidental de las tasas de interés para sus préstamos, y por otras desigualdades estructurales. Quiere decir, que las políticas de los gobiernos occidentales están impidiendo que los países en desarrollo ganen diez veces el monto de toda la ayuda oficial que reciben de Occidente.
Es escandaloso que millones de personas vivan en una desalmada pobreza, que millones de personas mueran de hambre en un mundo que no carece de alimentos. Los alimentos son almacenados, descartados, derrochados, en inmensas cantidades en algunas partes del mundo para mantener los beneficios y los niveles de precio, mientras bebés mueren ante los pechos de sus madres, demasiado secos para darles su sustento vital. La práctica coercitiva de entregar tierras para producir cultivos comerciales como la caña de azúcar, el algodón y, lo peor de todo, el tabaco, para beneficiar a compañías multinacionales extranjeras debe ser denunciada y erradicada.
El miedo se ha convertido en un problema global en una vasta escala. La gente vive temiendo que se les expulse de sus hogares, temiendo la opresión y la negativa de derechos humanos básicos por gobiernos tiránicos, temiendo los estragos de la guerra y de los antagonismos tribales y del crimen. La sangre y las lágrimas de hombres, mujeres y niños inocentes en Irak, Palestina, Chechenia, Cachemira, Ruanda, Zimbabwe, Somalia, Afganistán y otros sitios, no deben seguir siendo ignoradas y ocultadas. Son testimonio de la mayoría de la humanidad que sufre la explotación, la opresión y la injusticia en una u otra forma.
Por motivos de poder y de codicia, y no por necesidad, y con una tecnología conveniente, el ser humano ha mermado rapazmente durante este siglo los recursos naturales del globo, ha producido y sigue produciendo desechos y contaminación a una escala que no ha sido conocida antes. Su ciencia y su tecnología y sus motivos de poder y codicia, han producido depósitos de suficientes armas nucleares, químicas y biológicas para destruir repetidamente la tierra. Su economía y sus valores han llevado a la concentración de vastas poblaciones humanas en ambientes urbanos y a la alienación del ser humano de su medio ambiente y de la naturaleza.
El género humano debe comprender que es simplemente un administrador de la tierra. Un administrador es alguien que no posee algo por derecho propio, sino que es responsable por su administración idónea. La crisis ecológica que está viviendo el mundo y que amenaza el futuro del ser humano no podría haber ocurrido bajo un sistema humano de moralidad y derecho.
Lo que preocupa a la vasta mayoría de la raza humana en África, Asia y América Latina es que el WSSD considere su derecho a alimentos, vestuario, abrigo, seguridad, educación, salud y empleo. ¿Para qué servirá gastar 100 millones de rands en una Cumbre que no los liberará del hambre y de la sed, de la falta de vivienda, de la ignorancia y de la enfermedad?
Como escribiera Rashmi Mayur, director del Instituto Internacional por un Futuro Sostenible, la pobreza es la fuente de muchas crisis humanas. Los gobiernos han subrayado que 1.300 millones de personas en el mundo en desarrollo están viviendo al límite de la supervivencia. Es obsceno que se gasten 800.000 millones de dólares al año en armas, armamentos, conflictos y guerras en un mundo privado incluso de recursos básicos. Si se trata simplemente de componer un sistema injusto y opresivo se llevará a un fracaso de la WSSD. La lucha en la Cumbre y más allá, será por reconstruir un mundo de igualdad, de vigencia global del derecho, y de sostenibilidad.
El Dr Firoz Osman es Secretario de MEDIA REVIEW NETWORK, un grupo de defensa en Pretoria, Suráfrica.
Título original: World Summit on Sustainable Development
Reasons for Scepticism
Link: http://www.zmag.org/content/showarticle.cfm?SectionID=13&ItemID=2224
Traducido por Germán Leyens