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Medio Oriente

Exige Henry Kissinger se dé un ultimátum a Bagdad en lo referente al control de armas
Irak, "enemigo hasta que se pruebe lo contrario", afirma George W. Bush

El mandatario indica que no tiene un cronograma para decidir una acción militar contra Hussein
Líderes opositores iraquíes se reunieron en Washington con Dick Cheney y Donald Rumsfeld
REUTERS, DPA Y AFP / LA JORNADA

Waco, 10 de agosto. El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, dijo este sábado que Irak "es un enemigo hasta que se pruebe lo contrario", aunque indicó que no tiene un cronograma para decidir si toma acción militar contra Bagdad para derrocar al presidente Saddam Hussein.
Bush, quien se encuentra en medio de unas vacaciones de cuatro semanas en Texas, cuando se le preguntó si el pueblo estadunidense estaría preparado para la pérdida de vidas en una eventual guerra contra Irak, declaró que "esa pregunta presupone que hay una plan inminente de guerra, pe-ro como ya lo he dicho antes, no tengo un cronograma para decidir si tomo una acción militar contra el gobierno de Bagdad".
Bajo creciente presión por parte de algunos miembros del Congreso y de países aliados clave de no lanzar un ataque contra el régimen de Hussein, el mandatario republicano dijo que se encuentra realizando consultas con el Congreso y algunos países amigos.
"No tengo un cronograma para decidir sobre la política en relación a Irak", declaró mientras jugaba golf. "Nosotros debemos a los hijos de nuestros hijos liberar al mundo de armas de destrucción masiva que están en las manos de los que odian la libertad", indicó.
Cuando se le preguntó al gobernante si no estaba sorprendido de no haber logrado un mayor apoyo para una acción bélica contra el presidente iraquí, Bush dijo: "La mayoría de la gente entiende que él es un peligro, y yo he dicho en diversas ocasiones que tengo mu-chas armas a mi disposición, pero también he insistido en que soy un hombre que delibero antes de tomar decisiones".
Por su parte, la prensa iraquí señaló que un ataque estadunidense tendría enormes repercusiones en Medio Oriente, después de que Estados Unidos endureció su po-sición al afirmar que la política para "contener" a Saddam Hussein ha fracasado.
En peligro, la estabilidad regional
El diario Babel, dirigido por Udai Hussein, hijo mayor del líder iraquí, estima que un ataque "no sólo perjudicará a Irak, sino también a los mismos estadunidenses y la estabilidad de la región".

"Eso minaría también los es-fuerzos del gobierno del mal estadunidense para mantener la coalición militar creada con los países europeos y otros, bajo el pretexto de combatir al terrorismo", afirmó el periódico.
El diario oficial Al Qadissiya afirmó que Bush "lanza acusaciones irresponsables y está utilizando mentiras ridículas", además de que una guerra "precipitaría a la región en un ciclo de consecuencias imprevisibles".
Estos comentarios tuvieron lu-gar después de que Washington endureció nuevamente el viernes el tono frente a Irak, a pesar de la negativa de aliados como Alemania para participar en una intervención militar.
Mientras tanto, dirigentes de los grupos de oposición iraquíes se reunieron este sábado con el vicepresidente de Estados Unidos, Ri-chard Cheney, y el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, en un esfuerzo por estructurar una oposición creíble al régimen de Bagdad y preparar la era posterior a Saddam Hussein.
Las conversaciones fueron por medio de una videoconferencia en la mañana con Cheney, desde su residencia de verano en Wyoming, y constituyó el segundo ca-pítulo de una reunión de alto nivel entre dirigentes de seis grupos de la oposición interna o en el exilio y la administración Bush.
El primero fue el viernes en el Departamento de Estado, cuando los disidentes fueron recibidos por funcionarios estadunidenses que intentan crear una coalición política confiable para remplazar a la dirección de Bagdad.
"Estados Unidos reiteró su compromiso y determinación de provocar un cambio de régimen en Irak", declaró Sharif Ali Ben Hussein, del Movimiento por la Mo-narquía Constitucional, al término de los encuentros de hoy.
Los dirigentes de estos seis grupos anunciaron, al término de las conversaciones con Cheney y Rumsfeld, que próximamente tendrá lugar una conferencia que in-cluirá a otros grupos, con el apoyo de Estados Unidos.
Los analistas señalan que estas reuniones sirvieron para que el gobierno de Bush superara sus divisiones sobre la política frente a Irak, e intentar convencer a la opinión pública de su país y a los aliados europeos de que la oposición iraquí apoya la voluntad de intervenir de Washington.
Por otro lado, el ex secretario de Estado estadunidense Henry Kissinger exigió un ultimátum para el régimen iraquí en la cuestión del control de armamentos, según es-cribe en un artículo para el periódico alemán Welt am Sonntag, que aparecerá este domingo.
Kissinger señaló que con la amenaza de una intervención militar se debería obligar a Irak a permitir el sistema de control de armamentos vaya más allá de las exigencias originales de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
En cuanto a las intenciones de Bush de hacer presión para lograr un cambio de gobierno en Bagdad, Kissinger opina que esto po-dría poner en duda todo el sistema basado en los tratados de paz de Westfalia, de 1648, cuya base es la no intervención de una potencia extranjera en los asuntos internos de una nación soberana.
Justamente por esta razón po-dría ser que los aliados europeos se muestren reacios a apoyar una operación de este tipo, señala el ex funcionario, quien considera de mucha importancia que, junto con la presión militar, se tenga igualmente a mano un programa de reconstrucción de Irak, en el que, además de Estados Unidos y sus aliados, también participen los países moderados de la región.
No árabe a la intervención
En este sentido, Egipto se pronunció en contra de un eventual ataque contra Irak, y los otros países comparten ese punto de vista, afirmó este sábado el ministro de Relaciones Exteriores de Egipto, Ahmed Maher.
Al ser consultado por la prensa sobre la posición árabe frente a un eventual ataque, respondió: "La posición árabe es muy clara: los países árabes se oponen a un ataque contra Irak".
Por último, Saddam Hussein prometió hoy a un parlamentario británico que dará acceso a su país a los inspectores de armas, informó un periódico británico.
The Mail Sunday dijo que George Galloway, legislador perteneciente al Partido Laborista del primer ministro Tony Blair, que también escribe una columna para la edición escocesa de la publicación semanal, se había reunido con el líder iraquí en un búnker subterráneo secreto cerca de Bagdad.
Anunció que "implementaría todas las resoluciones de la ONU sobre Iraq y admitiría a los inspectores de armas sin obstáculos", indicó el diario, aunque no citó la promesa directamente.
Saddam Hussein dijo, además, que quería mejores relaciones con Gran Bretaña, y citó textualmente al mandatario iraquí: "No sabemos por qué ustedes se volvieron contra nosotros más que cualquier otro país europeo".
Por último, el presidente árabe le recordó a Galloway una frase de Winston Churchill, laureado escritor, ex primer ministro británico y héroe de la Segunda Guerra Mundial, al advertir que si las na-ciones occidentales invaden Irak, "lucharemos en las calles, en los techos, de casa en casa, y nunca nos rendiremos".