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Medio Oriente

El viernes se reuniría con el secretario de Estado de EEUU, Colin Powell

El líder palestino Arafat rompe el aislamiento
El líder palestino Yasser Arafat, asediado en su cuartel general de Ramalá, en Cisjordania, logró romper su aislamiento y se reunió con sus más estrechos colaboradores en vista del encuentro que debería mantener, el viernes, con el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell.

 Arafat se reunió con sus colaboradores en su cuartel, que sigue asediado por las tropas israelíes.

Entretanto, ayer se reunió con los doce negociadores palestinos a quienes, días atrás, les había encargado comunicarse con el enviado norteamericano, Anthony Zinni.
El encuentro con Powell no fue aún confirmado, y el secretario de Estado afirmó que verá a Arafat "sólo si las circunstancias lo permiten".
Por su parte, el premier israelí, Ariel Sharon, declaró que consideraba "un trágico error" la conversación entre el responsable de la diplomacia norteamericana y el líder palestino que Israel tiene sitiado en Ramalá desde el 29 de marzo.
Sobre la decisión final de Powell podría pesar también el atentado suicida de ayer en Haifa, donde un kamikaze de Hamas accionó un explosivo en un autobús matando, al menos, a ocho israelíes, pero los palestinos están seguros de que el secretario de Estado no podrá evitar el encuentro con Arafat.
Según fuentes palestinas, el encuentro se realizaría para no comprometer las relaciones entre Estados Unidos y el mundo árabe pero también para restablecer un clima de mayor confianza con los palestinos que acusan a la administración Bush de favorecer a Israel.
"En verdad, el presidente Arafat no espera grandes resultados del encuentro con Powell. Propondrá sí la aplicación de tres puntos para resolver el conflicto: retiro de las tropas israelíes de los Territorios, aplicación de los planes Tenet y Mitchell de cese del fuego y relanzamiento de las negociaciones, además del despliegue de una fuerza internacional", dijo a ANSA un consejero del líder palestino que no quiso dar su nombre. Al mismo tiempo, agregó el consejero, Estados Unidos debe decidir "si quiere hablar con un Arafat prisionero o con un Arafat presidente palestino. Con el Arafat que representa un problema o con el Arafat que puede resolver los problemas".
Los palestinos, por su parte, están convencidos de que el gobierno israelí no abandonará "ni un minuto" los esfuerzos para impedir la llegada de Powell al cuartel general de Arafat en Ramalá, semidestruido y rodeado por tanques.
Un pretexto, afirman los palestinos, podrían ser las difíciles condiciones de seguridad en la ciudad reocupada.
Ayer un grupo de norteamericanos, que forma parte del equipo que acompaña al enviado norteamericano, Zinni, se dirigió a Ramalá para estudiar la organización de los dispositivos de seguridad en ocasión de la visita de Powell.
Según algunas fuentes, el riesgo principal sería el de un imprevisto enfrentamiento armado entre policías palestinos de guardia en la oficina de Arafat y los soldados israelíes apostados desde hace diez días a pocos metros de distancia.
El riesgo podría reducirse sólo con un retroceso de los grupos israelíes, como Zinni habría ya pedido días atrás a Sharon y como auspició ayer el cuarteto integrado por Estados Unidos, la Unión Europea, la ONU y Rusia en la declaración conjunta difundida al término de la reunión de Madrid.
"Un favor" --afirmó el consejero de Arafat-- "que Sharon no querrá hacernos. En cambio, los soldados permanecerán donde están, precisamente para afirmar que no hay seguridad y que Powell haría mejor en mantenerse lejos de Ramalá". *