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Medio Oriente


25 de abril del 2002

Israel bloquea la misión de la ONU a Yenín

Suzanne Goldenberg
The Guardian, UK
Traducido para Rebelión por Tatiana de la O

Israel se volvió atrás anoche en su compromiso de permitir la entrada a una comisión internacional para investigar la ofensiva contra el campo de refugiados de Yenín, sumiendo en el desorden a la misión de la ONU.
Horas después de que un coro de oficiales israelíes, incluyendo al ex primer ministro Simón Peres, dijese que Israel no tenía nada que esconder, el primer ministro Ariel Sharon decidió que el equipo, anunciado sólo 24 horas antes por el secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, no será aceptado.
La misión, presidida por el ex presidente finlandés Martti Ahtisaari, tenía planeado moverse rápido, y se esperaba que llegase a Yenín para fines de esta semana.
Había sido bienvenida por los palestinos, pero desde el comienzo fue recibida con escepticismo por Israel. Anoche Annan llamó a una reunión para resolver el escándalo, pero parece inevitable que haya una demora, fomentando un aislamiento mayor de Israel con respecto a la comunidad internacional.
La vuelta atrás obtuvo una reprensión inmediata de Washington, que se pronunció a favor de Annan. Estados Unidos patrocinó la resolución de seguridad que decidió el viaje de la misión el viernes pasado.
"Somos patrocinadores de esto y queremos que se implemente tal como está escrito. Apoyamos la iniciativa del secretario general", dijo un funcionario de la Casa Blanca que prefirió no dar su nombre.
La razón esgrimida por Israel para este giro completo es la carencia de expertos militares en el equipo de Naciones Unidas que pretende investigar las denuncias palestinas de que hubo una masacre en el campo, cuyo centro fue reducido a un inmenso montón de escombros por las excavadoras blindadas. También alega no haber sido adecuadamente consultado.
Pero el equipo de la ONU incluye a un General Mayor estadounidense retirado, William Nash, y soldados israelíes han reconocido en privado que la demanda de más militares es una cortina de humo.
La razón real de la inquietud es la inclusión del anterior jefe del Comité Internacional de la Cruz Roja, Cornelio Sommaruga, y de Sadako Ogata, ex alto comisionado para los refugiados de la ONU. El señor Ahtisaari es aparentemente aceptable para los israelíes.
Pero los oficiales israelíes temen que los antecedentes humanitarios de Sommaruga y Ogata favorezcan a los palestinos, y los mantengan menos receptivos a los argumentos israelíes que aseguran que la destrucción que asoló el campo fue el resultado legítimo de una batalla peleada con bravura, y que la prohibición de las ambulancias y la ayuda médica por parte del ejército fue una circunstancia indispensable del combate. La Cruz Roja fue excluida del campo durante los seis días que siguieron al fin de los combates.
Israel está también ansioso de frustrar cualquier perspectiva de ampliación de la misión para examinar las acciones del ejército en otros pueblos de Cisjordania, especialmente Nablus, donde el centro histórico de la ciudad (casbah) sufrió grandes destrozos.
La decisión de Sharon siguió a un día de rabia y preocupación crecientes dentro de su gobierno acerca de la misión, con la amenaza del secretario de gabinete Gideon Saar de prohibir que el equipo entre al campo.
Sharon admitió más temprano ayer ante un comité parlamentario que temía las consecuencias de la misión pero insistió en que Israel no tenía otra opción que aceptarla.
Estos miedos no fueron aliviados por las garantías que dio Annan de que no se trataba de "un equipo de fiscales o investigadores criminales... Ellos van a establecer los hechos".
Pero con Estados Unidos y la comunidad internacional bregando detrás de la misión, la estrategia de Israel parece empeñada no tanto en bloquearla sino más bien en manipularla llenando el equipo de tecnócratas militares. El lunes pasado el General Nash fue ascendido de asesor militar a miembro completo del equipo a causa de la insistencia de Israel.
Sharon parecía ayer cada vez más inquieto por el fin de la ofensiva militar en Cisjordania, y consideraba invasiones a gran escala de la Franja de Gaza "No habrá un lugar donde haya inmunidad para os terroristas", dijo.
Israel tiene la costumbre de telegrafiar sus ofensivas militares contra los palestinos, y hubo señales de advertencia de varios oficiales además de Sharon de que el ejército procedería pronto con la ofensiva en Gaza.
Desde Jerusalén Miércoles 24 de abril, 2002
http://www.guardian.co.uk/israel/Story/0,2763,689718,00.html


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