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Medio Oriente

21 de abril del 2002

"Veo el odio en los ojos de los soldados que ocuparon nuestra casa"

Diario de Reem Saleh, de 15 años, desde Jenín
Janine di Giovanni
La Haine

Reem Saleh vive en el campo de refugiados de Jenín. Celebró su 15º cumpleaños tres días antes de que los tanques del ejercito israelí entraran en la ciudad el 3 de Abril. El regalo de su padre, Jamal -un soldador-, fue una pluma con la que registró en un diario cómo ella y su familia sobrevivieron las dos siguientes semanas.
Al final de esta dura prueba ella me contó que ya no quería ser profesora o enfermera, sino que en su desesperación quería convertirse en un amalieh Esteshhadieh, un mártir en misión suicida con bomba. Al decir esto empieza a llora, pero continúa: "Todas mis amigas quieren serlo. Tal vez, si los israelíes se fueran, podría querer dedicarme a otra cosa". La familia Saleh se trasladó al campo de refugiados de Jenín en 1948 tras verse obligados a huir de su casa, dentro del actual Estado de Israel. La familia ampliada vive en un complejo de casas conectadas. Los Saleh tuvieron suerte durante la mayor parte de la invasión de Jenín, ya que se habían aprovisionado de comida y suministros y conseguían el agua de un pozo. Pero cuando 50 soldados israelíes ocuparon su vivienda y decidieron utilizarla como nido de francotiradores, los 26 fueron relegados a una sola habitación. Los Saleh no sufrieron ninguna baja, pero su casa fue dañada gravemente, su coche fue aplastado por los tanques y sus miembros resultaron brutalmente traumatizados.
Reem y sus cuatro hermanos menores -el más niño de sólo tres años- resistieron juntos noche tras noche con las bombas, disparos de ametralladora y helicópteros Apache pasando sobre ellos. Los colegios cerraron el día de la primera incursión, así que ya no pudieron ver a sus amigos, o saber si estaban vivos o muertos. Reem, una chica tímida, estudiosa y educada, guarda en su diario no sólo sus pensamientos, sino también las noticias de la radio, que fue el único enlace de la familia con el mundo exterior.
MIERCOLES 3 DE ABRIL. Primer día. Oigo tanques y helicópteros. Las tropas de Israel han entrado en la ciudad de Jenín. Durante todo el día, el almuecín ha estado llamando a la resistencia desde la mezquita: "¡Llamada para todos los palestinos, Hamas, Fatah, Yihad.
Resistamos al ejercito. Estamos en alerta!". El Sábado han entrado en el campo, moviéndose despacio. Lo han cercado. Hay muchísimos tanques, especialmente en la zona de Jabriat y Saadeh; allá ha estado luchando todo el día el ejercito israelí contra la resistencia palestina. Muchísimas casas están siendo tomadas a estas horas, y las familias dispersadas. Hay francotiradores por todas partes: apostados dentro de las casas, sobre todo en el área de Jabriat. La resistencia trató de evitar que el ejercito tomara el campo y murieron seis palestinos y dos soldados israelíes. Al menos eso es lo que dicen las noticias de Israel.
La resistencia dijo que los israelíes tomarían el campo sólo por encima de sus cadáveres. La resistencia usó por primera vez RPGs (rocket propelled grenades-granadas disparadas por misil) y destruyeron tres tanques israelíes. Los líderes de la resistencia dijeron "que hay muchas sorpresas preparadas para los israelíes".
SABADO 3 DE ABRIL. 9.30 AM. Tropas israelíes echaron abajo la puerta de nuestra casa y tomaron las habitaciones. Rompen los muebles y parece que están muy enfadados. Se están poniendo pintura negra de camuflaje en la cara. Algunos están muy nerviosos y puedo ver el odio en sus ojos. Uno de los soldados nos escupe. Es moreno y parece sefardí, tal vez sea del Yemen.
Entonces se llevaron a mi padre a una habitación, usándolo de escudo mientras disparaban afuera por agujeros que hacían en la pared. Cuando uno de ellos entró a la habitación lo tiró todo por el suelo con la culata de su arma, golpeando todo lo que estaba en las estanterías. Está todo roto. Nos meten a los 24 -familiares, primos y vecinos- en la habitación de tía Sophi. Registran cada objeto de la casa, miran todas nuestras fotos y encuentran el póster de un niño asesinado en Jenín, un mártir; escupen sobre él. Hasta los periódicos tiran. Dicen: "qué es esto? ¿un periódico?".
Hay un póster de veinticuatro mártires asesinados en Jenín, incluida la sobrina de mi madre, Maria Abu Seriaque, que fue asesinada el 28 de Febrero. Tenía 10 años. El soldado pregunta a mi padre qué es eso y dice: "¿Yo los maté? Bueno, no importa. Mejor me dices dónde están los otros luchadores de Jenín."
Aún no me puedo creer que estén en mi casa. No siento nada, entumecimiento. Levantamos las manos cuando entraron para que no dispararan.
Todo el día se ha oído el sonido de Kalashnikovs, M16s y explosiones de los nuestros. Del lado de los israelíes se oyen helicópteros Apache volando por encima de nuestras cabezas durante todo el día. Tengo miedo. Oigo tanques disparando. Oigo aviones, F16s, sobre nosotros. Mis hermanos pequeños y mis primos se esconden. Cuando miramos por la ventana vemos tanques, APCs (armoured personal carriers-vehículos personales armados) y palas mecánicas tirando abajo las casas. Vemos gente abandonando sus casas con las manos en alto.
DOMINGO, 7 DE ABRIL. Han disparado a uno de los soldados israelíes en la casa. Está gravemente herido. Tiene la cara ensangrentada y está gritando. Los otros soldados le han vendado la cara y los brazos, después han puesto un gotero de glucosa a su brazo. Más tarde el soldado llamaba a gritos a su madre. Tengo miedo de que se tomen venganza. Nos gritan en hebreo. Nos dicen que no nos acerquemos a la ventana. Un soldado está tan enfadado que comienza a darse con la cabeza en la pared. Los Apache bombardean el campo durante todo el día y los soldados nos dicen que no se irán hasta que todos los hombres armados se rindan. La resistencia palestina sigue diciendo: "no nos rendiremos". El almuecín desde la mezquita sigue cada día pidiendo a los luchadores que resistan. Sólo queda uno en el campo fiel a su trabajo y sigue diciendo que hay que resistir.
LUNES, 8 DE ABRIL. Hoy las noticias israelíes dicen que dos soldados suyos han muerto y que hay cinco heridos. Dicen que hay cincuenta palestinos muertos. Las fuentes palestinas dicen otra cosa. Dicen que hay cientos de palestinos muertos. La radio dice también que está habiendo una masacre aquí y que el mundo no tiene ni idea. Los Apache siguen bombardeando. Las casas están ardiendo. Nadie sabe cuántas personas han muerto dentro de ellas. Hoy también luchan en Nablús, donde viven mis tíos; y en Iraq han decidido no vender petróleo.
Nuestros vecinos, los Gouls, viven al otro lado de la calle. Han enviado a sus hijos a nuestra casa para que estén seguros, pero los padres se han quedado allí porque no quieren abandonar su casa. La casa ha sido atacada con misiles y los padres suben al primer piso. Entonces alcanzan el segundo piso con otro misil y, finalmente, deciden moverse. Como no quieren salir a la calle porque les dispararían, rompen una ventana y se arrastran hasta la casa de los vecinos. Ahora solo les queda media casa.
Todos los niños oyen el misil y se asustan. Cuando los Apache nos sobrevuelan, los niños se tapan los oídos con las manos y los soldados les dicen que no tengan miedo. "El ejercito sabe que estamos aquí, no os dispararán", dicen.
Uno de los soldados oye un teléfono sonar. Pregunta: "¿dónde está?". Le dice a mi padre que quiere saberlo, pero mi padre les dice que no hay teléfono. Discuten durante una hora y el soldado pega a mi padre en la cabeza y lo insulta. Al final se da cuenta de que el sonido no es de un teléfono, sino del reloj de mi padre que suena como un teléfono.
MARTES, 9 DE ABRIL. Veo como los soldados israelíes tiran abajo una casa con una pala mecánica. Veo gente palestina salir de la casa con las manos en alto, pero desde atrás. No les veo las caras. Una vecina embarazada que se llama Hyam llama a nuestra puerta. Tiene muchos dolores y está asustada. Los soldados le gritan que se vaya, pero ella dice que no tiene dónde ir. Vuelve a salir a la calle con su hija pequeña, que agita un pequeño pañuelo blanco, como una bandera. Pero igual les disparan. Hyam no está herida, pero tiene mucho miedo. Cuando vuelve a su casa su marido no está, ha sido arrestado por los israelíes. Sus otros hijos se han ido con el vecino.
MIERCOLES, 10 DE ABRIL. Hay una noticia en la radio sobre un suicida con una bomba en un autobús en Haifa. Era de Jenín.
JUEVES, 11 DE ABRIL. Escucho la radio, que dice que los israelíes han demolido 10 casas. Hay luchadores dentro de las casas.
Aquí intentamos leer el Corán. No podemos lavar la ropa, así que llevamos la misma todos los días. No me puedo lavar el pelo. Los niños tienen que estar callados, a veces hasta siete u ocho horas, porque si no los soldados les gritan.
VIERNES, 12 DE ABRIL. Otro atentado suicida en Jerusalén. Cada día es lo mismo. Solo podemos movernos, de uno en uno, cuando los soldados nos dejan. Entonces nos movemos entre la única habitación en la que vivimos, la cocina y el baño. Nos dicen que no nos acerquemos a las ventanas. En las noticias he escuchado que han muerto 13 soldados israelíes en el campo de Jenín. No sabemos dónde exactamente, porque hay explosiones todo el tiempo. Los soldados se enfadan mucho y dicen a mi padre: "ahora no nos iremos hasta que todos los Árabes estén muertos". Antes de esta guerra yo iba a la escuela. Mis clases acabaron el 29 de Marzo, y no he visto a mis amigos Amal y Nurseh desde la invasión. Sólo he sabido que han asesinado al hermano de Amal. Tenía veinte años. No era un luchador de la resistencia.
Traducido por La Haine

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