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Latinoamérica

Un año de silencio: los zapatistas
se aislaron de mexicanos y del mundo

 
El subcomandante Marcos, jefe de la guerrilla zapatista.

El silencio de casi un año de los zapatistas y del subcomandante Marcos, recluidos en las comunidades indígenas del estado de Chiapas (sur), los ha aislado de sus apoyos en México y en el mundo, y ha hecho que una gran mayoría se pregunte qué hacen.
El último comunicado de Marcos fue emitido el 29 de abril de 2001 en protesta por la aprobación de las reformas constitucionales aprobadas por el Congreso sobre derechos y cultura indígenas, que rechazaron tajantemente.
Para el sacerdote Joel Padrón, vicario de Justicia y Paz de la Diócesis de San Cristóbal, el silencio zapatista es "un mensaje, una palabra, y habría que tratar de entenderlo".
Añadió que ese silencio "causa cierto nerviosismo y se está extendiendo tanto, que ya todos pensamos cómo responder".
El religioso, quien a principios de 1994 fue confundido con el subcomandante Marcos, agregó que "lo que más se escucha en el contexto actual es el silencio zapatista, es un silencio que es palabra y que puede expresar paciencia".
En cambio, Gerardo González, investigador de El Colegio de la Frontera Sur, cree que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) está hablando a través de la resistencia indígena.
No obstante, González advierte que la postura zapatista "ha deteriorado las relaciones socio-políticas del EZLN al interior, ha habido un desgaste y hay gente que ha estado esperando la línea del grupo, y como la dinámica social es muy compleja, muchas organizaciones sociales han ido tomando agenda propia".
Durante más de siete años, desde su alzamiento en enero de 1994, el EZLN se hizo presente a través de las palabras de Marcos, capaz de escribir desde comunicados de guerra hasta cuentos infantiles, desde burlas a los políticos hasta sesudos análisis socioeconómicos e intercambios epistolares con artistas e intelectuales.
Marcos, con su pasamontañas y su pipa, se volvió un personaje de referencia en México. Cuando la dirección zapatista hizo la marcha hasta la capital del país, en marzo de 2001, decenas de miles de personas se hacían presentes en sus actos para apoyarla o simplemente para conocerla, y en especial al subcomandante, ídolo también de las mujeres jóvenes.
En su último comunicado, Marcos aseguró que "elaboraron esa reforma (sobre derechos y cultura indígena) porque así aseguran que la guerra no termine, que los militares continúen con sus negocios sucios en Chiapas, que los zapatistas indígenas se mantengan en la clandestinidad y que los indígenas sigan siendo objeto de limosnas y desprecios".
Justamente es la clandestinidad lo que han mantenido los zapatistas, quienes siguen en las comunidades, fortaleciendo los 'municipios autónomos' --zonas de autogobierno indígena-- y su trabajo social en algunas zonas de Chiapas.
Para el obispo de San Cristóbal, Felipe Arizmendi, al EZLN ya no le interesa seguir la discusión de la ley indígena ni pedir que se reanude el diálogo sino que aplica la autonomía como la entienden sus seguidores, en educación, en proyectos productivos alternativos, en organización y en vida comunitaria.
González coincide y asegura que "la vida del movimiento zapatista en estos momentos está en los municipios autónomos, donde está construyendo un poder local a través de los proyectos de educación, salud y el poder local, que significa preparar una serie de autoridades locales que van desde los concejos hasta los parlamentos, lo que le da una razón de ser a los municipios autónomos".
"El silencio en sí no es una solución, tal vez es una táctica, parte de un compás de espera, pero no conduce automáticamente a la solución de los conflictos, sino simplemente la retrasa", declaró Rodolfo Stavenhagen, relator de las Naciones Unidas para los Derechos de los Pueblos Indígenas.
En Chiapas, una sociedad muy lastimada por las injusticias económicas y sociales y por las diferencias religiosas, los zapatistas siguen presentes, aunque sea en silencio, pero en el resto del país --con 10 millones de indígenas-- la gente pregunta: "¿Y Marcos?". *