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Latinoamérica

7 de abril del 2002

Intervenciones de Brisky y el embajador de Palestina en la Mesa Redonda de las Madres

Madres de Plaza de Mayo
A pesar del silencio de los medios de prensa, los cuales fueron invitados a cubrir la información, y con una importante presencia de público, se realizó el viernes 5 de Abril, en el Auditorio de la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo, una Mesa Redonda sobre la situación en Palestina.
Los panelistas fueron, en ese orden, la Presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, el reconocido actor y director teatral Norman Brisky, y el Embajador de Palestina en nuestro país, Suhail Hami Daher Akel.
Siempre junto a los pueblos oprimidos, con una trayectoria consecuente de "ponerle el cuerpo" a sus ideas, las Madres ya habían visitado Palestina en dos oportunidades, llevando la solidaridad de su pañuelo blanco a las mujeres israelíes y palestinas que sufren en carne propia los horrores de la guerra de ocupación del ejército israelí, punta de lanza del imperialismo yanki en Medio Oriente.
Y hoy, ante la nueva escalada de la masacre perpetrada contra el pueblo palestino por los fascistas a las órdenes de Ariel Sharon, abrieron las puertas de la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo para que se escuchen las voces de los que no aceptan el genocidio, para quebrar el silencio cómplice y la desinformación de los medios de prensa locales e internacionales sobre la heroica resistencia del pueblo palestino.
Luego de las intervenciones de los panelistas, hubo un debate con el público presente, que reflejó la preocupación por ampliar las acciones y muestras de solidaridad con la Palestina agredida.


NORMAN BRISKY
A veces soy judío. Y en esta ocasión soy judío para defender al pueblo palestino, para identificarme con sus luchas, con su historia. Digo a veces, a veces, porque mi padre, que era del Bund, una organización judía de centro-Europa, socialista, ellos lucharon por las causas nacionales. Ellos sabían que la manera de cambiar al mundo no era hacer un nacionalismo barato, y llegar a un Estado de Israel fundado entre los ingleses y los sionistas. Yo no sé si se conoce tanto de esto, como para darse cuenta que la fundación de Israel tiene ya su propia muerte.
Porque está fundada a partir de la expulsión de los palestinos, y una alianza entre el imperio ingles y los sionistas, que tenían un proyecto fascista. Parecidas como la patología del judaísmo.
El sionismo es la enfermedad del judaísmo. Y por supuesto es una productora de antisemitismo, cosa que es espantosa y que confunde a muchísima gente, a los pueblos, decir que el pueblo de Israel es el pueblo judío, y es el sionismo. Eso no solamente no es cierto, sino que es deformante, y que hay que aclarar muchísimo que el pueblo judío ha sido siempre aliado a las luchas del pueblo palestino.
Y tengo como una prueba de mi propia historia: el hermano de mi papá fue a Israel. En general fueron dos tipos de inmigraciones: los muy religiosos, sectarios... ¿cómo se podría caracterizar lo que significa un religioso dogmático judío?
Es bravo... un católico, igual, digamos, es la misma fiebre de poner la figura de un revolucionario como Cristo y dogmatizarlo y con eso producir racismo, discriminación, y más que todo, diferencias económicas.
Para eso están hechas esas sectas, para eso el imperialismo ayudó a la fundación del Estado de Israel y al sionismo, porque tenía los intereses de seguir vigente en lo que significaba el Medio Oriente, y la India y todo lo demás en ese momento.
El hermano de mi papá fue a Israel. Era un idealista, un socialista, y pensaba que el cambio, la tierra de los judíos tenía que ser ahí, e iba a hacer la "interna" dentro de Israel en contra del sionismo. Su lucha fue derrotada muchísimas veces, yo veía las cartas que le escribía a mi papá, y decía que "sin el pueblo palestino - así escribía - sin el pueblo hermano palestino" no había ninguna posibilidad de crear un estado de judíos. Y la otra razón - decía él - es que si el sionismo se alía con el capitalismo, con el imperio, iba a deformar la posibilidad de que eso ocurriera, él fue derrotado muchas veces.
También (Jacobo) Timmerman fue derrotado, cuando Timmerman estuvo en Israel se dio cuenta de lo que significa una guerra fraticida, contra los propios hermanos que son los palestinos. Hizo la denuncia y lo echaron de Israel. Y no era Timmerman un perfecto socialista ni mucho menos, era un liberal progresista. Y así mismo, denunció la situación genocida del Estado de Israel.
Cómo el judaísmo tiene tantos ejemplos de luchas -los Macabeos- de su historia, ¿no? Han hecho una distorsión tan grave de lo que significa la verdadera historia del pueblo judío, que hoy el judío que no se alíe a la causa palestina es un traidor a su propia historia.
Por eso estoy aquí. Por eso saludo a mi hermano, que lo conozco hace mucho tiempo, porque sé que en primer abrazo que tuvimos hace quince años, sabíamos que esta causa hay que seguirla, hay que ser consecuente, hay que aguantar, hay que tener mucho coraje. A mí los "servicios" israelíes se encargaron de asustarme varias veces.
Para terminar, quiero decir que la causa de Palestina, como decía Hebe, como cualquier causa hoy en el mundo, ha cambiado su aspecto de cuánto cuerpo y cuánta fuerza tenemos para solidarizarnos.
¿Por qué? Porque la Argentina el día que salga de esta mierda partidocrática, que no deja emerger un pueblo que tiene recursos y alternativas extraordinarias, cuando querramos construir o reconstruir - ya empezó la reconstrucción, de muchas maneras, ya está reencauzada la liberación en nuestro país, se lo ve en las Asambleas, en la lucha de las Madres, en muchas cosas - la resolución de sus problemas, que en general tienen esa calidad de lo económico, va a estar basada en la solidaridad de esos pueblos que nosotros cultivamos.
El pueblo palestino nos va a ayudar muchísimo - ustedes no sé si han tratado con este pueblo que es tan inteligente, tan conmovedor, tan único, tan único, tan astuto, tan valiente- que en el momento que nosotros nos despeguemos de la dependencia, nos despeguemos del capitalismo, del imperio, con esos pueblos, con esta solidaridad que hoy fundamos vamos a construir una nación en serio.
No sé cuanto falta, no habría que preocuparse ni siquiera con qué proyecto económico vamos a salir, sino cuánto hicimos para solidarizarnos hoy en las luchas internacionales.
Acuérdense, porque el día que nosotros estemos cerca de ser independientes, soberanos, el pueblo palestino, el pueblo cubano, muchos pueblos, el pueblo brasilero, el pueblo uruguayo, el pueblo chileno... tenemos para resolver todos los problemas que hoy no son nada más que una deformación de un sistema capitalista absurdo, ridículo, que tenemos que terminar.
O sea, apoyar la causa palestina es estar en contra del imperio.




EMBAJADOR DE PALESTINA
Querida Madre Hebe, quiero agradecerle profundamente, toda la presencia conmovedora que ha tenido a través de los tiempos, y en estos últimos tiempos en distintas partes del mundo, solidarizándose con la causa de mi país, con la causa de mi pueblo palestino. Lo hizo en México, lo hizo en Cuba, lo hizo en Brasil, lo hizo en Europa, y lo hizo en Palestina y en Israel. Gracias, Hebe.
Querido hermano Norman, gracias por ser un judío como sos. Queridas hermanas de las Madres, que mi corazón está con ustedes, y con su sufrimiento.
Queridas hermanas, queridos hermanos, agradezco mucho a la Universidad, al profesorado, a los alumnos, a las Madres, a los colaboradores, a todos ustedes que dejaron hoy sus cosas, sus problemas, su crisis, para venir hoy aquí, solidarizándose con mi pueblo.
Vemos esto como un gran gesto de valentía. Vemos esto como parte de una sociedad que también lucha por su libertad, por su dignidad, y por su orgullo de ser pueblo.
En verdad, nuestra lucha es de muchos años, de muchas décadas, de muchos siglos. Hubo dos pasajes de Norman (Brisky), primero cuando dijo que la fundación del Estado de Israel se hizo sobre la base de la expulsión de los palestinos. Y mi buen castellano es porque yo fui expulsado. Porque cuando se creó el Estado de Israel sobre mi país, yo hacía dos años y medio que había nacido en Jerusalén, en la vieja ciudad de Jerusalén.
Y por ese destino de la historia, y por la determinación de treinta y tres países en Naciones Unidas, junto con el 60% de mi pueblo, me convirtieron en refugiado. Y volví a mi país después de cuarenta y seis años de exilio, en 1995.
Pero no volví a mi país como palestino, porque como palestino, los israelíes no me dejaban entrar. Volví a mi país como diplomático. Luego volví tres veces más, pero también como diplomático. Y hoy, ni como diplomático ni como palestino.
Y el otro de los pasajes fue ese remozón de remontarse en la vieja historia de los Macabeos, y antes. Y yo recordé en ese preciso instante cuando dijo que así como se necesitaba de los palestinos en ese tiempo, se necesita de los palestinos ahora. Y recordaba que no podría haber nunca un rey David, si David no hubiese salvado su vida con los palestinos en Belén de que fuera asesinado por el rey Saúl. Y cuando nosotros los filisteos, los cananeos derrotamos al rey Saúl, David fue el rey. Pero también nos persiguió, y nuevamente de Jerusalem tuvimos que refugiarnos en Belén. Y decidió también cambiar el nombre que le habíamos dado a la ciudad en honor al dios de la paz: Salem, Iursalam, por el de Ciudad de David.
Pero David pasó, la Ciudad de David también. También pasaron los romanos, también pasaron los griegos, también pasaron los mamelucos, los cruzados, los otomanos, los otomanos turcos, los ingleses, y nosotros todavía estamos... Y hoy están los israelíes.
Sin embargo la lucha de mi pueblo es una lucha que es continua. Parece que el destino quiso que esa tierra sea una tierra sagrada, sea una tierra de profetas, pero al mismo tiempo sea una tierra de odio y de cobardía. Y que el paso del tiempo arrolle al pueblo de esa tierra y destruya la pueblo de esa tierra.
Sin embargo estamos presentes. Estamos presentes, estamos luchando, estamos firmes, pero al mismo tiempo estamos con nuestro corazón abierto, estamos con nuestros brazos tendidos. No tenemos ni odio ni venganza, ni en nuestras mentes ni en nuestros corazones. Sabemos que esa tierra nos pertenece, que es legítima, y que una resolución internacional sin nuestro consentimiento crea un nuevo Estado, despiadado.
Tan despiadado como la resolución, que no tuvo en cuenta que cuando estaba partiendo a mi país no solamente estaba partiendo un pedazo de tierra, sino que estaba partiendo a un pueblo, y estaba arrancando de mi pueblo a una comunidad, que es a la comunidad judía, y le estaba dando un nacionalismo, y le estaba dando una cierta fuerza, y no estaba enfrentando y no estaba llevando adelante el principio del fin.
Por eso rescato la figura de aquel gran científico judío, Albert Einstein a quien la organización sionista le propuso ser el presidente del primer Estado de Israel. Sin embargo Albert Einstein les dijo que no, que no podía aceptar tal presidencia. Y en otro de sus párrafos le preguntó a Jaim Weizman qué iba a ser de los árabes de Palestina. Y Weizman, presidente de la Agencia Sionista le respondió: "¿de qué árabes, y a quién interesa eso?"
De modo que en verdad, no se estaba construyendo un Estado que estaba a la altura de la ética y de la moral judías, sino que se estaba construyendo un Estado sobre la base de la discriminación, de la masacre, de los crímenes, de la aberrancia. Y hoy seguimos siendo víctimas de ese Estado (...)
Nuestro corazón está abierto, generoso, y con las manos tendidas. Porque hemos reconocido a ese Estado. Porque hemos reconocido a ese pueblo. Porque he reconocido como palestino, a compartir Jerusalem con aquellos que me echaron de Jerusalem.
Pero porque tenemos el deseo fundamental de apostar por la vida, y no por la muerte, y porque sabemos que nuestra libertad, jamás va ser a expensas de la libertad ajena, y que nosotros jamás podríamos victimizar absolutamente a nadie, como nos victimizaron a nosotros.
Y nos conformamos, y aceptamos restituir al Estado de Palestina con el 22% de la histórica Palestina, con Jerusalem Este como capital. Pero también eso nos negaron. Y nos siguieron persiguiendo, y nos siguieron asesinando, y nos siguieron negando nuestros derechos nacionales.
Pero finalmente alguien pensó que la cordura podía llegar en algún momento y llegó en aquel 1993, y llegó de la mano de un general, al que también sabíamos que habíamos sufrido por sus masacres y por su represión, que era el que asesinaba a nuestros hijos, a nuestras madres, que era el jefe de la represión a la Intifada de 1987. Pero quizás su conciencia lo cambió, frente a tantas masacres y tantas muertes, y se atrevió a firmar la Paz de los Valientes, y tenderle la mano a nuestro presidente Yasser Arafat.
Pensábamos que a partir de esa instancia, con este nuevo socio en la paz, Yitzak Rabin, podíamos alcanzar definitivamente, un acuerdo que nos permita vivir en dignidad, en tolerancia y en convivencia dos Estados y dos Pueblos, y definitivamente erradicar la muerte entre nuestros hijos para dar lugar a la vida.
Sin embargo, un terrorista ultraderechista israelí asesinó a Yitzak Rabin. Con Yitzak Rabin asesinó a la Paz, y después de Rabin ningún líder israelí tuvo la capacidad, tuvo la altura, tuvo la fortaleza de cumplir con los acuerdos, y de llevar hacia adelante al pueblo de Israel y al pueblo de Palestina.
Todos, absolutamente todos comenzaron, unos más y otros menos, a asesinar todos los acuerdos que firmamos, y junto con los acuerdos asesinar a nuestro pueblo palestino; hasta llegar a una instancia tan difícil como la del día de hoy, que en verdad no tiene lógica. Ni siquiera puede entrar en la cabeza de alguien tanta locura, como la que exhibe un criminal de guerra como es el Primer Ministro israelí Ariel Sharon.
Un odio que descarga contra una población civil palestina. Un odio que descarga a través de sus 30.000 soldados de la ocupación. Un odio que descarga con los 500 tanques Abrahm I, con sus helicópteros Apaches, su aviones F-16, sus gases tóxicos, sus gases CS, CN, CR; su uranio empobrecido. Todo un potencial bélico contra una población civil palestina.
Hacía unos días atrás, el ex presidente norteamericano Jim Carter decía: "nosotros tenemos que saber donde va el dinero norteamericano, porque le estamos dando actualmente 10 millones de dólares diarios a Israel, e Israel lo invierte en armas" . De modo que el dinero norteamericano vuelve a la banca norteamericana, el negocio es entre norteamericanos e israelíes, y la muerte es del pueblo palestino y el pueblo israelí.
Yo podría expresarles muchísimas cosas, podría relatar todo lo acontecido en estas últimas horas en la Iglesia de la Natividad de Belén, en el cerco militar contra el Presidente Arafat, donde fueron saqueadas la Presidencia en Ramallah, y donde nuestro presidente Yasser Arafat, líder de la Resistencia y la Revolución Palestina, heroicamente está resistiendo a la ocupación israelí, y del otro lado de la puerta tiene a todos los soldados israelíes esperando una orden del señor Sharon para asesinarlo.
Podría contarles muchas cosas, pero en verdad no quisiera transmitirles todo el dolor que siente mi corazón, todo el dolor que siente el corazón de cada madre palestina que ve perder a su hijo, y rápidamente trata de engendrar un nuevo hijo, para que ese nuevo hijo sea parte de la futura Revolución.
De modo que celebro, celebro con todo mi orgullo, y todo mi corazón estar aquí, en la Casa de las Madres. En estas Madres que son un ejemplo de vida, y que sin lugar a dudas, su pañuelo en la cabeza es muy similar al pañuelo en la cabeza que usan nuestras madres. Y es muy similar al pañuelo negro que también usan las madres de las Mujeres de Negro israelíes. Y como generadoras de vida, son generadoras de revolución, son generadoras de libertad, son generadoras de paz.
Yo simplemente, termino diciéndoles algunas palabras del presidente Yasser Arafat, cuando dijo:
" ... Si nuestros hombres no pudieran luchar más, lucharán nuestras mujeres. Pero si nuestras mujeres no pudieran luchar más, lucharán nuestros niños. Pero si nuestros hombres, nuestras mujeres y nuestros niños no pudieran luchar más, nuestros muertos se levantarán y lucharán..."