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Latinoamérica

6 de marzo del 2002

Desarrollo y reprimarización en la Argentina reciente

Daniel Illanes

El gobierno de Duhalde está en una situación difícil pero no hay por el momento una propuesta para superarlo desde el campo nacional. Lamentablemente es mucho más fuerte el frente que forman Menem, Murphy, O'Neill, Dornbush y Bush, que el podrían hacer, por ejemplo, Seineldín y las CCC, por ejemplo. Hay que frenar primero el golpe liberal, porque no podemos negar que existe en los últimos tiempos algún crecimiento de sectores políticos liberales.
A fines de enero y comienzos de febrero han aparecido algunas formas de protesta con perfil UPAU o UCEDE. Eso se ha dado en San Juan. Hubo un hecho importante a nivel nacional, referido a este tema y registrado mediáticamente: se trata de la polémica parlamentaria que tuvieron el diputado de centro de Santa Fé, Castellani, con Zamora y Elisa Carrió. Eso fue el 28 de febrero. Lo de Castellani demuestra que el liberalismo de centro intenta recuperar protagonismo. Es lógico porque los había opacado el modelo de la convertibilidad, Menem y Cavallo les habán robado el discurso contra el Estado y por las privatizaciones.
Ha aparecido también, en el primer bimestre del 2002 undiscurso de matríz agrarista. Flota la idea de vuelta al campo, de retorno a una idea algo así como bucólica. Hay un aspecto positivo en esa idea: el retorno a la producción. La idea de retorno al campo alcanza como idea de subsistencia y como rechazo muy fuerte a la pésima orientación del gasto público. El problema es que termina confundiendo el gasto público con todo lo público. Este clima puede ser utilizado por cualquier variante liberal. Y tiene características que pueden ser utilizadas en un contexto reprimarizante.
1943
En 1943, el golpe militar cobró rápidamente un perfil industrialista, como que fue el resultado de la alianza entre industria y Ejército. Los liberales reprimarizantes sufrieron una severa derrota principalmente en el trienio 1945-1947 (17 de octubre, triunfo electoral peronista en febrero de 1946, declaración de la independencia económica en julio de 1947, programa y declaración de Avellaneda del radicalismo en agosto de 1947).
Los años que corren entre 1941 y 1949 fueron los de instalación del nacionalindustrialismo que ya se había insinuado con Pellegrini y que se había diseñado ideológicamente con FORJA en los años 30. En 1941 fue el Plan Siderúrgico del General Savio y en 1949 fue la constitución nacionalista.
El proyecto de Perón tuvo tres grandes problemas limitantes:
el déficit energético que entorpecía la industrialización.
la falta de una burguesía que acompañara e impulsara su proyecto.
La debilidad de la burotecnocracia nacionalista para enfrentarse al intelectualiberalismo con mucho arraigo histórico en la Argentina.
La burotecnocracia industrialista y el intelectualnacionalismo del peronismo tuvieron un gran impulso entre 1941 y 1949. Estuvieron fuertemente comprometidos con el proyecto de desarrollo autónomo del peronismo.
Pero el intelectualiberalismo resistía desde las Universidades y desde el radicalismo y una parte de la izquierda y el democristianismo, lo que el intelectualnacionalismo compaba en las áreas del Estado. El intelectualiberalismo mantenía prestigio en las clases medias por su aperturismo atlántico y sus actitudes cipayas.
1955
En el 55 el Estado era visto como responsable de una excesiva inclinación a la industria y de haber abandonado al campo. El golpe militar de ese año impulsó una política reprimarizadora. Fue un golpe contra la industria, encubierto en un discurso contra la corrupción y el autoritarismo.
Entre el 55 y el 60 fue el conflicto arduo entre la reprimarización liberal y el desarrollismo. Este último tuvo algunos éxitos y otros fracasos, pero hay que reconocer que el peso del bloque reprimarizador era muy grande, porque era muy fuerte desde el 55, principalmente porque estaba apoyado por la base social del golpe del 55: el amplio bloque social rentístico- inmobiliario. Entre el 61 y el 76 el conflicto continuó con formas diversas.
1976
En 1976 hubo un nuevo proceso reprimarizador que costó 30 mil desaparecidos, y miles y miles de detenidos y emigrados. Eso fue el resultado de un golpe de Estado no solamente contrarrevolucionario en el sentido ideológico sino en el sentido productivo y económico: se instaló un mixto de valorización financiera y reprimarización, y se colocó como ministro de economía a José Alfredo Martínez de Hoz, que era un perfecto exponente de la ideología de la reprimarización.
Sin embargo, el bloque reprimarizador no consiguió un éxito pleno por cuanto el propio elemento de vanguardia del golpe de Estado y del gobierno dictatorial surgido en el 76, las FFAA, se opusieron a algunas cosas. En realidad era imposible reprimarizar en forma total sin desmantelar políticamente el Ejército. Martínez de Hoz podía cualquier cosa menos eso, porque el Ejército era la fuente efectiva de su poder en el ámbito del Estado. Y el Ejército no estaba dispuesto a aniquilar Fabricaciones Militares, Comisión Nacional de Energía Atómica y otras empresas del Estado.
MENEM
En la época de Alfonsín todavía existía una disputa muy grande entre el sector industrial y el sector financiero. Todavía existía ciertos proyectos autonómicos como el vector Cóndor.
El menemismo fue el impacto reprimarizador más fuerte. Claro que requirió de varias cosas:
por un lado, la influencia de nuevas producciones exportables, como el petróleo y el gas. Es decir, la ampliación del espacio que antes estaba reservado a los commodities tradicionales.
por otro lado el peso del sector servicios.
El menemismo fue el resultado de una sinergia entre:
bienes y servicios modernos con fuerte incidencia del sector importador.
reprimarización ampliada hacia el sector extractivo con concentración y modernización del sector bienes renovables.
bolsones industriales sometidos al esquema y beneficiados con privilegios especiales, con fuerte incidencia de la importación (caso industria automotriz).
la conquista de la hegemonía por la aristocracia financiera (denominación utilizada por Martín Asborno) en relación con los famosos grupos económicos.
Menem terminó con el proyecto del vector Cóndor con la finalidad de ampliar e instalar definitivamente el proyecto reprimarizador y ser confiable al imperialismo desmantelando cualquier posibilidad de defensa. El vector Cóndor reunía en sí mismo las dos cosas que Menem se dedicó a destruir con mayor interés: la defensa nacional y la producción científica.
EL PROYECTO ESTRATEGICO NORTEAMERICANO PARA LA ARGENTINA
Ese proyecto reprimarizador es el que tiene pensado Estados Unidos para la Argentina. Pero no lo tiene pensado a partir de algo bucólico o de una estrategia de tipo farmer (hacer un hermoso país de granjeros felices de su moral y de sus graneros). Al contrario, quiere desatar un caos inmobiliario en el campo argentino para copar espacio con finalidad estratégica.
Estados Unidos cuenta con Argentina como reserva estratégica consistente en tener espacio primario y de reserva de agua. No importa que Repsol venda todo nuestro petróleo. No importa que el capitalismo de rapiña liquide todo nuestro gas. Ahora lo que les importa de Argentina es el agua, y gran parte de la disputa actual en el mundo es por el agua, la reserva más complicada del planeta en los próximos tiempos.
Menem lo que hizo es aplicar esta política, por eso representa una de las figuras de mayor credibilidad para los intereses estratégicos de los Estados Unidos en el Sur.
Es cierto lo que dice John Saxe Fernández: lo que Estados Unidos no quiere es que haya capitalismo autónomo en ningún país de América Latina.
Argentina, desde luego con altibajos, intentó entre 1935 y 1976, gestar un capitalismo autónomo. De ese capitalismo con pretensión de autonomía proviene nuestra clase obrera y nuestra clase media. Aunque esta última haya sido fácilmente arrastrada a jugar el papel de cliente feliz del consumo importado ("deme dos" y convertibilidad).
A Estados Unidos no le asusta el socialismo en América Latina, porque sabe que no tiene andadura por una cuestión de carácter internacional. Lo que le preocupa es la pretensión de capitalismo autónomo.
Frente al caos de la Argentina, la idea de capitalismo autónomo se ha ido desplazando hacia Venezuela y Brasil, en los últimos tiempos. El Mercosur juega un papel fundamental en este aspecto, y los norteamericanos (los halcones de Bush principalmente), quieren desmantelarlo. Ello no es para nada fácil. Pero logran avances en la medida enque general un campo acústico de voces confusas a partir del manejo de los macrocomunicadores mediáticos al servicio de la estrategia destructiva norteamericana.
El gobierno de Duhalde tiene muchos defectos y muchas presiones pero no quiere salir del Mercosur. Por eso Fernando Henrique Cardoso tiene una posición a favor del actual gobierno argentino.
porque el Mercosur afirma la posibildad de liderazgo brasilero en el sur.
y no en cualquier sur, sino en todo el Sur del mundo, es decir, en el Hemisferio Sur.
ese liderazgo lo buscó alguna vez Juan Domingo Perón, pero el gorilismo occidentalista y reprimarizador no lo dejó realizar.
ahora la posta la tiene Brasil. En ese sentido, hay alguna relación entre la geopolítica de Golbery da Couto e Silva y algunos aspectos de la gestión de Fernando Henrique Cardoso.
a la Argentina le conviene fortalecer el Mercosur y no entrar al ALCA. Lo que ocurre es que algunos sectores de la pequeña burguesía creen que entrando al ALCA vamos a obtener dólares financieros rápidos para salir del corralito. La diferencia estaría en el Mercosur como fuente para obtener dólares comerciales lentos y el ALCA y las presiones imperialistas que generan el mito – desde luego mentiroso – de los dólares financieros rápidos.
Hay algo que se viene discutiendo desde 1944 en los organismos internacionales. Es el tema del condicionalismo. Esto debe leerse así: "va la ayuda a cambio de tal o cual regulación regresiva". Esto se ha ido agudizando hasta llegar a las presiones actuales, muchas de las cuales no se comunican formalmente sino que se dejan caer como una llovizna casual desde la superestructura mediática. Son cosas de este tipo:
"van a ir 10 o 20 mil millones de dólares si los docentes y empleados públicos argentinos pasan a cobrar como pasantes. De esa forma pagamos el corralito."
Ese tipo de promesa extorsiva se distribuye mediáticamente para dar consenso a cualquier costa.
bases en el sur.
operaciones militares tipo plan Cabañas 2001.
Intento de guerra en la Triple Frontera.
golpe liberal.
gobierno de Murphy.
Triunvirato extranjero (proyecto Dornbush-Caballero).
Etcétera.