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Latinoamérica

CUBA Y MEXICO, ENFRENTADOS POR LA GIRA DE BUSH

La estela de la discordia

Una pintada alusiva a la visita de George Bush, en El Salvador.
George W. Bush terminó ayer su rápida visita por América latina, lo cual significó pasar algunas horas por México, Perú y El Salvador. El tono de la gira fue la falta de novedades. El presidente norteamericano se encargó de desinflar las expectativas de anuncios rimbombantes que había prometido el peruano Alejandro Toledo y prometió a Francisco Flores, mandatario de El Salvador, donde funciona el principal centro de monitoreo territorial estadounidense, un tratado de libre comercio preferencial. A la vez, tras la cumbre de la ONU en Monterrey, Bush desató un conflicto diplomático entre dos países históricamente aliados: México y Cuba. En todo momento, insistió con que la lucha contra el terrorismo lanzada el 11 de setiembre tiene traducción latinoamericana: lucha contra el narcotráfico, lucha contra la guerrilla y libre comercio.
Cuba acusó ayer a México de vender al presidente Fidel Castro a Estados Unidos en referencia a la retirada de Castro horas antes de la llegada de Bush: "Estados Unidos puso precio a la Cumbre de Monterrey y el gobierno mexicano aceptó el trato. La moneda de cambio era Fidel", señaló el editorial del único periódico del país editado el domingo, Juventud Rebelde. Bush y el presidente mexicano, Vicente Fox, negaron haber presionado a Castro para que abandonara el encuentro. "No tengo conocimiento de que se haya presionado a nadie. Fidel Castro puede hacer lo que quiera hacer", dijo Bush en una conferencia de prensa conjunta con Fox. Sin embargo, al presidente de la Asamblea Nacional de Cuba, Ricardo Alarcón, quien permaneció en lugar de Castro en Monterrey, se le negó la entrada a algunos encuentros importantes en los que participó Bush. Alarcón declaró: "Se nos pidió entonces un gesto, que ayudáramos, no permaneciendo en México sino hasta la hora de comida de ayer".
En las 17 horas que pasó en Perú ni siquiera mencionó la aprobación del Acuerdo de Preferencias Arancelarias Andinas (ATPA), la aspiración principal de Toledo. En cambio, prometió a los gobernantes de Centroamérica acelerar un tratado de libre comercio e instó a un compromiso explícito de éstos en la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico.