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Latinoamérica

La cumbre, victoria contra la globalización: Alarcón

Marchan miles de cubanos en apoyo a su presidente; "EU presionó a México"
DPA Y PL

La Habana, Cuba, 23 de marzo. Miles de personas encabezadas por el general Raúl Castro, considerado el "segundo hombre" en la jerarquía de la isla, respaldaron hoy las declaraciones del gobierno cubano sobre presiones de Estados Unidos que obligaron a Fidel Castro a abandonar la cumbre de Monterrey, al tiempo que el presidente del Parlamento, Ricardo Alarcón, aseguró que la Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo, que terminó el viernes pasado en esa ciudad mexicana, significa "una rotunda victoria" de los pueblos contra la globalización, pero no en términos de acuerdos.
A su llegada a esta capital procedente de México, el parlamentario isleño puntualizó que "en el futuro y por mucho tiempo se hablará de Monterrey, (pero) no por un documento que nadie ha leído ni leerá, sino por el hecho histórico que tuvo lugar ahí: la protesta de la gente en las calles, la denuncia de Cuba y el planteamiento de su delegación".
El canciller, Felipe Pérez Roque, decidió reservarse la identidad de la "persona muy autorizada" de México que solicitó restricciones a la presencia de Fidel Castro, y reiteró que el propio presidente Bush presionó al gobierno mexicano para condicionar la participación del mandatario cubano.
En tanto, una "tribuna abierta" encabezada por los comandantes de la revolución cubana, Juan Almeida, Ramiro Valdez y Guillermo García, en la ciudad de Remedios, 300 kilómetros al este de La Habana, reunió a más de 15 mil isleños que expresaron su respaldo a Fidel Castro y al socialismo.
Los oradores ?juristas, niños estudiantes, jóvenes, campesinos y escritores? apoyaron la denuncia del canciller Pérez Roque, en la que responsabilizó al presidente de Estados Unidos, George W. Bush, de presionar al gobierno mexicano para obligar a Castro a retirarse de la conferencia, auspiciada por la Organización de Naciones Unidas (ONU).
En una comparecencia por la televisión cubana, Pérez Roque dijo que "fue Bush quien amenazó con no ir a la cumbre si en ella participaba el compañero Fidel. Chantajeó a los organizadores y amenazó con boicotearla con su ausencia".
Por ello, en la llamada "tribuna de ideas" también se demandó la liberación de los cinco cubanos acusados de espionaje, así como la eliminación del embargo económico contra la isla y la ley de ajuste cubano, que otorga residencia y trabajo a todo indocumentado de este país que llegue furtivamente a Estados Unidos.
Otra demanda de los isleños fue la "aplicación de justicia" al anticastrista Luis Posada Carriles, detenido en Panamá, acusado de complot para asesinar al presidente cubano durante la Cumbre Iberoamericana de noviembre de 2000.
Por su parte, el líder del Parlamento de Cuba, Ricardo Alarcón, sostuvo que la conferencia en Monterrey fue "una rotunda victoria, no en términos de acuerdos, sino en términos históricos, de lucha social. Una gran victoria de los pueblos en contra de la globalización neoliberal".
Preguntó: "¿Por qué querían y necesitaban excluir a Fidel? Porque hubiera sido lo mismo que abrir las puertas para que la gente que protestaba afuera entrara a la conferencia".
Sin embargo, para Alarcón, la cumbre sirvió para llamar la atención sobre problemas fundamentales como miseria, pobreza y otros males de la humanidad. Eso, enfatizó, "en una medida primordial se debió a la participación de la delegación cubana".
El canciller Pérez Roque recalcó que estos acontecimientos son muy graves y no han tenido precedentes en otras cumbres internacionales.
"El funcionario estadunidense que presionó al gobierno de México fue el presidente Bush. En cuanto a la persona muy autorizada de México que hizo la solicitud, me voy a abstener de identificarla. No me corresponde hablar de eso. Su cancillería no tenía conocimiento, pero nosotros sí", precisó el jefe de la diplomacia cubana.