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Latinoamérica

4 de septiembre del 2002

Periodistas Frente a la Corrupción (PCF)

Probidad & PFC: Acerca del despido de J.J.Dalton por no obedecer a la línea editorial de La Prensa Gráfica en El Salvador
Recientemente en El Salvador se canceló la columna editorial en La Prensa Gráfica al periodísta Juan José Daltón (hijo del escritor asesinado Roque Daltón). El motivo de la cancelación fue por haber disentido y críticado la posición tomada por el diario en relación al juicio contra unos militares salvadoreños condenados en Miami por tener responsabilidad en torturas y violaciones a los derechos humanos. En este país aún se censuran las voces de la víctimas que claman para que los responsables de las atrocidades de la guerra sucia responsan ante la justicia.
El incidente en La Prensa Gráfica ha generado bastante discusión y reflexiones, así como pronunciamientos y reclamos contra dicho medio. Abajo compartimos con ustedes una reflexión de Martín Ruiz, periodista español (quien trabajó en El Salvador) al respecto. Más abajo está el pronunciamiento que emitió Probidad, la organización que administra PFC.



Estimado J.J. Dalton:
No tengo a mano tu dirección de mail, pero no puedo dejar de decirte que recibo con disgusto, que no con sorpresa, la noticia de que te han levantado la columna en La Prensa Grafica.
Tu única falta: ser un analista político con criterio propio, que no escribe al dictado, y osa reclamar justicia contra los asesinos. Con la legitimidad de quien ha visto como morían su padre y su hermano, cada uno a manos de un bando.
Cuentas en tu última columna en ese medio, que los militares que te detuvieron en Chalatenango hace 21 años recibieron órdenes de no matarte. "Tan sólo" te torturaron, te rompieron varias costillas y te incrustaron un balazo en los pulmones.
Como periodista se me ocurren muchas preguntas dirigidas a quien tan alegremente te despide: si te hubieran asesinado entonces, ¿hubiera dado igual?, ¿no habríamos perdido nada?, ¿esa orden no habría salido de alguien?, ¿deberíamos echar tierra sobre ese crimen, y paz y después gloria para que el editorialista con quien discrepas siga pidiendo honrar al asesino (y a sus cómplices y a sus encubridores) y no al poeta mártir? Hermano Dalton, ¿por qué alguien como tú que se ha jugado en más de una ocasión la vida por la libertad de expresión, no va a poder discrepar libremente?, ¿qué méritos son necesarios?, ¿por qué los demás no vamos a poder tener acceso a esas opiniones? Las respuestas sólo las puede dar el rodillo, cuasi militar de la gerencia de redacción de La Prensa Grafica que, con una mentalidad que no ha evolucionado en las dos últimas décadas pretende, "más mal que bien" sentar dogma, contraviniendo los principios más elementales de libertad de expresión e ignorando por completo la naturaleza del periodismo, donde los hechos son sagrados y las opiniones, libres.
En prácticamente todo el mundo, hasta en los medios de comunicación con una línea editorial más dura y enquistada, se permite que algún elemento se salga de la tónica editorial cotidiana y marque claramente la diferencia.
Esto, lejos de alterar sustancialmente la estructura del medio o su línea editorial, la refuerza, otorgándole más credibilidad por cuanto puede presentarse a la opinión publica como plural y libre. Es lo que estudiosos como Saperas definen como "autolegitimación" (Ramon Reig, "Medios de Comunicación y poder en España", p.19).
La Prensa Grafica ignora en este caso las convenciones más elementales del periodismo, ejecuta tu despido fulminante y cercena la libertad de expresión a toque de corneta, casi tan marcial como el de los pistoleros de quienes prefiere no hablar.
En un país en el que todos los "hombres de bien" sueñan con ser campeones del pedaleo cuesta abajo, un columnista valiente ha pegado un puñetazo en la mesa y ha dicho que no le interesa ese juego. El resultado es que la próxima semana no podremos leer tu columna en La Prensa Grafica, pero seguimos contando con un periodista coherente y honesto.
Creo que, si por cualquier medio seguimos teniendo noticias tuyas, todos habremos salido ganando, excepto los hipócritas.
Atentamente, Martín Ruiz


El Salvador: La Prensa Gráfica cesa a columnista por diferir con su línea editorial
http://www.probidad.org
05 de agosto de 2002

La Prensa Gráfica, el periódico matutino de mayor circulación en El Salvador, canceló a partir del 1 de agosto de 2002 la columna editorial del periodista Juan José Dalton, que se publicaba semanalmente, por diferir con la línea editorial de dicho medio, según la notificación que recibió de la dirección del mismo.
En su columna del domingo 28 de julio, titulada "Torturadores chillan", el periodista Dalton criticó la posición asumida por La Prensa Gráfica en relación a una reciente condena dictada en el estado de Florida (Estados Unidos) contra ex-militares de alto rango implicados en torturas y violaciones a los derechos humanos ocurridas durante el conflicto armado que sufrió este país en la década de los ochenta. La Prensa Gráfica es de la posición que los crímenes del pasado deben ser olvidados, según se muestra en la siguiente transcripción:
"Fallos como este que se ha dado en Florida hacen, en verdad, mucho más daño que bien. Es cierto que los demandantes ven satisfechas sus aspiraciones, al menos en cuanto a que la sentencia condena a los demandados, pues de seguro resultará prácticamente imposible que se reciban las astronómicas sumas estipuladas; sin embargo, sentencias como la aludida dan pie para mantener vivo el deseo de impulsar o retomar el espíritu de querella, ya que en un conflicto como el nuestro hubo barbaridades y crímenes de toda clase, en ambos bandos de la contienda fratricida." (Editorial: El fallo controversial. 25 de julio de 2002).
Los espacios editoriales de los medios comunicación son vitrinas de la democracia, a través de ellos se puede medir la pluralidad, tolerancia y madurez política que han alcanzado las sociedades. La cancelación de la columna editorial del periodista Dalton es una clara y grave evidencia de la inercia histórica de la mayoría de medios de comunicación salvadoreños, que siguen abrazando resabios ideológicos del pasado y que no dudan en sacrificar su independencia cuando de defender intereses de grupos económicos o políticos se trata, tanto aquellos que se identifican con la derecha política (y que son los principales del país), así como aquellos que lo hacen con la izquierda.
En el caso de La Prensa Gráfica, esto es muy lamentable pues ha sido uno de los medios de comunicación salvadoreños que ha mostrado significativos progresos en la etapa de postguerra. Después de los Acuerdos de Paz, en 1992, dejó de ser un instrumento ideológico de la derecha y del poder militar para convertirse en un respetado referente informativo.
La Prensa Gráfica actualmente cuenta con una planta profesional y muy calificada de periodistas y, junto a El Diario de Hoy son los únicos medios salvadoreños que tienen unidades de periodismo investigativo (Enfoques y Vértice respectivamente). De hecho, con relación a la exposición de casos de corrupción, son estos dos medios de comunicación los que han realizado las mejores investigaciones y reportajes desde 1994. Sin embargo, siempre ha sido evidente su cautela o abstención cuando se trata de casos en que los implicados son personajes ligados o pertenecientes a la diminuta pero poderosa élite que controla los órganos del Estado y la economía del país, y su auto-censura cuando se aproximan y durante los comicios, para favorecer el triunfo electoral del partido gobernante.
La falta de independencia de los medios de comunicación salvadoreños (cedida por sus mismos dueños) y su imponente y perverso estigma ideológico - sin importar si son derecha o izquierda - constituyen, junto a las prácticas autoritarias, excluyentes y oportunistas de los partidos políticos, las principales amenazas al incipiente proceso democrático salvadoreño. Y en un escenario de esas características, el desprecio por el estado de derecho, la alta incidencia de la corrupción y la impunidad, y las profundas desigualdades económicas y sociales seguirán prevaleciendo en este país.
La falta de libertad de expresión y la intolerancia en El Salvador ha perjudicado mucho a la familia Dalton. En 1975 la izquierda asesinó al padre, el escritor y poeta Roque Dalton. Ahora es la derecha la que quiere callar la voz de su hijo, el periodista y analista político, Juan José Dalton.