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Latinoamérica


3 de septiembre del 2002

Ernesto Cardenal
"Capitalismo y cristianismo no son compatibles"

El Siglo (Chile)
El gran poeta nicaragüense estuvo en Chile y dialogó con escritores, profesores y estudiantes en Santiago y Concepción. Protagonista de excepción en el proceso social y político de su país, ministro de Cultura del régimen sandinista, Ernesto Cardenal es un testigo privilegiado de su tiempo, que concita el doble interés por su obra literaria y su condición de sacerdote, polémico y profético. De su conversación en la Universidad Andrés Bello, recogemos parte de sus respuestas a preguntas del auditorio, en un encuentro coordinado por el poeta Jaime Quezada.
"Mi conversión no fue al catolicismo, yo soy muy católico: mi conversión fue a Dios. Yo sentí siempre inquietud, angustias de una vocación o un llamado de Dios a abandonarlo todo por una actividad religiosa, y eso me daba terror. Sentía remordimiento de no entregarme a eso, hasta que una vez, ya cansado de huir de Dios, me dije: bueno, vamos a probar a ver qué pasa. Y renuncié a todo y me entregué a ello. Entonces pasé a diferentes circunstancias, porque, como lo he dicho otras veces, era una vida de absoluto silencio y de clausura estricta. Pasé después a Solentiname, 12 años ahí, una vida medio mística, semi contemplativa. Y de allí Dios me sacó para la revolución de Nicaragua, donde fui por 10 años ministro de Cultura. Era contrario a mi vocación, pero también era un deber si me pedían que yo me dedicara a repartir la cultura al pueblo, a diseminar la cultura, recordando aquello de Carlos Marx de que es un crimen darle al pueblo algo que no sea hasta la excelencia.
Hasta que perdimos la revolución y ahora estoy dedicado a escribir, una vida bastante retirada. Estoy escribiendo mis memorias. El tercer tomo, que estoy terminando, se llama 'La revolución perdida'. El primero es mi vocación, mi entrega a Dios; el segundo tomo es la experiencia de Solentiname, que también compartió con nosotros Jaime Quezada. Y el tercero es el testimonio de una revolución muy bella que tuvimos, pero que desgraciadamente se perdió, aunque yo mantengo la esperanza de que siempre volverá a haber revolución en Nicaragua y en el mundo. En Chile, y en el mundo. El primer tomo se llama 'Vida perdida', porque al entregarme a Dios perdía todo, como Cristo lo dice. Esa es la historia".
Jaime Quezada: "En alguna parte dice Ernesto que en un tiempo él perseguía a las muchachas y 'Dios me perseguía a mí'".
Ante una pregunta de sobre qué parte de la Biblia considera la más poética.
Cardenal: "'El Cantar de los Cantares'". También grandes poetas son los profetas. Pero también poesía son las parábolas de Jesús. El único que ha hecho parábolas, porque ni griegos, ni latinos ni judíos tenían parábolas. El inventó las parábolas, un género literario y poético propio de él, original de él".
Le preguntan sobre una "intertextualidad" en que aparecen sus propios textos, si en su obra hay "una intención de incluir al lector en su diálogo con Dios".
Cardenal: "Yo tengo un diálogo personal con Dios, pero también es para ser leído. Sabiendo que esos epigramas ya han sido bastante conocidos en Hispanoamérica, pensé que el lector iba a recordar a qué me refería en la cita que hago de mí mismo".
Le preguntan en qué cree que reside "esa resistencia del hombre a dejarse seducir por Dios...".
Cardenal: "Es que él nos creó libres, con libre albedrío. Hizo un cosmos, del que él se retira para que nosotros fuéramos completamente libres. Y entonces hizo una Constitución, las leyes del cosmos, en que el hombre puede hacer lo que quiera. Por eso es que Cristo nos ruega que se haga su voluntad (la de Dios).
Estamos en un universo en que somos libres. Y nosotros podemos obedecer a Dios, o desobedecerle".
Pregunta un joven si cree que, llevado a la vida práctica, lo esencial del cristianismo puede ser fusionado con el marxismo.
Cardenal: "Sí, perfectamente, con tal de que siendo marxista no seas ateo. Porque puedes ser marxista, sin ser ateo, o médico o demócrata sin ser ateo. No es que sea lo mismo, no son incompatibles. E incluso, en cuanto al ateísmo hay que tomar en cuenta que lo que se contrapone a la fe no es el ateísmo sino la idolatría. El capitalismo, eso es incompatible. Capitalismo y cristianismo, no son compatibles".
Le preguntan si "le duelen" Nicaragua y América Latina...
Cardenal: "Claro que sí, por eso es ese título 'La revolución perdida'. Eso es lo más grande que yo he tenido en mi vida. Yo creo que algunos que habían votado contra la revolución (en Nicaragua) se aterraron cuando vieron que se habían perdido las elecciones. Ese día no hubo júbilo en las calles. Nos habían ganado, y sin embargo como que tuvieron miedo también. Las calles estaban desiertas, y la gente como de luto. Nos habían ganado, pero parece que muchos votaron como por cansancio ya de 8 años de guerra, del bloqueo que Estados Unidos había impuesto. Y tuvimos esa derrota, en grande. Pero yo me recuperé pronto... como un día y medio después".
Le preguntan sobre la situación actual de Nicaragua.
Cardenal: "No está mala. Hemos tenido un gobierno horrendo. El Presidente Alemán, un hombre salido de un cuadro de Botero, verdaderamente grotesco. Y ha robado muchísimo. Yo creo que es el gobernante de América más ladrón, más corrupto. Más corrupto que Somoza. Somoza fue sanguinario, éste no ha matado pero en cuanto a robo ha sido el campeón insuperable. Y ahora hay un Presidente del mismo partido, y es de derecha y creíamos que iba a seguir la corrupción igual pero está combatiendo la corrupción y están cayendo presos los del gobierno anterior, huyendo al exilio, huyendo de Nicaragua. Y ese Alemán, que es el jefe del Congreso todavía, en cualquier momento puede caer preso o, seguramente, va a huir. Entonces, no está en un mal momento".