VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
Latinoamérica

Encuesta ratifica ascenso de Lula

El candidato opositor Luiz Inácio Lula da Silva mantiene su favoritismo para las elecciones del 6 de octubre en Brasil, con un 34 por ciento de apoyo, de acuerdo a una última encuesta de intención de voto divulgada hoy domingo.
La encuesta, de la firma Vox Populi, difundida a través de medios de prensa locales, es la primera después que el domingo pasado los cuatro principales candidatos aparecieran juntos en un debate en la televisión, en horario estelar, para discutir sus ofertas de gobierno.
Lula, del socialista Partido de los Trabajadores (PT), mantuvo estable su índice de aceptación, mientras que los otros tres candidatos descendieron cada uno en un punto porcentual.
El también opositor Ciro Gomes, del izquierdista Frente Laborista, aparece con un 29 por ciento de las preferencias; el oficialista José Serra tiene un 12 por ciento y el populista Anthony Garotinho suma un nueve por ciento.
El numero de indecisos, un universo que se considera clave para definir una eventual polarización en una segunda vuelta, subió desde el 13 hasta el 16 por ciento en relación a la última encuesta de Vox Populi, difundida en julio.
La encuesta fue hecha entre los días 9 y 10 de agosto a 2.004 electores de todo el país.
Esta vez Vox Populi no presentó proyecciones para una segunda vuelta, la cual será necesaria en caso de que ningún candidato alcance más del 50 por ciento de los votos en la primera vuelta.
En la encuesta anterior de esta firma, difundida a finales de julio, Lula aparecía favorito en una primera vuelta con un 34 por ciento. Gomes tenía un 30 por ciento, Serra un 13 por ciento y Garotinho un 10 por ciento.
En una segunda vuelta, según esa encuesta, Gomes vencería con un 43 por ciento, mientras Lula se quedaría con un 42 por ciento.
El candidato oficial, José Serra, ha descendido en picada en todas las encuestas.
Analistas políticos esperaban que su candidatura se viera beneficiada por un reciente acuerdo alcanzado entre el gobierno y el Fondo Monetario Internacional, que puso a disposición del país 30.000 millones de dólares.
Se espera que este crédito permita blindar la economía brasileña de la turbulencia asociada al clima electoral y a la crisis del capitalismo mundial