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Latinoamérica

30 de agosto del 2002

Un crimen, un motivo: la tenencia de la tierra

Antonio Boza
Rebelión
El pasado domingo 25 de agosto fue asesinado el dirigente agrario Pedro José Doria Castillo, quien para la fecha se desempeñaba como presidente del Comité de Tierras "Los Bajos-San Luis" que organiza en su seno a 50 familias campesinas a las cuales el gobierno revolucionario bolivariano acababa de entregarles los títulos de las tierras.
Pedro Doria contaba 41 años al momento de su asesinato. Era médico cirujano, graduado en la ilustre Universidad del Zulia, Venezuela. Se desempeñaba como médico de la Contratista Petrolera COVECA y simultáneamente organizaba las luchas campesinas por el derecho a la tierra. Su compromiso revolucionario data principio de los años 80 dentro de las luchas estudiantiles. Fue miembro fundador de la organización política "La Liga Socialista" donde militó durante varios años. Es recordado como una persona serena, reflexiva, formado para la lucha política e ideológica. Su muerte es una pérdida lamentable para el movimiento popular venezolano.
Organizados para el crimen
El día sábado un hombre y una mujer, ambos muy bien vestidos, solicitaron los servicios de un taxista en la avenida La Limpia de la ciudad de Maracaibo. Minutos después sometieron al chofer utilizando armas de fuego y lo despojaron de su vehículo. Al día siguiente, a dos horas de camino de Maracaibo en la población de San José de Perijá, el mismo automóvil sería utilizado para transportar a los sicarios que acabarían con la vida del galeno. Un hombre con pasamontañas descendió del Ford Fiesta gris, se aproximó al médico y llamándolo por su nombre de pila le descargó cinco balazos en su rostro dejándolo sin vida. Una operación planificada con precisión donde cada quien realizó la tarea encomendada: ladrones de carros, tenedores, sicarios y financistas. Una cadena de macabra lógica. El móvil y la oportunidad se consumaron. El crimen servido para los propósitos de quienes se resisten al proceso de cambios.
Antecedentes
Varias amenazas previas. Varios intentos de sicariato previos. De ocho intentos dos muertes, Luis Mora, dirigente agrario vinculado a los Comité de Tierras y Pedro Doria, de la misma condición. Un intento que casi resulta exitoso, el atentado a José Huerta, quien para ese entonces tenía la máxima responsabilidad del proceso agrario en todo el Estado Zulia, director regional del IAN (Instituto Agrario Nacional). Afortunadamente una intervención quirúrgica a tiempo salvó su vida.
El Móvil
La zona de Perijá desde hace varios años viene siendo teatro de operaciones del paramilitarismo. Por un lado una larga tradición de los ganaderos en la utilización de estos métodos para extender sus "propiedades", con saldo de indígenas asesinados, sus casas quemadas, desplazados, amenazados o comprados algunos de sus dirigentes. Por otro lado la incursión reciente de las Autodefensas Unidas de Colombia, quienes han exportado sus equipos y asesores a esta zona y encuentran un lógico y natural aliado en este sector ganadero. Muchas de estas tierras fueron adquiridas por la oligarquía vinculada a los gobiernos socialdemócratas (Acción Democrática) y Social cristianos (COPEI), utilizando la precariedad jurídica, el asalto, el crimen, los fraudes fiscales, la utilización de información cambiaria privilegiada, como sucedió el llamado "viernes negro" a principio de los 80', que permitieron que por testaferros interpuestos Carlos Andrés Pérez hoy tenga más de 60 mil hectáreas en tierras, la mayor parte ociosa, improductiva y que a la luz de la nueva legislación agraria revolucionaria serían afectadas para ser entregadas a los verdaderos productores: los campesinos.
En los casos de José Huerta, ex-director del IAN, y de Pedro Doria, médico asesinado el pasado 25 de agosto, el terrateniente detrás de las tierras afectadas por la revolución es el Sr. (si es que así se le puede llamar) Omar Contreras Barboza, ex-funcionario del gobierno de Carlos Andrés Pérez y hermano del ex-gobernador del Estado Zulia, ex- presidente de CORPOZULIA y ex-ministro de Agricultura y Cría, también en tiempos de Carlos Andrés Pérez (que casualidad) Carmelo Contreras Barboza. Esta coincidencia merece por lo menos una investigación seria.
¿Quién le pone el cascabel al gato?
"El paso del poder de manos de una clase a otra es el síntoma primero, principal y básico de una revolución" (V.I. Lenin).
¿Será posible esclarecer este crimen y hacer justicia? Unos cuerpos de seguridad e inteligencia permeados por el enemigo, fiscales en muchos casos cobardes o vendidos, jueces como los once magistrados que descubrieron que no hubo golpe de Estado en abril, después que ellos mismos fueron depuestos de sus cargos por los usurpadores y golpistas, unos ganaderos inescrupulosos acostumbrados a vivir de la teta del Estado, con poder para comprar conciencias, funcionarios, políticos, jueces y fiscales. Hasta ahora lo único que ha habido es IMPUNIDAD.
La única alternativa es El Poder Popular. La denuncia y la propuesta. La inteligencia popular para establecer los hilos de la red de la muerte que hoy se cierne sobre la zona de Perijá. La movilización y la presión popular para obligar a jueces y fiscales a asumir su responsabilidad en aplicar las leyes y hacer justicia. El pueblo no puede ni debe delegar su poder constituyente. La tarea es construir el Estado de la clase oprimida, de los pobres, de los excluidos para sustituir los estamentos que hoy usurpan y usan el poder contra el pueblo.
En el seno de la Alianza Popular Bolivariana se acordó acompañar a las autoridades revolucionarias a realizar la inspección a la Finca Los Bajos, que fue impedida por sicarios y paramilitares el pasado sábado 24 de agosto, como acto soberano de realización de una política agraria de Estado. También se acordó realizar una gran asamblea popular en la Plaza Bolívar de San José de Perijá, con participación de todas las organizaciones populares del Zulia, para denunciar este asesinato y tomar las acciones necesarias a fin de hacer justicia.



Antonio Boza
ALIANZA POPULAR BOLIVARIANA – Estado Zulia