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Latinoamérica

29 de junio del 2002

Brasil: "Mutirao" Nacional contra el Hambre

Frei Betto
Servicio Informativo "alai-amlatina"

Los cincuenta años de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil, CNBB, están siendo conmemorados con una nueva campaña contra la indigencia en que viven 44 millones de brasileños. El 24.4% de los que trabajan sobrevive con menos de un salario mínimo por mes, y el 51.9% no gana más de dos salarios mínimos. (Instituto Brasileño de Geografía y Estadística, IBGE, Censo 2000).
La asamblea episcopal lanzó en abril el documento "Exigencias evangélicas y éticas de superación de la miseria y del hambre". En él, los obispos renuevan "la opción evangélica preferencial por los pobres" y proponen realizar "un mutirao (trabajo colectivo) movilizando a las diócesis, comunidades, movimientos y pastorales" para la conquista del derecho al alimento y a la nutrición.
Para el episcopado, la causa del hambre es la mala distribución de bienes y renta, agravada por la práctica generalizada del desperdicio. La serie de reportajes exhibidos meses atrás en el Jornal Nacional, reveló que en Brasil cerca del 35% de la producción agrícola va a la basura. Un lujo en un país con tantos hambrientos.
Según la CNBB, no se justifica el que haya hambre en un país en donde la productividad agrícola es superior al crecimiento de la población. Eso se debe a la lógica del mercado que despoja al Estado su función social y política; y a los frecuentes cortes en los recursos presupuestarios para generar un superávit destinado a los servicios de la deuda pública.
Los profetas del Antiguo Testamento acentuaban el vínculo entre el culto a Dios y la práctica de la justicia, en defensa de los oprimidos (Isaías 1,17; Jeremías 7,3-7). Para la Iglesia católica, el derecho a la vida exige justicia distributiva y se coloca por encima de los criterios del mercado. De ahí la importancia de que todos tengan acceso a las fuentes de vida - tierra, agua, semillas, tecnología, etc.
El documento de la CNBB enfatiza la urgencia de la reforma agraria y de una política agrícola, "el control de la especulación financiera, que emplea capitales en los mercados futuros, negociando mercaderías meramente virtuales en lugar de emplearlos en la producción de bienes reales. Esa especulación agrava los efectos nocivos de la globalización, pues incluso los mismos capitales de los países pobres fueron atraídos por la ronda financiera mundial".
La exigencia ética del respeto a la vida requiere que el poder público atienda a quien pasa hambre y vive en la miseria, "aunque para eso venga a alterar o reducir el pago de sus deudas, pues el hambre no espera y la vida está por encima de la deuda".
La CNBB propone que se formen en todo el país grupos pro- "Mutirao" Nacional para la Superación de la Miseria y del Hambre. Tales grupos tendrían como tareas: 1)Identificar las necesidades de la población del municipio; 2) Seguir críticamente la actuación de los Consejos Paritarios y de Derechos (salud; niños y adolescentes; educación; asistencia social, etc.); 3) Priorizar el seguimiento nutricional de los infantes y de los niños hasta los 6 años de edad, y exigir el efectivo funcionamiento del Sistema de Vigilancia Alimentaria Nutricional; 4) Entrenar a personas y líderes para la función de multiplicadores.
El trabajo de "Mutirao" Nacional priorizará la campaña por la construcción de 1 millón de cisternas en el semi-desierto brasileño, la campaña nacional por el límite máximo de la propiedad de la tierra, la aprobación de los Estatutos de los Pueblos Indígenas, la participación consciente en las elecciones de este año, y la creación de comités de la ley 9840 contra la corrupción electoral.
Como Buen Samaritano, la CNBB continúa atenta a la realidad social del país y ahora, al proceso electoral, denunciando el terrorismo de aquellos que hablan de democracia, pero que no admiten el cambio de rumbo en la política económica del país. Por eso, procuran asustar a los electores evocando el fracaso argentino y el retiro de los inversionistas extranjeros. Cabe recordar que tanto Argentina como los inversionistas tienen un solo maestro y señor: el FMI. Tal vez sea hora de que los brasileños tomen en cuenta a la propia capacidad de administrar este país y no a aquellos que llevaron a Argentina a la quiebra.