VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
Latinoamérica

27 de julio del 2002

Uruguay: La misteriosa denuncia del Banco República contra Samuel Blixen

Guillermo Waksman, Brecha

Todo indica que la denuncia penal por "instigación a revelar el secreto bancario" presentada contra nuestro compañero Samuel Blixen por Rodolfo Sienra Roosen, uno de los abogados de mayor jerarquía de la asesoría letrada del Banco República (brou), le costará su cargo. Sienra Roosen, que actuó sin orden previa del directorio de la institución ni de su presidente, debió ofrecer su renuncia ante las máximas autoridades del brou.
***
Desde el punto de vista jurídico, el escrito de Sienra Roosen, que también es editorialista del diario El País y que no ejerce en materia penal, adolece de varios errores gruesos. Para que pueda haber instigación a cometer un delito, debe demostrarse que el autor del mismo ha sido impulsado a incurrir en esa conducta ilícita, de modo determinante, por el instigador. Por consiguiente, para que exista instigación tendrá que haber en primer lugar un autor de ese delito, en segundo término que ese autor atribuya su conducta delictiva al supuesto instigador y, por último, que el instigador acepte su participación decisiva en la comisión del presunto hecho delictivo o que ese tipo de participación pueda demostrarse por otros medios válidos.
Pero además, desde el punto de vista formal, Sienra Roosen incurrió en su denuncia en otras afirmaciones improcedentes, al extremo que el magistrado, según informó ayer, jueves, el semanario Búsqueda, consideró oportuno estampar en el expediente una breve resolución por la cual reivindica que "él es la única persona capaz de calificar responsabilidades penales, una facultad que le asignan la Constitución y las leyes".
Más allá de los errores jurídicos de Sienra Roosen, la mayor interrogante es qué fue lo que le llevó a formular la denuncia. No parece verosímil que se haya tratado de una iniciativa personal. Si bien hasta ahora el directorio del brou no ha procedido a retirar la denuncia judicial, es de presumir que lo haga en los próximos días o, en todo caso, que cuando sus autoridades sean citadas a declarar al juzgado, dejarán constancia de que no hubo una decisión institucional de formular la imputación contra Blixen y que la misma fue, según la valoración del directorio, "desafortunada". Sienra Roosen se irá para su casa y quizás no quiera revelar el secreto de quién fue su instigador. O instigadora.
Según el programa Mañanas de radio, de cx 36, Sienra Roosen habría actuado por sugerencia de una integrante del directorio del brou, la abogada Milka Barbato (fb, pc) y ésta habría sido excitada en su celo funcional por un diputado sanguinettista.
La abogada Barbato, a mediados de junio, poco después de la publicación del artículo de Blixen en que se revelaban los retiros efectuados por tres legisladores colorados de sus cuentas en uno de los períodos más críticos de la corrida bancaria (BRECHA, 14-VI-02), sostuvo en declaraciones periodísticas que se había cometido el delito de revelación del secreto bancario y que, además de hacerse las correspondientes investigaciones en los bancos, el periodista debía ser sometido a la justicia penal. En esa oportunidad Barbato sostuvo que en tanto cliente de un banco, los derechos y los deberes de un legislador eran exactamente los mismos que los de cualquier ciudadano.
Pero además hace un año y medio Barbato fue denunciada por Blixen en un artículo periodístico a raíz de un préstamo de dos millones de dólares que concedió la Corporación para el Desarrollo, durante su presidencia, a una empresa de chacinados de Salto, en condiciones de dudosa legalidad (véase BRECHA, 1-XII-00 y 15-XII-00). Y un diputado sanguinettista -Ronald Pais- fue uno de los tres legisladores que retiraron importantes sumas de dinero de sus cuentas según denunció también Blixen en el artículo ya referido; los otros dos legisladores mencionados en esa nota quedarían descartados, porque uno es senador y no diputado y el otro es quincista y no sanguinettista.
Pero supongamos que no haya este tipo de móviles personales en la denuncia contra Blixen. Imaginemos que Sienra Roosen o Barbato o quien sea haya actuado -al margen de lo que decidiera el directorio del brou, sí- pero inspirado en otro propósito: obtener una sanción ejemplarizante para que nunca más un periodista haga públicos los comportamientos de los dirigentes políticos que, más allá de que sean absolutamente ciertos y revistan interés público, puedan perjudicar su imagen. Quizás sea ésa la aspiración de algunos dirigentes políticos, pero en modo alguno es la función de la justicia ni la misión del periodista.