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Latinoamérica

Asamblea nacional de Trabajadores
(ocupados y desocupados) 16 y 17 de febrero.
 

La realización de una Asamblea Nacional de Trabajadores ocupados y desocupados el próximo 16 y 17 de febrero es una propuesta eficaz para que los explotados elaboren su intervención en la crisis actual de la sociedad Argentina, en unidad y con un planteamiento político propio, independiente de los partidos del capital.
El gobierno de la Unión Industrial Argentina (UIA), de los "batatas" y mafiosos del PJ que gobiernan los municipios del conurbano, unidos a los "demócratas" fracasados y reaccionarios de la UCR y el Frepaso, a menos de dos meses, no puede conducir el barco de la nación que ya marcha a la deriva.
Averiada por las disputas desesperadas de sus tripulantes, para quedarse con la mejor parte del saqueo al pueblo, naufraga la embarcación en un mar, donde los tiburones del capital imperialista yanqui y europeo acechan, para apropiarse en forma total de un país destruido y en peligro de segregación.
Lo dicho no es una frase en el aire, se lee en datos reales: los bancos "salvados" por la confiscación de los ahorristas no invierten el dinero saqueado para poner en marcha la producción. Los empresarios, con los millonarios beneficios obtenidos con la licuación de deudas, prefieren más beneficios y seguridades para mover la economía paralizada. El parasitismo, la decadencia y la dependencia al imperialismo están metidos en los huesos de la "burguesía productiva" de la UIA y en quienes fueron sus tradicionales representantes políticos: el peronismo y el radicalismo.
En tanto el capital financiero, las privatizadas y los monopolios, imponen a diario la recuperación y acrecentamiento de sus ganancias comerciales, caídas en dólares por la devaluación, con subsidios y garantías, reprogramación de tarifas y aumentos escandalosos de precios.
Mientras tanto el mapa del hambre y la marginalidad se extiende como un reguero de pólvora: el 50 % de la población está bajo el nivel de la pobreza; la desocupación trepa el 21 %, el salario real cae por la devaluación, la indexación y los aumentos de precios.
Imponer tal situación les ha costado poco a los poderosos a pesar de las formidables jornadas de lucha popular del 19 y 20 de diciembre.
La desconfianza en la economía Argentina por la Reserva Federal y el FMI, el chantaje del cierre del grifo de divisas y la aparición de ridículos escuderos del imperio como "conspiradores", encabezados por Julio Nazareno, José Manuel De la Sota, López Murphy y Carlos Menem, bastaron para que el gobierno "nacionalista"se colocara contra la pared y sin pantalones decidiera apoyar la resolución colonialista yanqui contra Cuba, que es un indisimulable símbolo de sumisión a los intereses gringos en el continente.
Expresión inevitable de anemia y de una futura y anunciada defunción: "yo no soy débil" dijo Duhalde, que quiere decir todo lo contrario.
Para que en el futuro se lleve hasta el final la consigna coreada "que se vayan todos" la Asamblea tendría que ser práctica en la constitución de una alternativa anticapitalista y antiimperialista forjada de abajo a arriba, plural ideológicamente pero políticamente independiente de los partidos del capital, democrática en su funcionamiento, de carácter extraparlamentario, no electoralista y que pueda unificar a los trabajadores con todos los sectores oprimidos de la nación, con vocación de poder. Esta formulación es una propuesta válida e impulsora de una transformación para que los explotados puedan modificar la relación de fuerzas con los poderosos.
El programa que plantea la convocatoria de la Asamblea que llevará 3000 delegados al Teatro Colonial de Avellaneda ( desconocimiento de la deuda externa, nacionalización de la banca, devolución de depósitos a los pequeños ahorristas, libertad a los presos políticos, castigo a los responsables de los asesinatos del 19 y 20, etc) son harto importantes y suficientes.
La cuestión es que se concentren puntos básicos no sujetos a negociación alguna y que estén planteados de tal forma que formulen una confrontación con el poder capaz de acumular para cambiar la actual relación de fuerzas, a favor de los trabajadores desocupados, ocupados y todo el pueblo sojuzgado
En el medio de una crisis colosal del capitalismo en el país, cruzada por las pujas y peleas entre distintos sectores y luego de la extraordinaria levantada y politización de masas que abrió el levantamiento popular del 19 y 20 de diciembre, es necesario modificar el punto de los planes trabajar y las bolsas de comida, que hunden a los desocupados en una acción limitada y posibilista, que impide acumular para cambiar la relación de fuerzas con el poder a pesar del gran esfuerzo de los piquetes. Toda vez que tales exigencias están dentro de los proyectos del Estado y la institucionalidad burguesa que junto con invertir en reordenar las fuerzas represivas para el futuro se plantea hacer inversiones asitencialistas para achicar la amplitud del descontento.
Poner contra la pared a los capitalistas y al gobierno (este es el único objetivo posible para los hambreados y los trabajadores) obliga a rechazar el asistencialismo en cualquiera de sus formas y plantear consignas innegociables y transicionales hacia una acumulación política orientada al poder de los trabajadores y el pueblo.
La Asamblea puede levantar los siguientes puntos para resolver el problema actual de trabajo y salario:
 
1-Exigencia de las 8 hs. de trabajo sin rebaja salarial (si se baja las 10, 12 y 14 hs., actuales de una gran parte de la masa asalariada se pueden obtener millones de nuevos puestos de trabajo), además este reclamo unifica a los trabajadores con trabajo superexplotados con los desocupados.
2-Indexación del salario según el aumento del costo de vida.
3-Plan de Obras publicas controlado por los trabajadores.
4-Ocupación de fabricas para ponerlas en funcionamiento dirigidas a la distribución gratuita y/o barata de alimentación, vestimenta, calzado, vivienda popular etc, exigiendo al estado la provisión de insumos y servicios.

Este no es, no podría ser, un programa para exhibirlo o solo propagandizarlo, menos negociarlo por migajas, es un programa para imponerlo con la movilización y la acción directa del pueblo.
 
OSVALDO GONZÁLEZ-

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