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Latinoamérica

9 de febrero del 2002
Se anunció posible levantamiento indigena y popular
Multitudinaria marcha en Quito
contra las privatizaciones y el gobierno

ALTERCOM

D
urante la tarde del jueves 7 de febrero, la principal avenida de Quito se llenó de multicolores delegaciones de los movimientos populares que, al unísono, se expresaron contra la anunciada privatización del sector eléctrico y recordaron a los siete mártires del levantamiento indígena de hace un año.
Veinte mil personas llegadas de diferentes provincias y representando a varias organizaciones, marcharon hasta el centro de la capital para exigir que el presidente Noboa cese el proceso de venta de las empresas eléctricas. No desaprovecharon la cita para gritar consignas contra la corrupción y el nepotismo, el alza de los precios de los productos de primera necesidad, las medicinas y los combustibles, el ALCA, la intervención militar estadounidense en Manta y el Plan Colombia.
Desde las primeras horas de la mañana, en el tradicional parque El Arbolito, centenares de indígenas empezaron a concentrarse y a compartir una comida comunitaria con los "cucayos" (raciones) que cada uno había traído de su casa y que eran puestos en una larga unión de mantas, para que, de esa mesa sobre el césped, se sirvieran todos. Mientras tanto por el sector norte, otros cientos de indígenas ingresaban con un mensaje que fue entregado al Consejo Ecuatoriano de Electrificación y en el que ratifican su oposición a las "ventas", expresada ya hace un año durante el levantamiento, en agosto pasado durante el evento internacional contra las privatizaciones y hace tres meses.
Hacia las 14 horas, desde la Empresa Eléctrica Quito, se inició la marcha encabezada por carros con monigotes que representaban el saqueo de los recursos nacionales, al tío Sam, al presidente y a su hermano Ricardo, que está al frente de las ventas del patrimonio. Luego caminaron los shamanes, que haciendo sonar sus caracolas y bocinas, prendían con el fuego sagrado, maderas olorosas que perfumaban la tarde quiteña. Detrás, en expresión indivisa, marcharon junto a los líderes de los trabajadores eléctricos, las cuatro organizaciones indígenas nacionales: CONAIE, FENOCIN, FEINE Y FEI; el Frente Unitario de Trabajadores que agrupa a 4 centrales sindicales, la UGTE, la Federación de Estudiantes Universitarios del Ecuador, la Coordinadora de Movimientos Sociales, la Red Amazónica, los trabajadores municipales, las organizaciones barriales de Quito, los movimientos juveniles, los Frentes Patriótico y Popular, los comunicadores alternativos, los artistas populares y bandas musicales, movimientos políticos de izquierda, ecologistas, activistas de derechos humanos y organizaciones de mujeres y migrantes. Inmediatamente, miles de delegadas y delegados junto a los habitantes quiteños que se les unían en el camino, entre un mar de banderas y carteles, coreaban consignas de combate y unidad, y de condena a los "corruptos vendepatria".
Cuando la marcha llegó al monumento al Libertador, fue detenida por un cerco policial. Existía un mensaje del ministro de Gobierno (Interior) que proponía un diálogo con los dirigentes. La respuesta fue unánime: "cualquier conversación debía darse con el presidente Noboa, sin intermediarios". Ante la negativa policial, centenares de marchistas se colaron por las líneas policiales y accedieron a las cercanías del Palacio de Gobierno. La represión fue violenta y dejó un saldo de cuatro heridos, varios contusos y algunos detenidos.
Cuando los manifestantes se replegaron, concentrándose bajo la estatua de Bolívar, los oradores rechazaron la represión y anunciaron que estaba preparándose una movilización para el 21 de febrero, marchas y cierres de carreteras, y lo que podría ser el inicio de un levantamiento indígena y popular contra el régimen y sus políticas neoliberales.
Edgar Ponce, dirigente de los trabajadores de las ofertadas empresas eléctricas, agradeció "esta indestructible y creciente solidaridad demostrada en este día" y señaló la fuerza de la voluntad antiprivatizadora en el País. Dijo que los que quieren vender las eléctricas a precio de gallina robada se están topando con la actitud de un pueblo que les ha dicho y seguirá diciendo basta. Llamó a ser "unitarios y combativos" en las nuevas jornadas que se avecinan.
"No nos han atemorizado y ésto recién empieza" dijo el dirigente de la FEINE Marco Murillo, quien recordó a los mártires de hace un año añadiendo que las mesas de negociación habían alcanzado un resultado ínfimo. Manifestó su acuerdo con el planteamiento de impedir la privatización, que es "impedir la reproducción del modelo argentino".
Entretanto, Pedro de la Cruz emplazó al gobierno a abandonar el esquema de liquidación del patrimonio de los ecuatorianos y de entrega de la soberanía que, junto al empobrecimiento general y al alza de productos, están llevando a la miseria y muerte: "Si, a pesar de nuestra lucha, privatizan la luz, robaremos la electricidad y no dejaremos que nadie pise nuestras comunidades y territorios"
Leonidas Iza, líder de la CONAIE, ratificó que si Noboa insiste en su plan de feria, "éste es el inicio de un nuevo levantamiento". Nos pueden corretear en una ciudad que no conocemos bien, pero ya vamos a cerrar las carreteras y los mercados y no dejaremos que vendan lo que es de todos y de nuestros hijos e hijas, gritó Iza.
Otros oradores rememoraron lo ocurrido en una Argentina quebrada y sin patrimonio. "Aqui NO pasará lo mismo", expresaron y llamaron a iniciar la respuesta al gobierno desde el 21 de febrero.
Mientras se retiraban de regreso a sus hogares, los marchista gritaban, alzando banderas y puños: "Noboa escucha, el pueblo está en la lucha", "La privatización es corrupción", "El pueblo unido jamás será vencido", "No queremos y no nos da la gana de ser una colonia norteamericana"


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