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Latinoamérica

9 de febrero del 2002
La derecha venezolana lanza un globo sonda contra el gobierno democrático
La marcha contra Chávez convocada por el coronel Pedro Soto reunió a menos de 500 personas

Agencias
Decenas de miles de manifestantes se expresaron hoy en apoyo al presidente Hugo Chávez ante el Palacio de Miraflores, mientras el rebelde coronel Pedro Soto sólo pudo encabezar una menguada marcha de menos de 500 personas en la Plaza Altamira del exclusivo este caraqueño, a la que se unió un segundo militar.
El general Régulo Anselmi Espino, comandante general de aviación, dio por su parte plazo de 72 horas a Soto para que se presente ante su comando de la fuerza aérea, ya que de lo contrario será declarado desertor y podría ser arrestado. En respuesta el coronel aseveró que no se presentará, ya que "yo no me voy a entregar; voy a ir a hablar con el comandante general cuando las circunstancias lo permitan". Por lo demás, dijo que no quería un golpe de Estado, pero insistió en que "se vaya Chávez".
El propio Anselmi aguardó infructuosamente que el militar se presentara, y dijo que le harán llegar un citatorio para que cumpla el reglamento, por lo que se le esperará hasta el lunes. Sugirió que su pronunciamiento contra Chávez es debido a que se le negó una promoción, y concluyó que "no es un oficial malo". Por la noche se anunció por la televisora Globovisión que Soto se presentará voluntariamente a las 9 de la mañana del lunes ante el general Anselmi Espino, de acuerdo con su abogado Hidalgo Valero.
Globo sonda de la derecha
Soto se dio a conocer el jueves ante unos mil manifestantes que participaban en una protesta antigubernamental de sectores opositores, y allí armó revuelo nacional e internacional al pedir la renuncia de Chávez, a quien acusó de ser un "tirano" con inclinaciones "marxistas leninistas".
Sin embargo, Chávez continuó hoy en silencio, al parecer por recomendación del ministro de Defensa, José Vicente Rangel, un avezado político, en lo que parece ser una estrategia encaminada a aislar al coronel y dejarlo en el vacío ya que responderle hubiera significado darle mayor relevancia política. Tocó al vicepresidente Diosdado Cabello explicar la razón por la que Chávez se ha abstenido de hablar del "levantamiento" de Pedro Soto, al afirmar que lo consideraba un tema "poco relevante".
"La calma es absoluta en los cuarteles", declaró Rangel, con lo que hacía notar una "insubordinación en solitario" del coronel Soto, quien en su arenga de ayer afirmó que contaba con el apoyo de "75 por ciento" de los militares. Miles de seguidores de Chávez se concentraron ante el palacio presidencial para refrendarle su respaldo, al grito de "queremos fusiles" y "Chávez, Chávez, el pueblo está contigo". Además, arremetieron contra el coronel rebelde: "Soto, bandido, el pueblo está afligido". La gaente luego inició una vigilia a las puertas del Palacio de Miraflores en previsión de eventuales protestas opositoras.
Los medios de prensa, casi todos opositores, lamentaron que la marcha de Soto "se desinfló" pese a que se le sumó el capitán Pedro Flores, de la Guardia Nacional. Este segundo militar, de 35 años, también pidió en la marcha de hoy la dimisión del presidente, y reiteró acusaciones de corrupción contra su gobierno, de traición a la patria, romper el estado de derecho y atropellar a la Iglesia y la prensa.
Los periódicos del viernes, en sus habituales diátribas contrarias al gobierno elegido democráticamente, destacaron en amplios titulares lo ocurrido la víspera, con comentarios de que la aparición del coronel "dio un vuelco inesperado" con su "sorpresiva intervención", según dijo el diario El Nacional. "No le tengo miedo" (a Chávez), tituló otro gran diario opositor, El Universal, mientras que el tabloide El Nuevo País aventuró en uno de los titulares "Renuncia de Chávez exigen militares activos", aunque quienes le acompañaron en el estrado eran compañeros en retiro.
El defensor del pueblo, Germán Mundaran, salió en en apoyo del coronel rebelde al afirmar que ejerció su "derecho constitucional a expresarse" cuando criticó en duros términos al presidente Chávez, y dijo no creer que se haya tratado de una acción desestabilizadora, aunque aconsejó valorar la agitación política que se vive en el país.
Pedro Soto, de 49 años y padre de cuatro niños, graduado con honores en 1975, ofició como edecán del entonces presidente Carlos Andrés Pérez, quien fue destituido en 1993 por corrupción y cuyo hecho al parecer fue tomado como argumento para desacreditarlo tras haber presentado un recurso judicial para reclamar un ascenso a general que le fue negado.
Sin embargo, Chávez ha tenido y tiene entre la jerarquía castrense a varios oficiales que también estuvieron cerca del socialdemócrata Pérez, incluyendo al actual comandante de la fuerza aérea, Régulo Anselmi Espino, lo que explicaría finalmente su aceptación a presentarse ante él el lunes para discutir su insubordinación


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