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Latinoamérica

Requiem

por Pedro Flecha

Asistimos al funeral de la izquierda peruana. Fue un funeral adelantado desde que llegó Toledo al poder ya que toda la izquierda cuarentona y cincuentona, pituquísima, se instaló como 'asesores' (antes estaban como ONG's) Otra izquierda se aventuró a las recientes malhadadas elecciones, y solo logró un miserable 2%. Ambas llevaban el germen autodestructivo acunado en las aulas universitarias (que nunca dejaron por su inmadurez) La primera, la izquierda 'caviar' se acomodó en eso de la 'tercera vía' que es como el 'tercer sexo'; revolucionarios que toman champagne, se codean con Romero y eructan caviar. La segunda no tuvo duda en ayudar a los frentes -no porque les gustaran sino porque podían ser plataforma- para después esconderse bajo las faldas electorales del sistema. Hirieron de muerte a la espontaneidad de muchos frentes.
La primera, la 'caviar'es puta, mercenaria. La segunda es tonta, ineficiente, ventajista. Ambas sumadas y aún elevadas a la enésima potencia... son nada.
El Perú sigue siendo un paísucho de opereta.
La derecha es burra, incapaz de crear nada. Un 'gurú' de esos que traen al CADE (Conferencia anual de Ejecutivos) dijo que la empresa mas grande del Perú debería ser 25 veces mayor para dejar de ser calificada como una mini empresa. Pero así y todo la derecha mediocre que tenemos es mas eficiente que la izquierda (Imagínense como sera la izquierda peruana) la derecha son gente de medio pelo, hijos de inmigrantes que compraban imitaciones e imitaban -y mal- a los de afuera, fueran estos españoles, ingleses, franceses y yanquis a lo largo de la Historia. Son depredadores, no como los leones, ya que difícilmente llegan al nivel de ladillas. Siempre vivieron en el pelo púbico de lo foráneo.
¿Qué pasa si la ladilla de la derecha es mas eficiente que la izquierda? ¿cómo llamaríamos a la izquierda peruana? La respuesta está en un chiste de mis épocas escolares... un cucurucho.
¿Y qué era un cucurucho? Pues un bichito que ¡vivía en el pelo púbico de las ladillas! Pero falta uno, el 'ladirucho'; intermedio entre la ladilla y el cucurucho... los apristas y el clero.
Entre ladillas, ladiruchos y cucuruchos ¿dónde estamos los que creemos en el hombre, la eficiencia, la excelencia y la humanidad? Pues fuera de toda categorización. Pues estas definiciones tienen que ver con las bajezas del ser humano, con sus lados oscuros, con su carácter depredador.
Los libres somos fuera de esas categorías. Estamos por la cooperación y no necesitamos ni dioses ni ideologías, ni vírgenes que lloran, ni liderazgos, estamos condenados -como decía Sartre- a nuestra propia libertad.
He visto derrumbarse a todo en mi vida. Si no hay afecto, si no hay vínculo físico, real; si se privilegia a la caridad en lugar de la justicia -que no es otra cosa que la armonía natural- no hay nada.
Los mariáteguis, los hayas de la torre, los gutierrez de la teología de la liberación, etc. fueron siempre manipuladores no para la eficiencia, sino para la destrucción, fueron esencialmente depredadores ideológicos. Fui testigo en la época de Velasco. Comenzó bien ¿donde se jodió? cuando trajo a los ineficientes izquierdistas criollos y permitió que la iglesia -con los cursillistas- se metieran...
Se contaminó por ideologías ¿ y quién necesita ideologías cuando arde el estómago y se enrojece el rostro con la ira? Rescatemos de nuestra Historia a solo dos escritores: Guamán Poma de Ayala y Manuel González Prada; repudiemos a los anteriores y los posteriores y nos encontraremos a nosotros mismos. El encontrarnos con los que somos nos llevará a realizar nuevamente la utopía.
Y en la utopía, germen del desarrollo humano como especie cooperante y necesaria...
¡Los gobiernos sobran! ¿Acaso no nos podemos poner de acuerdo desde la misma base de nuestra miseria? PF 1.12.2002