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Latinoamérica

27 de diciembre del 2002

Un nuevo Mercosur

Emir Sader
La Jornada

Quien esté en favor del llamado "libre comercio", estará en realidad contra el Mercosur. Para ser coherente, éste debe proteger a los países que lo integran del mismo modo en que, por ejemplo, en los países de la Comunidad Económica Europea se privilegian. Con la integración europea, Bélgica quedó más cerca de Portugal, pero ambos quedaron más lejos de Brasil.
Es el mismo mecanismo -de protección y de reglamentación económica- que posibilitó, a escala nacional, que países como Brasil pudieran industrializarse, aunque de manera parcial y deformada, a lo largo del siglo XX. Si se hubiese mantenido la política de "libre comercio" existente hasta 1930, habríamos continuado siendo una economía primaria y exportadora.
Es el mecanismo de integración regional, con la protección interna para cada espacio integrado, el que puede permitir que países como Brasil puedan conseguir una integración soberana y no subordinada, como la actual.
¿Por qué el Mercosur entró en crisis? Por las políticas de apertura económica -de "libre comercio"- de los gobiernos de Fernando Henrique Cardoso y Carlos Menem, incompatibles con los procesos de integración regional, que requieren formas de reglamentación y de protección, las que fueron precisamente combatidas y debilitadas por esos gobiernos.
¿Cómo superar esa crisis? Con el fortalecimiento y no el debilitamiento del Mercosur, comenzando por la creación de una moneda común, que rescate a Argentina del riesgo de dolarización y cree un espacio de integración, inicialmente para América del Sur, que paralelamente proyecte a Brasil como líder regional. Y, al mismo tiempo, desarrollar una política exterior multipolar, que rechace el ALCA y mire hacia Europa, China, India y el sudeste asiático.
El libre comercio significa la política del vale todo, de quien más puede, llora menos, el triunfo de los más fuertes, en este caso, de las grandes potencias económicas, que además de todo crearon sus megamercados de integración regional, como la CEE y el TLCAN, en Europa Occidental y en América del Norte, respectivamente.
La actual crisis ha revelado cómo cada gobierno -el de Bush, principalmente- se protege de sus efectos mediante medidas de protección. No debemos criticarlos por hacerlo, sino por tener un discurso de "libre comercio" y en la práctica actuar de manera proteccionista. Lo que necesitamos es proteger nuestros intereses, rompiendo con la actual política pasiva del gobierno brasileño frente a la crisis internacional, y llevar a la práctica una política activa de reorganización del Mercosur, profundizándolo y extendiéndolo, en lugar de aceptar su debilitamiento y hasta su reducción. Al contrario, debemos luchar contra el "libre comercio" y en favor del Mercosur.
* Sociólogo brasileño, catedrático de la Universidad de Río de Janeiro. Miembro del Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil, al que pertenece Luiz Inacio Lula da Silva, el presidente electo.
Traducción: Alejandra Dupuy