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Latinoamérica

27 de diciembre del 2002
La ciudad del bienamado

Israel Shamir .
Traducido para Rebelión por Germán Leyens .

Sus nombres tienen sabor a obras del teatro medieval, pero en lugar de llamarse Esperanza, Penitencia y Misericordia, las tres hermanas se llaman Amal, Taura y Tahrir, o sea Esperanza, Revolución y Liberación. Van vestidas como todas las estudiantes – no llamarían la atención en Yale o en la Universidad de Tel Aviv. Sus libros y sus CDs son iguales a los que vi esta mañana en el estante de mi hijo. Pero sus sonrisas, sus maravillosas felices sonrisas y su alegría, son bastante extraordinarias, considerando sus vidas. .
Hace cincuenta años, sus padres fueron expulsados de su hogar ancestral en el sur porque no eran judíos, y las hermanas nacieron en una familia de refugiados en Halil. Nacieron sucesivamente, como para compensar los muchos años de la condena a cárcel sufrida por su padre. Estuvo sólo poco tiempo con ellas, antes de ser matado por una granada de gas lanzada por un colono a su sala de estar. La más joven de las hermanas, Amal, va a la escuela secundaria, mientras que Tahrir ya estudia segundo curso en la universidad, estudiando arquitectura, el fino arte de convertir pensamientos en piedra y construir hogares. Su propio hogar, una modesta casa de piedra de tres piezas con grandes ventanas, situada en la profundidad de los viñedos del valle, va a ser demolida. .
Los emisarios de la fatalidad contemplaban afuera las ruinas de la casa vecina, con su techo plano derrumbado al medio, y a una mujer de cabellos canos con brillantes ojos azules que buscaba en los vestigios de lo que había sido su hogar hasta el día antes. .
-Yalla, ufi kvar, -gritó una alta muchacha judía, Barbra-o-algo-así, a la anciana. .
- ¡Váyase! -Un oficial del ejército que la acompañaba se unió a ella. Repitió la orden en árabe, y, mientras la mujer subía desde el cráter, le contó a Barbra-o-algo-así lo que la anciana le había dicho. .
-Es por su pierna nueva, -dijo. -Costó cinco mil shekel. Más de mil dólares. La compró hace sólo un mes. La usaba para las ocasiones especiales y ayer, cuando demolimos la casa, tenía puesta la pierna vieja. No, perdió su pierna cuando niña en 1948, cuando fue bombardeada la Ciudad Vieja de Jerusalén, -dijo el oficial respondiendo a las tácitas preguntas de un hombre alto, imponente, en un elegante traje gris, con una pequeña kippa sobre su cabeza. .
Mientras tanto, dos bulldozers aplanaban los restos de la casa de la anciana, atraparon limpiamente los restos del viñedo y aplastaron sus hojas rojo púrpura en el barro. .
En esta época del año, el rojo púrpura cubre los montes en la zona de Halil. Es tierra de viñedos, separada por el lado norte por Belén de la tierra del olivo. Es tierra de anchas terrazas, del seco suelo rojizo, de muchas ovejas, pocas vertientes, fe poderosa, y viñedos. Hace algunos siglos la gente del lugar renunció a su religión cristiana ortodoxa y se convirtió al Islam. Sigue prensando vino en las prensas de piedra de hace milenios. En otoño, las mujeres de Halil venden sus uvas grandes, doradas, dulces, cubiertas todavía de polvo del campo, en la Puerta de Damasco, vestidas con sus largos vestidos negros con exquisitos bordados. Cuando mi mujer tuvo a nuestro primer hijo, le regalé un vestido negro y rojo púrpura similar, confeccionado en trabajo de semanas en una aldea cerca de Halil. .
Por mucho que me guste la tierra del viñedo y la gente de Halil, no es un sitio que haga placer visitar. Como en una tragedia griega, una atroz fatalidad se expande sobre la ciudad. El monstruo del mar consumió a las vírgenes de Jaffa en la historia de Perseo, la Fatalidad de Halil devora lentamente a la ciudad y a su gente. Día tras día, se confisca una casa, se incendia un negocio, se mata a un hombre. .
Ahora, Halil es el objeto semi-digerido que los pescadores solían encontrar en los estómagos de los tiburones atrapados. Sigue teniendo algunas de las características de la antigua, orgullosa, ciudad de los hombres, pero está devorada a medias. Si usted alguna vez visitó a una hermosa muchacha, postrada en la fase terminal de una enfermedad mortal, conocerá la sensación. .
En tiempos normales, la zona de Halil sería muy admirada, porque es como el País de la Biblia: el estilo de vida de su gente no ha cambiado mucho. Son los mismos pastores y viticultores, y los nombres de las aldeas están saturados de memorias. El gran forajido palestino Daud, después llamado Rey David, ofrecía protección por dinero en Maan; el profeta Amos creció en Tukua; Gadis está enterrado en Halhul. Halil se llamó Hebrón, después San Abraham, después Halil, o La Bienamada, porque es un epíteto típico para Abraham, el gran héroe cultural del Oriente Próximo. .
Es la Judea original de los reyes y profetas: Judea, pero (a pesar de alguna similitud en el sonido) no judía, incluso bastante poco relacionada con los judíos de antaño, que nunca se aventuraron por esta árida provincia tan al sur. El historiador judío Josephus Flavius no conoció estos sitios; los libros judíos, Talmud y Mishna, apenas mencionan a Hebrón y Belén. Los judíos llaman a la zona, "Idumea", y a su pueblo judeo, "idumeos". (De la misma manera, los judíos llamaban a la tierra de Israel "Samaria", y a sus israelitas "samaritanos", ya que querían privatizar el legado de la Biblia.) A los judeos nativos, el pueblo de Halil, no les importaba: seguían trabajando los mismos campos y rendían culto a los mismos santuarios que sus antepasados, los héroes de la Biblia. .
Sobre todo, veneraban su mezquita Ibrahimiye, conmemorando al Bienamado de Dios, Ibrahim (o Abraham), el pionero espiritual de la humanidad. El masivo edificio de piedras rústicas fue construido en el ignoto pasado. Los cruzados erigieron una hermosa basílica sobre los antiguos fundamentos, y los benévolos gobernantes de El Cairo y Damasco, Estambul y Bagdad, adornaron sus muros con versos islámicos. La mezquita de Halil irradia santidad y gracia por ser la fuente del espíritu que emergió de los montes de Judea. .
Sí, es la singularidad de la Tierra Santa; es donde el Todopoderoso ungió a nuestros vecinos. Dio a los halilíes depósitos infinitos de espíritu divino. Aunque el aceite se acabe, mientras más espíritu se dispensa, más queda. Por ese motivo, probablemente, el enemigo hizo que fuera tan difícil llegar allí. La ciudad vieja de Halil es un denso enjambre de casas medievales alrededor de la mezquita Ibrahimiye. Las casas, tan cercanas las unas de las otras, permiten pocas entradas al laberinto. Y éstas han sido bloqueadas con puertas de hierro y alambrada de púas, dejando sólo dos aberturas de acceso. Las entradas son controladas por masivos puntos de control. .
Los soldados volvieron a controlar nuestros documentos, nos registraron y nos dejaron entrar a la ciudad del Bienamado –convertida-en-la-peor-cárcel del archipiélago Gulag de Palestina. Mi Virgilio en este descenso al Infierno fue un hombre poco usual, Jerry Levin, de Alabama. Ex jefe de la oficina de CNN en Líbano, pasó casi un año como cautivo de Hizbolá, y desde entonces, ha vivido en la Ciudad Vieja de Halil con un pequeño equipo de Pacificadores Cristianos. La gente de CPT lleva alimentos a los sitiados, trata de proteger a la gente de la ciudad y sufre abusos y violencia de los colonos y de los militares. Nacido judío, optó por salirse del culto de la venganza, se unió a Cristo y puso su vida a disposición de los oprimidos del mundo. .
-No haga mucho revuelo por lo de mi prisión en Líbano, -me advirtió con una sonrisa irónica. -Cualquiera de los hombres de aquí puede hablarle de condenas a prisión mucho más largas y duras. .
Los ojos de los niños nos contemplaban desde detrás de los barrotes de hierro. Las calles estaban vacías: desde hace muchos meses no se ha permitido que los nativos caminen por las aceras pavimentadas de su ciudad. Un toque de queda eterno fue impuesto aquí hace años. Colonos en tren de saqueo irrumpieron en los negocios y los incendiaron; los muros tienen graffiti en hebreo cursivo que dicen: "Maten a los goyim [gentiles]; es bueno para los judíos", "Kahane tenía razón", "Dios lo bendiga, Dr. Goldstein". .
Golpeamos la puerta de hierro de una casa y oímos el ruido causado por la apertura de pesados cerrojos. La puerta se abrió un poco para dejarnos entrar. Subimos la estrecha escalinata hasta la azotea. El grandioso edificio de la mezquita se eleva a sólo unos doscientos metros, pero los habitantes pocas veces se aventuran tan lejos. Estrechos planchones conectan los techos de la ciudad y permiten que los halilíes sitiados visiten a sus vecinos. Sus niños, como pájaros, corren de casa a casa sobre planchas colocadas a una altura sorprendente, o miran a través de los barrotes hacia la calle. .
Las calles fueron privatizadas por los colonos, así que pueden caminar por ellas en una paz total, sin que los molesten los gentiles. A intervalos regulares, los colonos rompen puertas y atacan a los ciudadanos, arrojan por las ventanas sus ropas de cama y sus sillas y los golpean. Por eso bloquean sus puertas con pesadas vigas y cerrojos para impedir el ingreso de los soldados y los colonos durante los frecuentes pogromos. Ni siquiera pueden salir a comprar comida: tiene que ser comprada por voluntarios europeos y estadounidenses. Muchos escapan de esta vida insoportable, abandonan sus casas, sus viñedos y sus propiedades y se van, al exilio. En esta ciudad devorada a medias, sólo se quedan los más fuertes. .
Mi amigo estadounidense me preguntó una vez si los palestinos participan en una lucha no-violenta. En Halil, cada día, cada hora, cada minuto de la vida de un palestino es una lucha no-violenta por la existencia. Es una lástima que no tenga mucho éxito. Aparentemente, los monstruos necesitan que los persuada un Perseo. .
Salimos al aire libre. Un colono nos llamó, mirando hacia la penumbra bajo los arcos que cubren la estrecha calle: .
- ¡Árabes! ¡Fuera!" -Un soldado en la esquina lo calmó: .
- No son árabes, son internacionales. .
-Son peores todavía", -me gritó el colono, un judío algo mayor de Europa oriental, en su inglés gutural, con acento extranjero: .
- ¡Váyanse! No los queremos aquí. .
- A ustedes tampoco, -le respondimos, y salimos hacia la mezquita. .
El santuario estaba rodeado por tres filas de soldados, muchos importados recientemente de Etiopía y de Ucrania. Nos revisaron una y otra vez, nos preguntaron de dónde y por qué, nos hicieron pasar por detectores de metal y lectores de pensamientos; los ojos vigilantes de los soldados nos vigilaban, llenos del implacable odio de costumbre, mientras íbamos al inmenso cenotafio de Abraham. Y, a pesar de todo, me colmó el sentimiento de santidad que emana del sitio, como si mi espíritu fuera elevado por la inmensa ola de un tsunami. .
Alto. Muy alto. No sé si un lugar santo es santo por el santo enterrado allí, o, de otra manera, que entierran a los santos en lugares sagrados, pero se trataba ciertamente de un lugar santo. Al volverme, vi a los que privatizaron la fuente espiritual. Portaban chales blancos de plegaria con rayas negras sobre sus espaldas. Me vieron. .
- - ¡Es un árabe! -dijo uno. .
- No, es alemán. .
- No, es un árabe con un pasaporte israelí, por eso se ve tan arrogante, -dijo el primero. .
- ¿Tú árabe? -me preguntó el segundo. .
- Seguro", -le dije. .
- ¡Sal de aquí, alimaña! -gritaron. .
En realidad, a los colonos no les importa mucho la Tumba del Bienamado. Tienen otra tumba que venerar, la del asesino masivo de Brooklyn, el Dr. Goldstein. Logró la gloria en la fiesta de Purim de 1994. Purim es la única fiesta alegre del calendario judío, el aniversario de una hermosa masacre cometida por sus antepasados en Persia hace unos 2400 años, cuando 75.000 gentiles, hombres, mujeres y niños, fueron masacrados por judíos –razón suficiente para una eterna alegría. .
La matanza es descrita en el Antiguo Testamento, y forma también parte de las Escrituras Cristianas. Pero los cristianos la interpretan como una historia de liberación, mientras que para los judíos no existe liberación sin venganza. .
Durante el Purim de 1994, el Dr. Baruch Goldstein entró a la mezquita con dos ametralladoras y mucha munición. Los vigilantes soldados que no nos dejaron entrar ni con una lima para las uñas, no lo detuvieron. Entró a la sala de plegarias, gritó: .
- ¡Feliz Purim! -y abrió fuego. .
Asesinó a unos treinta fieles, hasta que los supervivientes lograron matar a la desenfrenada bestia. Cuando los árabes se llevaron a sus heridos y a sus muertos de la mezquita, los soldados abrieron fuego y mataron a otros veinte fieles, gritando "¡Feliz Purim!" .
Cuando la noticia de la matanza llegó al Knesset, el Parlamento de Israel, Hanan Porat, un dirigente del Partido Nacionalista Religioso Judío bendijo a los parlamentarios con "¡Feliz Purim!" Al Dr. Goldstein lo enterraron con mucho respeto y amor; su tumba se convirtió en un sitio de peregrinación de los colonos y de sus admiradores de Israel, EE.UU. y de todo el mundo. Jóvenes, regordetas, doncellas judías vienen, depositan flores y encienden velas sobre su tumba. Jóvenes soldados judíos colocan sus rifles M-16 hechos en EE.UU. sobre la tumba y piden la ayuda y la enseñanza del santo varón. Jóvenes parejas se prometen en matrimonio, ancianos dicen Kaddish por su alma. .
Después del asesinato, hubo voces en Israel que pidieron que se sacara a los colonos de Halil. Pero el gobierno aprovechó para castigar a las víctimas: los judíos se apoderaron de la mitad de la mezquita, los creyentes locales no pueden rezar en la Tumba de Abraham el Bienamado de Dios; las entradas a la Ciudad Vieja fueron selladas; docenas de casas palestinas fueron confiscadas y arrasadas; los gentiles ya no pueden transitar por la calle principal de la ciudad. .
A fin de cuentas el resultado es un pretexto para robar más tierras y castigar a los palestinos. A pesar de todo, los colonos van a la Tumba de Abraham, a quien veneran como lo hacen cristianos y musulmanes, pero por otro motivo. Mientras para nosotros, Abraham es el padre espiritual, un hombre que encontró el camino a la íntima comunión con Dios y lo mostró a la humanidad, ellos lo reivindican como su antepasado biológico y justificación para la privatización del lugar sagrado. (Adams, el estadounidense del cuento de Mark Twain los superaría pretendiendo que desciende directamente de Adán. Si pudieran pretender que George Washington fue judío, tratarían de privatizar también la Casa Blanca. (Si no lo han hecho de todas maneras.) .
Esa interpretación perversa yace en lo más profundo de la psique judía, y Natalia, una simpática periodista israelí que nos acompañaba, me preguntó: .
- ¿Creen los árabes de aquí que Abraham es también su antepasado? .
- Todo el mundo lo considera nuestro antepasado espiritual, -traté de explicarle la fe no-biológica, espiritual y universal de Abraham. .
Le recordé que Abraham rechazó a su padre, que Mahoma rechazó a su tribu, y que Cristo rechazó el llamado de sus hermanos y dijo que sus hermanos espirituales son más importantes que sus hermanos carnales, pero mis palabras no hicieron mella en la visión que le había sido imbuida. .
La privatización es una tendencia muy judía: donde los palestinos ven una vertiente como una fuente de agua para todos los que quieran venir y beber, la tradición judía la ve como algo que debe ser privado. .
Los viernes, los colonos rigen supremos en la ciudad. El ejército impone un toque de queda especialmente duro y no permite que ni un solo gentil salga de su casa para mancillar el paso de un judío. Los soldados disparan contra los niños que se atreven a jugar afuera. La ciudad no puede respirar hasta que el último judío desaparece en el complejo exclusivo para judíos, cercado por alambradas de púas. .
Halil es un buen sitio para comprender las verdaderas intenciones judías sobre cómo se debe regir el mundo – mucho mejor que la lectura de sus hipócritas editoriales edulcorados con sacarina. Pero el viernes pasado fue diferente. Después de que la fuerte guardia acompañara a los colonos a su complejo, y cuando volvía a su cuartel, cayó bajo el fuego guerrillero. Los guerrilleros no quisieron imitar a los asesinos en masa judíos. Dejaron que los fieles retornaran en paz a sus hogares, y sólo después abrieron fuego. .
Perseo llegó a visitar al monstruo. A los soldados israelíes les lavan el cerebro para que crean en su superioridad racial, en la superioridad de sus armas, en la protección de su Supremo Comandante en las Alturas. En la debilidad de los nativos. Estaban seguros de que el espíritu de los halilíes estaba definitivamente aplastado. Arrogantes e imprudentes se lanzaron rápidamente a la persecución. Los combatientes se retiraron a un camino entre los viñedos y cuando los soldados enemigos los siguieron, cerraron su mortífera trampa. .
Los combatientes de la Yihád utilizaron la vieja astucia del débil contra el poderoso, descrita por primera vez por los historiadores romanos, convertida más adelante en un drama "Los Horacios y los Corintios", por el gran escritor alemán Bertolt Brecht. Los dos grandes clanes romanos de los Horacios y los Corintios se enfrentaron en el campo de batalla. Los Horacios, más débiles, fingieron huir, y cuando sus enemigos fuertemente armados los persiguieron y se diseminaron por la ruta, volvieron y mataron - uno tras otro- a sus perseguidores. El resultado fue como un milagro: tres combatientes de la Yihád, con sus carabinas, mataron a veinte judíos fuertemente armados, entre ellos al principal atormentador de Halil, el coronel Gauleiter de la ciudad, el comandante de la división de Hebrón. .
Los combatientes palestinos no lograron escapar. Al tomar su noble decisión de dejar pasar a los colonos y atacar sólo a los soldados, sellaron su propia suerte. Pero demostraron que su espíritu es fuerte, tan fuerte como los fundamentos de su gran santuario. .
A menudo se oye decir que los palestinos deberían actuar de una u otra manera. No deberían matar al enemigo si éste se saca el uniforme y se va de vacaciones. Deberían tener cuidado al escoger sus objetivos porque de otra manera podría ser 'contraproductivo'. La emboscada de Halil demostró que esto no pasa de ser un contrasentido piadoso. .
El ataque contra los soldados fue el más justo lanzado hasta ahora contra el opresor. Pero ello no impidió que el Presidente Bush lo describiera como 'un crimen odioso', el Secretario General lo calificara de 'un acto horrible, sangriento' y el mal informado Papa se refiriera a 'una masacre de fieles'. Incluso el Jefe de Estado Mayor israelí se burló de esta descripción y se negó a hablar de 'masacre'. Nuestros soldados murieron en el campo de batalla, dijo. Pero, en todo caso, ordenó que se demolieran las casas palestinas en el camino donde tuvo lugar la emboscada. .
No importa, por lo tanto, lo que hagan los palestinos; si matan a niños israelíes o si combaten contra soldados israelíes, o incluso si los colonos los asesinan, son siempre ellos los culpables, por no rendirse ante los judíos. Los que se rindieron sin combatir no los perdonarán. Pero los palestinos de Halil, la gente más abusada del globo, conocen la verdad. Y por eso había sonrisas tan radiantes en las caras de las tres hermanas, Esperanza, Revolución y Liberación. .
La simpática periodista israelí Natalie consideró que tenía que ajustar su historia para complacer a sus editores. .
- ¿Pero qué dirían ustedes de los actos terroristas contra civiles israelíes en Tel Aviv?, -preguntó a las muchachas cuya casa iba a ser demolida. .
Me pregunto qué hubiera respondido mi padre en el gueto de Stanislawow si un periodista alemán le hubiese preguntado qué pensaba de las víctimas alemanas de los bombardeos aliados. Probablemente hubiera respondido como lo hizo el periodista judío canadiense Mordecai Richler: .
-Estoy contento de que hayan bombardeado Dresden sin motivos militares útiles. [i] .
Estábamos cerca del lugar de la emboscada, sobe la amplia veranda de la casa de las tres hermanas. Probablemente nuestras caras traicionaban nuestros sentimientos, porque el grupo de colonos y sus acompañantes se nos fue encima. Un colono, un judío acicalado, nos dijo: .
- Deberíais estar de nuestro lado, -dijo. -Ustedes son judíos, ¿no es cierto? Se trata de ellos o de nosotros. Debéis escuchar la voz de vuestra sangre, apoyar a vuestra gente con sus enemigos. .
- ¿Era necesario demoler las casas de gente inocente sólo porque alguien disparó contra sus soldados en su cercanía?, -preguntó Jerry. .
El imponente hombre alto en el traje gris nos miró severamente. .
- ¿Cómo se atreven a hablar de casas, cuando aquí se extinguieron vidas humanas? .
Era un estadounidense de Nueva York, un cierto rabino Wise. .
- ¿Demolería usted una casa en Nueva York, si uno de los suyos fuera matado cerca de ella? -le pregunté. .
- ¡Claro que sí, deberíamos hacerlo! -dijo el rabino Wise, y una sonrisa rapaz, carnívora, traicionó sus sentimientos. Lo haría. Eliminaría Harlem si un negro matara a un judío. Para los rabinos Wise de este mundo, la vida y la propiedad de un gentil no tiene importancia, no pasa de ser un nido de avispas que hay que extirpar. Si no arrasan casas de gentiles en Nueva York, es porque tienen instrumentos aún mejores:
procedimientos judiciales, embargos, privatizaciones. .
En Halil, o Hebrón, como la llaman por su antiguo nombre, imponen sus sueños, libres de toda restricción. En esta ciudad de asquerosos colonos y brutales soldados, no había otro más vil que el rabino Wise. Los colonos convirtieron la vida de la gente del lugar en un infierno, y los soldados los protegieron, pero hicieron su voluntad, y él les llevó miles de millones de dólares robados de los estadounidenses, y los encubrió en los corredores del Congreso y del Senado. Siento gran compasión por los estadounidenses, un pueblo trabajador y generoso, engañado por sus políticos y convertidos en esclavos de Mordoc. .
- Ustedes son judíos ¿no es cierto? –insistió el acicalado colono. .
- ¡Ah no, glorificado sea Cristo, no lo somos!, -dije, sacando por primera vez un beneficio directo de mi reciente bautismo. -Si ustedes lo son, nosotros definitivamente no lo somos. .
El singular fenómeno de los últimos veinte años, el meteórico Ascenso de los Judíos en el mundo, fue doloroso para todos: para los palestinos, que perdieron sus casas y su libertad; para los estadounidenses, cuyo "país de los libres" tiene ahora la mayor población carcelaria, tiene el récord en las condenas a muerte y en la brecha social entre pobres y ricos; para los europeos, que tienen que renunciar a sus tradiciones culturales; para los musulmanes, que son permanentemente bombardeados y vilipendiados por Cohen y Pipes; por los chinos, el próximo sacrificio escogido al dios de la venganza. .
Paradójicamente, fue bueno para nosotros, los hijos de judíos que rechazamos la política judía. Cuando los judíos eran débiles, el bautismo dejaba un sabor de deserción. Julian Tuwim, el gran poeta polaco de origen judío, dijo después de la II Guerra Mundial: "Soy judío no por la sangre que llevo en las venas sino por la sangre que brota de ellas". Ahora, cuando la sangre brota de venas gentiles, se hace cada vez más fácil, no, importante, que rechacemos el victorioso culto del odio y que nos unamos a la humanidad. .
Los israelíes y los judíos que piensan que manifestar contra las políticas de sus gobiernos no es suficiente, hacen ahora que lo que era impensable sea más fácil. Neta Golan, la maravillosa muchacha israelí que se quedó con los aldeanos palestinos sitiados en Kufr Harith, fue tratada como un personaje ejemplar de una "buena judía". Pero rechazó la fe del Odio por la fe de la Misericordia, y su nombre desapareció de las páginas de los periódicos judíos estadounidenses, porque antes la podían utilizar como una coartada para los asesinos y sus partidarios. .
En la forma más inesperada, el maligno sueño de los malévolos sectarios sionistas [anti-] cristianos de que los judíos acudirían a Cristo sobre las ruinas de Palestina puede llegar a convertirse en realidad, ya que cada vez más judíos que se enfrentan al victorioso judaísmo realmente existente en el infierno de Hebrón, rechazan el paradigma de la Dominación y se unen a la Hermandad del Hombre. Los sionistas [anti- ] cristianos tenían razón, pero por la razón equivocada: la reunión de judíos en la Tierra Santa conducirá a los buenos a la luz, porque verán la desnudez de la tiniebla total y la rechazarán. .
Por eso es tan importante la Intifada: podría constituir el comienzo de una Intifada mundial universal contra las oscuras fuerzas de la Codicia. No debería detenerse en las fronteras de la Tierra Santa. Sé que esta idea es ajena a los palestinos. Ellos luchan por sus aldeas y ciudades, por su igualdad y por la libertad de vivir y orar en sus santuarios. Para ellos, la pérdida de los privilegios de los colonos representaría el fin del problema. .
No comprenden que para el rabino Wise y su calaña su esclavitud y la posesión de Palestina constituyen la prueba terrenal necesaria de la calidad de Elegido, la máxima manifestación del Ascenso de los Judíos, y que no abdicarán fácilmente. .
Este pensamiento asusta a los amigos de Palestina, que objetan al Dr. Goldstein pero que no se atreven a confrontar a un rabino Wise por temor de enajenar a sus compañeros judíos. No comprenden que los buenos judíos, por asqueados que estén por los colonos, no combatirán a sus hermanos malvados. .
Michael Neumann lo puso bien claro: a la ahora de la verdad "Todos esos maravillosos, valerosos manifestantes judíos que lloran por los niños de Palestina, harían sus maletas, se irían a casa y pondrían el cerrojo en sus puertas. No lanzarían llamamientos; no escribirían". Su posición no importaría para nada, si el Discurso de Occidente no estuviese tan firmemente en manos judías. Todo vuelve al drama de la moralidad: la Esperanza de Halil no es más que una hermana de la Liberación del Discurso y de la Intifada Mundial contra las fuerzas de la Codicia. .
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[i] Citado por The Vancouver Sun | 13 de septiembre de 1966, p. 5
"A menos que olvide… odio a los alemanes". Mordecai Richler de The Spectator, pasajes de un artículo para la sección de libros en British Weekly Review.