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Latinoamérica

Bienvenida Mrs. Patterson

ARAUCA - Red La Verdá

Aunque nadie sabía qué era lo que pasaba, todos decían a coro "como que viene un duro!". Así, con una mezcla de curiosidad y miedo comenzaron esta semana sus actividades los habitantes de esta capital, convertida desde la madrugada del lunes en la réplica de un escenario cinematográfico de guerra.
Varios tanques fueron apostados en los costados del parque principal de la ciudad. La sede de la Gobernación fue acordonada por un batallón de la Brigada 18 del ejército, cuyos integrantes recibían órdenes de instructores norteamericanos en medio del asombro de varios funcionarios públicos que a esa hora llegaban a sus sitios de trabajo. "Esos manes tienen pinta de costeños, pero son gringos...chicanos y de Puerto Rico, mi hermana los conoce", comentó un estudiante que transitaba por el Parque Principal.
Desde las seis de la mañana, varios helicópteros Black Hawk sobrevolaron la ciudad y sus alrededores. Las vías de acceso, y especialmente el trayecto del aeropuerto al centro, fueron tapizadas de soldados, mientras que unas treinta patrullas motorizadas de la policía recorrían, veloces y ruidosas, todas las calles.
Las pocas personas que sabían quién era "el duro" se acuartelaron desde temprano en el despacho del gobernador, José Emiro Palencia, qué daba órdenes contradictorias, visiblemente nervioso.
Varios empleados de la gobernación relataron horas mas tarde que el alto funcionario "parecía una suegra pobre tratando de casar a la hija fea con un ricachón". -Eso iba de un lado para otro, revisando los floreros y los pliegues de las banderas, cambiando de sitio los cuadros y mirándose en los espejos, no fuera que se le hubiera despeinado la blanca cabellera, contaba a la hora del almuerzo una de sus secretarias.
A eso de las ocho de la mañana, la noticia corrió como el viento llanero por las calles de Arauca. Fue un embolador con permiso para trabajar en la Gobernación quien regó la chiva:
-La que viene es la cucha gringa, la embajadora, gritó el hombre tan pronto salió del edificio oficial y puso los pies en la Plaza Principal.
El humilde lustrabotas contó que a la entrada del despacho de Palencia había un gran cartel pegado en la pared que decía "Bienvenida Mrs Patterson".
A las ocho de la mañana el cielo araucano se estremeció con la llegada de una flotilla de aviones, mientras los helicópteros incrementaban sus sobrevuelos. A las ocho y diez, la señora Anne W. Patterson descendió de un Twin Otter y saludó con gran solemnidad al comandante de Brigada 18 del Ejército, quien le informó que el señor Gobernador la esperaba en su despacho.
-Pero acordamos que la reunión fuera en la Brigada, dijo la mujer.
A las ocho y veinte la caravana de carros blindados salió del aeropuerto rumbo a la Brigada. A esa misma hora, el Gobernador fue avisado de que la embajadora había dicho que ella no pisaría el casco urbano de Arauca, así hubiera dos mil soldados cuidándola. "Palencia entró en cólera pero le tocó tragarse la piedra y se tuvo que ir para la Brigada a recibir a la embajadora.", dijeron varios periodistas locales que presenciaron el momento.
Cuando llegó la embajadora, en la Brigada ya estaban todos los invitados: el gobernador, el comandante de la Brigada y sus mandos, los alcaldes de los siete municipios del departamento, altos ejecutivos de las petroleras estadounidenses que utilizan el oleoducto Caño Limón – Coveñas, el comandante de la policía departamental y los jefes polìticos tradicionales del departamento, considerado por la Contraloria Nacional como nido de corrupción.
Según fuentes oficiales del nivel nacional, mas de 60 mil millones de pesos (unos 250 millones de dólares) de regalías petroleras han sido robados por la dirigencia regional.
Tres banderas de la Brigada militar y ninguna de Colombia servían de fondo a la tarima donde la embajadora comunicó lo que iba a comunicar. No hubo protocolos, ni joropos y ternera, como querían los presentes. "Esta es una visita relámpago", advirtió un miembro de la delegación estadounidense.
Cercada por un bosque de micrófonos y grabadoras, Mrs Patterson entró rápido en materia: a los cuatro instructores norteamericanos que ya hay en la zona se unirá todo un contingente de ese país a mediados de noviembre próximo. Su objetivo, dijo la embajadora, es capacitar a los soldados colombianos en el cuidado del oleoducto. "El tubo es la prioridad de nuestro gobierno", dijo coloquialmente la diplomática.
Mrs Patterson les recordó a los presentes que Estados Unidos ya ha desembolsado seis millones de dólares para la Brigada 18 del Ejército, pero advirtió que eso "no es nada", en comparación con los 81 millones de dólares que entregaremos en el 2.003. "Ese dinero será principalmente para aviones y helicópteros", subrayó la visitante.
Para los presentes fue notorio que el comandante de la policía solo descansó cuando la embajadora agregó que desembolsarán 30 millones más para el Cuerpo de Carabineros de la institución, considerada por entidades privadas de control como la segunda entidad más corrupta de Colombia, mas corrupta incluso que el ejército.
Mientras la embajadora permaneció en la Brigada, la ciudad quedó semi paralizada. Y apenas se fue, la gente comenzó a preguntar a qué había venido la gringa. "Pues a echarle mas leña a esta candela", dijo un labriego luego de escuchar en las noticias que Mrs. Patterson había venido a traer mas dólares para la guerra.