VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
Latinoamérica

Triunfó la rebeldía y el anhelo de cambio

Editorial del periódico ecuatoriano "Opción"

En este pequeño país, el triunfo de Lucio Gutiérrez es un hecho inédito, de gran significación en su propia historia y en la de América Latina, que tiene y tendrá repercusiones trascendentes en la vida política. Lucio Gutiérrez gana la primera vuelta electoral con un gran respaldo popular, con pocos recursos financieros y con el apoyo de las mismas fuerzas sociales y políticas de izquierda que participaron en el levantamiento del enero 21 del 2000, principalmente de Pachakutik y de las fuerzas de Unidad Popular y del Movimiento Popular Democrático (MPD). Su triunfo deja en clara evidencia la confrontación existente entre pueblo y oligarquía, que en perspectiva, puede abrir nuevos causes en el proceso de transformación económica y social del Ecuador.
Lucio Gutiérrez es una expresión de las posiciones patrióticas y democráticas, resume y se convirtió en el símbolo de la rebeldía popular, de las aspiraciones de cambio de los pueblos. Su triunfo es parte de los procesos de lucha social y política que recorre todo nuestro continente, en busca de cambios fundamentales. Gutiérrez no es Chávez, no es Lula, ni Evo Morales, sin embargo, al igual que ellos simboliza los vientos renovadores, los sentimientos antioligárquicos, antineoliberales, la posibilidad de abrir una situación nueva, libre de la dependencia extranjera, que permita un desarrollo soberano de nuestros países y el bienestar, la justicia y el trabajo para nuestros pueblos.
En el Ecuador, los procesos de ascenso de la unidad y de la lucha social y política que nuestros pueblos vienen enfrentando en su historia reciente, dejan en evidencia una vez más, el ascenso de su conciencia política. Es un ascenso de las posiciones que reclaman y buscan cambios a la actual situación del país. Es una conciencia que discrimina y reconoce el ofrecimiento demagógico, las viejas prácticas de hacer política, que reconoce y rechaza a quienes le han sumido en el hambre, la desocupación y la miseria, que han llevado al país a la profundización de la crisis en la que se encuentra. Esto se expresa en la decisión mayoritaria de negarles a los partidos políticos burgueses como el Partido Socialcristiano, la Izquierda Democrática, el Partido Roldosista, la Democracia Popular, entre los más importantes, la conducción del país.
Esta realidad nueva, inaugurada a partir de los levantamientos que echaron del gobierno a Bucaram y sobre todo a Mahuad, dejaron planteada la posibilidad de un gobierno popular. A dos años de este levantamiento, esa posibilidad se plasma en la votación de Lucio Gutiérrez; en ambos casos, levantamiento y elecciones, el pueblo ratifica su búsqueda de cambios en su favor, de una situación nueva para el país.
La base de apoyo de Lucio Gutiérrez se encuentra en los trabajadores, los campesinos, los pueblos indígenas, los pequeños comerciantes, la juventud, las mujeres. Es evidente también que un rol importante jugaron las organizaciones políticas como Pachakutik, que fue en alianza con el Partido Sociedad Patriótica; y el Movimiento Popular Democrático, organización de reconocida consecuencia y trayectoria de izquierda, que con su apoyo, jugó un papel preponderante en la campaña electoral, a tal punto que se lo ubica -legítimamente- como uno de los triunfadores de en este proceso electoral y que, por lo mismo, se ha convertido en el blanco de los ataques de los sectores más reaccionarios, que actúan con la vieja práctica de crear el temor en la población con el 'cuco' del comunismo, que en realidad es crear el temor al cambio.
Es un hecho que los resultados de esta primera vuelta dejaron de lado a los candidatos de la predilección del Pentágono, resquebraja el esquema de democracia por ellos planteado y desarticula la gobernabilidad burguesa.
La confrontación pueblo-oligarquía, expresada hoy en las candidaturas de Lucio Gutiérrez y Álvaro Novoa, respectivamente, puede tener un desenlace a favor de los anhelos de cambio de nuestros pueblos, existe una gran expectativa y la posibilidad del triunfo de Gutiérrez en la segunda vuelta.
Corresponde a los trabajadores y a los pueblos, a las organizaciones sociales y políticas de izquierda, a los sectores democráticos y antioligárquicos, jugar un papel protagónico para alcanzar este propósito y garantizar el proyecto de cambio, de un nuevo Ecuador, de una Patria Nueva, donde las mayorías populares sean protagonistas y beneficiarias de esos cambios.