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Latinoamérica

21 de noviembre del 2002

Análisis petrolero

Ignacio Ortega
Semanario "VERAZ"

El mundo consume en la actualidad la energía equivalente a 210 millones de barriles diarios de petróleo. De ese gran total de energía, un 38% es aportado por el crudo que se produce diariamente. Es decir, 75 millones de barriles. Adicionalmente, 22% de esa energía proviene del gas natural, 26% del carbón, 7% energía nuclear y el restante 7% de otras fuentes como la hidráulica, la eólica y la solar.
Del total de energía utilizada un 20% se gasta en transporte. Un poco mas del 30% en uso doméstico y público: Llamémoslo iluminación, calefacción, refrigeración, transmisión de datos etc. El resto, cerca del 50%, es consumido por la industria en general (acero, aluminio, química, cemento, vidrio, celulosa, y papel).
EE.UU. produce el 12% del crudo mundial pero, consume el 25% (19 de los 75 millones de barriles diarios).
Con el ritmo de extracción actual (7,4 MM de B/D) el gigante del norte tiene producción para un poco más de ocho (8) años. Si tuviera que producir todo lo que consume el tiempo se le reduciría a, escasamente, unos cuatro (4) años.
De esta realidad, inmediata, surge el desespero del gigante del norte por asegurarse los mercados actuales y futuros del crudo. El control directo sobre las fuentes se vuelve asunto vital para Estados Unidos; en mayo, el presidente George W. Bush definió la situación energética norteamericana como "la peor crisis de suministro de energía desde la década de 1970". Sin embargo, lejos de negociar con los productores, como mandan las leyes de la convivencia internacional, los países industriales, en especial EE.UU. buscan el atajo del sometimiento económico-político a través de êlites corruptas o por la guerra. Asimismo, de esa necesidad estratégica de los norteamericanos parten los planteamientos meritocráticos de la venta de Pdvsa. Enmarcado dicho plan en el superenriquecimiento de quienes históricamente se han lucrado con el negocio petrolero venezolano en detrimento de una inmensa mayoría nacional que ha estado, siempre, apartada de la mesa petrolera. Pero, ¿Quiénes son los "brockers" y beneficiarios de esta operación antinacional? Todos los conocemos. Dominan con su presencia y capital los grandes medios de comunicación venezolanos.
Ahora, ¿Dónde están ubicados los grandes yacimientos de crudo del mundo?: En el Oriente Medio, en el Asia Central y en América Latina. ¿Los países con mayores reservas mundiales?: Arabia Saudita, Venezuela, Irak, Irán, Kuwait, Emiratos A.U., Rusia, Méjico, Libia y Nigeria. Cualquier deducción particular sobre la política de los países desarrollados con relación a estos hechos y realidades coincidirá, sin rubor, con la actual geopolítica de esas potencias industriales que procuran la dominación económica y el aseguramiento de los mercados petroleros.
En consecuencia, el trofeo de los ideólogos del golpismo no es la cabeza del presidente Chávez, como la mayoría insulsa de Altamira pide a gritos, sino la venta de nuestra principal industria. La entrega, disfrazada de negocio, de nuestra riqueza. La Argentinización septentrional. Eso desean y quieren quienes plantean, como una salida a sus problemas, la privatización de los activos de nuestra nación. La venta de un país.
El "aislamiento" de Alí Rodríguez Araque
De los análisis de la prensa nacional, de los documentos internos de la industria petrolera, de escritos independientes y de opinión periodística se infiere que, la situación por la que pasa el actual presidente de Pdvsa es nada envidiable. Se enfrenta prácticamente solo a recalcitrantes grupos de presión, fuertes y cohesionados a lo interno de la empresa del petróleo y externamente a toda una "jauría" de "expertos", de políticos de la derecha venezolana, que tienen como consigna la enajenación de Pdvsa y la salida de la OPEP. Estos círculos sociales reciben apoyo en el ámbito petrolero internacional de quienes plantean, como única salida a su crisis particular, la venta de los activos de Pdvsa al capital multinacional. Complementariamente, todos estos factores convergen con los objetivos de los golpistas de abril: Mediatizar, ya, a la IPN y neutralizar a los componentes institucionales que predican un cambio estructural en la primera industria venezolana. Por eso, la tendencia es a rodear a Alí Rodríguez, acorralarlo, para influirlo, restarle gobernabilidad y proseguir con la estrategia de control interno (ahora van por la gerencia de P y CP) y de apoyo a los factores político-militares externos, que pretenden sustituir al presidente de la República. Y por supuesto, obstruir todas las investigaciones que determinarán culpabilidades en el saboteo a la refinería El Palito y en la participación activa en el golpe de Carmona.
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El libreto de abril vuelve a repetirse en Pdvsa. Los mismos actores, ahora mas radicalizados. El papel leído por una dama del petróleo en la Plaza Altamira resume odio y exclusión. Esa arrogancia y autosuficiencia, tan odiosas, de los petroleros, volvió a tremolar en el mencionado documento. "Este es un país dirigido por malhechores" fue la frase central. Le faltó agregar a la elegante dama: y por gente fea, desdentada, alpargatuda, ignorante y ¡OH Dios, sálvanos! Por negros, indios y mulatos.
Alrededor de la caucásica dama los dirigentes del paro de abril. Medina, Delgado, Hernández y compañía.
Qué tristeza y qué pena. Los compañeros universitarios de "Ruptura" grupo político en el cual militó Horacio Medina deben tener la cabeza a diez metros bajo tierra.
Por cierto, llegan informaciones a la mesa de redacción señalando que, la autora de la singular pieza oratoria leída por la rubicunda petrolera de Altamira, arriba mencionada, fue escrita en el edificio Chuao por la gerenta de Asuntos Públicos, Carmen Delgado.
Edgar Quijano es otro caso. El protagonismo que ha llevado siempre por dentro lo ha puesto a desvariar. A nadie en su sano juicio se le ocurre semejante acción.
Con razón los gritos del grupo reunido en la plaza Francia. ¡Qué flaco servicio le ha prestado a los meritocráticos de Pdvsa! ¡Qué vergüenza para la integridad petrolera! El sueldo anual de un ejecutivo medio de Pdvsa promedia los 350 millones de bolívares. Con estos ingresos se cumple fácilmente el pronóstico del trabajador que le escribió a Rodríguez Araque indicándole que suprimiendo el 50% de los ejecutivos de Caracas bajaría en un 30% el costo de producción del barril de crudo. Ese 50% que se ha dedicado a hacer política es mantenido por la otra mitad que sí trabaja. El mencionado empleado conoce de salarios y números pues labora en la unidad administrativa que contabiliza dichos sueldos. Por cierto la auditoría externa encargada a la firma norteamericana Mc Kensey indica muy claramente que el costo del barril de Pdvsa subió en un 18% como consecuencia de las acciones y paros de los ejecutivos "alzados"