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Latinoamérica

"Vamos a ganar, si no hoy, el día 27

El oficialista José Serra, su más cercano competidor, alcanza 23 por ciento de sufragios
Gana Lula en Brasil con 46% de los votos, pero no evita la segunda vuelta

"Vamos a ganar, si no hoy, el día 27", afirma el petista Tensión por lentitud en el conteo oficial

STELLA CALLONI ENVIADA

Sao Paulo, 6 de octubre. Aunque ganó de forma inequívoca la primera vuelta muy por delante de los demás candidatos, Luiz Inacio Lula da Silva no pudo alcanzar este domingo la presidencia de Brasil. Con 46.6 por ciento de votos, el ex obrero metalúrgico y líder sindical quedó cerca de conseguir el 50 por ciento más uno necesarios para evitar un segundo turno el 27 de octubre, en el que deberá enfrentar al oficialista José Serra.

Escrutados 80 por ciento de los votos, Lula contaba con 46.6 por ciento contra 23.8 por ciento de Serra, del Partido Socialista Democrático Brasileño, quien lograba pasar finalmente a segunda vuelta, cuando en sondeos previos se había visto luchando codo a codo con el pastor evangélico Antonhy Garotinho, del Partido Socialista Brasileño.

Garotinho, que tuvo a los organizados seguidores evangélicos realizando un trabajo voluntario de sondeos a boca de urna, quedó con 16.4 por ciento, y en cuarto lugar, con 12.5 por ciento, se ubicó el centroizquierdista Ciro Gomes.

Durante toda la jornada, los entusiastas militantes del Partido de los Trabajadores (PT) y de otros movimientos de la coalición que postulaba a Lula ocuparon la tradicional avenida Paulista, con cantos y bailes, para festejar también el triunfo -y el cumpleaños 56- de su candidato.

Aunque en las primeras horas todos confiaban en evitar el segundo turno, al paso de las horas el sueño se fue diluyendo, y un vocero del PT anunció en la noche que Lula no se pronunciaría hasta este lunes sobre los resultados, ante un fuerte atraso en el escrutinio oficial. Tanto Serra como el presidente Fernando Henrique Cardoso declinaron hacer comentarios hasta este lunes.

Con quienes habló Lula poco después de que se cerraran las casillas electorales fue con representantes de partidos y movimientos extranjeros, que se apostaron en el comité de campaña paulista a la espera de los resultados.

"Vamos a ganar. Si no es hoy, será el día 27", dijo en la conversación, en la cual alabó el papel desempeñado por el presidente del partido, José Dirceu, en la política de alianzas que llevó al primer lugar a Lula en su cuarto intento por la presidencia. Así, explicó que "mucha gente en América Latina encontró extraño que el PT hubiese escogido como vice a un empresario. Pero me gustaría decirles que no escogemos a cualquier empresario. José Alencar es un hombre notable, uno de los mayores empresarios de este país del sector textil. Pero sobre todo, tiene una conciencia nacionalista admirable".

El PT "salió fortalecido"

"Ya tenemos una certeza: el PT salió mucho más fuerte de estas elecciones", aseguró Lula, quien ya en las últimas horas de la noche decidió retirarse a descansar a su casa en el vecino municipio industrial de Sao Bernardo do Campo, lugar donde trabajó como tornero mecánico desde la adolescencia y donde en 1980 encabezó una de las más importantes huelgas contra la dictadura militar brasileña.

Ahí, en Sao Bernardo, junto a su esposa Marisa, había votado en la mañana, con una bandera brasileña que le habían entregado trabajadores y rodeado de centenares de personas que gritaban: "Brasil, urgente, Lula presidente".

Al atardecer, y mientras cientos de periodistas locales y extranjeros se apiñaban en la sede del PT paulista, cuyo frente estaba cruzado por una manta con los colores de la bandera de Brasil con la estrella roja del PT, Lula llegó al lugar donde ya lo esperaban grupos de militantes en un ambiente de carnaval.

Pese a que la votación no fue suficiente para que a Lula alcanzara el gobierno en primera ronda, analistas locales destacaron que el PT se ha convertido en un parámetro de la política brasileña y que ha demostrado ser el único partido organizado y sólido del país.

No obstante, en algunos círculos petistas hubo algunas interpretaciones según las cuales Lula -que en sondeos previos tenía 49 por ciento de las preferencias- había dejado escapar la victoria en primer turno por el tibio debate televisivo con sus oponentes el jueves pasado, con una actitud muy defensiva y contenida.

Los atrasos en el conteo oficial de las elecciones más computarizadas del mundo se dieron tras una jornada en que, si bien no se congeló el sistema como en 1998, la lentitud creó tensión e incluso protestas de Garotinho.

Considerando los millones de analfabetos estructurales y funcionales, el uso de estas urnas, añadido a la cantidad de partidos contendientes y a fallas como la ausencia de las fotos de los candidatos, presentó muchos problemas. La elección se demoró en algunos estados, y aún no se calcula la cantidad de personas que desistieron de votar ante estas dificultades.

La Jornada estuvo en varias casillas electorales de esta ciudad y su periferia, donde eran evidentes los problemas: por ejemplo, en una fila eran muchas las personas que pedían auxilio a una maestra para que les indicara los números que debían marcar, mientras dos empleadas domésticas que no sabían leer habían pedido ayuda a su patrona para que pusiera los números que correspondían a Lula, pero ella les había anotado los de Serra.

Esto da la idea de lo que pudo pasar en zonas como el noreste o en lugares marginales, lo que puso sombras en torno a un sistema pensado para un país con alto nivel de educación, cuando en Brasil, con más de 50 millones de personas en la pobreza, son muchos los que ni siquiera han tocado una computadora y que se asustan ante su manejo. Y no se trataba sólo de digitar los números para elegir presidente, sino también gobernador, senador y diputados.

El Tribunal Supremo Electoral dijo, sin embargo, que los inconvenientes que se presentaron y que obligaron en algunos casos a recurrir al método tradicional de la papeleta "están dentro del margen de error previsto".

Por lo pronto, algunos ya consideraban que esta elección podía dirimirse en segunda vuelta, entre ellos el veterano político y ex gobernador de Río Leonel Brizola, que desde temprano anticipó su respaldo a Lula para el 27 de octubre. Pero también, se anticipa, sería apoyado por los simpatizantes de otros contendientes, que apuntan a la derrota de Serra.

Pero si estas elecciones se caracterizaron por la novedad de llevar en primer lugar a un candidato izquierdista como favorito para timonear la principal economía latinoamericana, lo que cambia el panorama en la región, se destaca además que tanto Lula como Garotinho y Gómes -incluso Serra, a su manera- coincidieron en un discurso en rechazo de las políticas netamente neoliberales.

La crisis, la recesión y la situación económica han golpeado duramente a esta sociedad, afectada ya por una de las peores distribuciones de la renta.

"Comenzó otro tiempo"

Esta noche el petista José Genoino se dirigió a los militantes del PT, a quienes anunció que ahora comenzó otro tiempo,y los alentó a poner "todo su esfuerzo" en estos nuevos 15 días de campaña.

Antes, al hablar con las delegaciones extranjeras en la sede del PT, Lula había dicho que "tendremos dos semanas más de campaña". Aunque el partido no mencionó en su comunicado con quiénes conversó, entre las delegaciones y personalidades invitadas estaban Cuauhtémoc Cárdenas; el intendente de Buenos Aires, Aníbal Ibarra; el líder sindical argentino, Víctor de Gennaro, así como diputados de los países que integran el Mercosur.

"No sé si puedo invitarlos a aguardar hasta el día 27 para celebrar juntos", bromeó entonces Lula, el hombre que busca cambiar Brasil, como él mismo dijo a los invitados, con una campaña "basada en la esperanza y no sólo en diagnósticos de miseria".