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Internacional

2 de abril del 2002

Warner; la ciudad sin ley

M. A. Barriga

De todos es sabido la próxima apertura del parque temático de Warner Bros en San Martín de la Vega. Muchas son las luces que se conocen sobre el mismo; atracciones más espectaculares de Europa, revitalización de la zona suroeste de Madrid, mejoras en las infraestructuras (M-45, tren de cercanías...). Sin embargo poco o nada se sabe de las muchas sombras que alberga dicho recinto ante su eminente apertura. Dichas sombras afectan a los empleados, que tras un largo periplo han conseguido un empleo que no reúne las condiciones que en un primer momento se prometieron. Quisiera empezar mi exposición describiendo el largo peregrinaje que han sufrido los trabajadores para conseguir dicho puesto.
Tras una serie de entrevistas personales, previa entrega de curriculum, claro está, se selecciona a un amplio número de aspirantes a trabajar en el parque para los distintos departamentos; atracciones, mantenimiento, seguridad, viales, restauración, etcétera. La valía para la capacitación profesional se pondrá a prueba en un curso de carácter selectivo. La duración de dicho curso, a realizar en las instalaciones del parque, tiene una duración prevista de tres semanas. Debido a los diferentes y conocidos accidentes laborales que produjeron la triste y desagradable muerte de varios trabajadores que participaban en la construcción del parque el curso se prolonga durante más de un mes. La realización del curso no sólo no fue remunerada sino que apenas se facilito transporte para llegar al recinto del parque, todavía en obras, y con un difícil acceso vía carretera; barro, charcos, La única facilidad ofrecida fue un autobús desde el sector 3 de Getafe. Huelga decir que no hubo ningún tipo de ayuda de transporte para las personas (todas desempleadas) que realizaron dicho curso. Los gastos de transporte originados a cada persona rondaron una media de 30 euros semanales.
Respecto a la realización de los cursos cabe decir que se realizaron durante el mes de enero en espacios que no contaban con calefacción, las mesas eran cajas de cartón invertidas, los distintos grupos estaban separados unos de otros por un escaso biombo que dificultaba la nitidez de las explicaciones orales. Asimismo se habilitaron unos servicios que no disponían de agua, ni dispusieron de agua durante todo el mes, resulta fácil imaginarse las condiciones higiénico sanitarias a las que nos vimos expuesto los aspirantes a trabajar en Warner Bros Park.
En cuanto al contenido de los cursos destacar que estos fueron eminentemente teóricos y repetitivos. La práctica se dejaría para cuando se abriera el parque (cuando llegaran los primeros visitantes). Las quejas y reclamaciones de los participantes en los cursos fueron continuas y constantes pero todas ellas cayeron en saco roto. Los directores y gerentes ni estaban ni se les esperaban.
Una vez finalizado el curso se llama uno a uno a todos los participantes para comunicarle si ha sido seleccionado o no. La proporción de seleccionados rondó en torno al 50%, se había comunicado al inicio de los mismos que la proporción seria próxima al 90%. La indignación entre los no seleccionados es fácil de imaginar.
Ese mismo día a los seleccionados se les comunica el puesto que van a ocupar y la remuneración anual que van a percibir por ello, a la par que se les cita para la firma del contrato.
El día 18 de febrero se realiza la firma del contrato. Todos los trabajadores firman unas remuneraciones por 1000 horas anuales trabajadas, junto a la renuncia de los derechos de imagen. Tras la firma surge la polémica y la confusión. Se comenta a los trabajadores que la remuneración no será por 1000 horas trabajadas sino por 1840 horas anuales, tope salarial que establece la legislación laboral. Las protestas y la ira de los trabajadores firmantes se agrava cuando se les deniega una copia del contrato. Sólo se acepta la entrega del contrato a aquellos que lo rompan inmediatamente. Aún así se promete que en unos días se hará entrega de la copia del contrato, hasta la fecha ningún trabajador tiene la copia del contrato firmado. A pesar de que Recursos Humanos reconoce que han dado una información confusa y se disculpan de las falsas expectativas que hayan podido originar continúan dando la misma información confusa a las personas que firman en días posteriores.
Otro punto de polémica, una vez iniciado el periplo laboral surge cuando entregan los cuadrantes del mes de marzo. Los trabajadores firmaron un contrato a jornada completa y continua. Sin embargo los trabajadores se encuentran con una hora para comer que no está remunerada y deberán pagar la comida en el comedor central de su bolsillo. Por tanto es fácil pensar que se esconde tras esta medida: una jornada partida encubierta, con una hora para comer no remunerada, una hora que por otra parte se hace escasa, ya que desde la ubicación del puesto de trabajo en el parque al comedor se pierden 30 minutos durante el trayecto (15 de ida y 15 de vuelta). Aún hay más respecto a las horas de descanso, si el turno es de tarde, hasta la 1 de la madrugada, el descanso se reduce a media hora, a pesar de una jornada laboral de 9 horas. ¿Qué se puede hacer en esta media hora? Bajar al comedor no da tiempo, comer por el parque está prohibido, solución; comer en los baños sentado en el retrete con el fin de no ser vistos por el gerente o el director, aún así si tienes la mala suerte de ser cogido in fraganti el despido será cuestión de segundos.
Las denuncias hasta aquí descritas perjudican seriamente a los empleados pero ahora trataré de explicar medidas que pueden afectar y muy seriamente a la seguridad de los visitantes al parque.
En los exámenes prácticos, para no demorar la apertura del parque y por razones de falta de tiempo se decidió hacer la vista gorda y dar los exámenes por realizados. La superación de dicho examen conlleva la acreditación para el manejo de las atracciones otorgándose a cada empleado un certificado. Por tanto todos los operadores de atracciones tienen certificados de las mismas sin haber manejado la mayoría de las atracciones. Para la empresa esto no supone mayor problema ya que cualquier incidente que suceda, la responsabilidad recaerá, penal o de cualquier otro tipo, sobre el trabajador que en ese momento desempeñe el manejo de la atracción. El director de operaciones simplemente se encargará de notificar la baja al trabajador, él en ningún momento asumirá la menor responsabilidad. Su única responsabilidad parece ser rodear con agasajos y reverencias a los visitantes vips durante las visitas de estos por el recinto.
Señalar que durante los cursos anteriormente citados los trabajadores fueron especialmente aleccionados para que la prioridad del parque fuera la seguridad. Continuando con la seguridad planteemos algunas cuestiones con ejemplos acerca de la misma.
¿Por qué muchas de las atracciones empiezan a funcionar sin el consentimiento y firma de mantenimiento? Sr director de operaciones, ¿eso es seguridad? Tampoco hay que preocuparse, si sucede lago la responsabilidad recaerá sobre el empleado, aunque si este se niega a poner a poner en funcionamiento la atracción con el fin de no poner en peligro la integridad física de los visitantes ya se encargará el director de operaciones de comunicarle la inmediata baja de la empresa.
Más sobre seguridad, algunas atracciones, por su peligrosidad requieren de 2 operarios, uno para vigilar el panel y otro para vigilar la pista o el recorrido de la misma, a la vez que realiza la carga y descarga. La falta de previsión de personal de la empresa conlleva que en muchas de estas atracciones sólo haya un operario para ponerla en funcionamiento. No importa, la atracción debe ponerse en marcha. Las dificultades del operador son máximas, manejo del panel de control, vigilar el recorrido o el ciclo de la atracción. En caso de que en estas circunstancias suceda algún incidente, el operador causará baja inmediata de la empresa, a las pruebas me remito. Ante esta circunstancia ¿quién es responsable, el operador, que actúa bajo presiones del director y el gerente, o estos últimos que deciden abrir la atracción aunque no reúna unas condiciones mínimas de seguridad para el adecuado funcionamiento de la misma? Ante este panorama resultan evidentes las carencias de seguridad de Warnes Bros Park a pesar de figurar como máxima prioridad. El próximo 6 de abril se inaugurará el parque. ¿Aguantaran mucho los trabajadores esta situación de inestabilidad, presiones y condiciones tercermundistas? Quizás el problema sea que el director de operaciones confunde la realidad con la ficción y considera que sus trabajadores no son seres humanos que puedan cometer errores sino que deben parecerse a los superhéroes Batman o Superman. Por el bien de los trabajadores y visitantes esperemos que el director de operaciones deje de creerse un sheriff del forajido oeste y vuelva a la realidad laboral europea.
Una vez superadas todas estas vicisitudes los trabajadores una vez que hayan terminada su jornada laboral a la 1 de la madrugada deberán iniciar el largo peregrinaje hasta sus hogares. Si disponen de vehículo no habrá mayor problema, en caso contrario podrán coger un autobús de una empresa privada, previo pago del billete, que les dejará en puntos "estratégicos" situados en Aranjuez, Ciempozuelos o Pinto. ¿No puede permitirse la empresa Warner un autobús gratuito para sus trabajadores? Lo anteriormente descrito no nos hace ser especialmente optimistas ante la próxima apertura del parque Temático de Madrid. Muchas son las gotas que caen sobre el vaso de los trabajadores y no tardará en caer, si no ha caído ya, la gota que rebose el vaso. No es cuestión de ponerse tremendista pero durante la realización de las obras el parque obstenta el dudoso honor de ser la empresa con mayor siniestralidad laboral. Mucho tendrán que cambiar las cosas para que esa siniestralidad no se traslade a los nuevos trabajadores e incluso a los visitantes que no sólo se dejaran un puñado de euros en el parque, sino que desgraciadamente puedan dejar algo más.
No quisiera escapar esta oportunidad sin citar la obra de Naomi Klein, NO LOGO, donde la autora explica con todo tipo de detalles las pésimas condiciones laborales de los trabajadores de las zonas de procesamiento de exportación en el Tercer Mundo. El panorama que describe Klein se nos hace familiar cuando hablamos de Warner Bros, por no haber no hay ni Cómite de empresa. Por tanto se hace necesario denunciar públicamente estas prácticas laborales, recordemos a Bretch, primero explotaron a los del tercer del mundo pero a mi no me importo, ahora explotan a los de la Warner... esperemos que no sea demasiado tarde.