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Internacional

3 de marzo del 2002

Afganistán: gallinero humano en Guantánamo

Contracorriente

Los prisioneros talibanes y de al qaida han empezado a rebelarse contra las duras condiciones de su detención en la base cubana de EE.UU. Sólo salen 30 minutos a la semana de sus jaulas de 2x2 metros

Se ha dado la orden de suprimir la noche. Con la oscuridad llegan las luces al campo X Ray. Poco antes de las 18 horas, los reflectores se encienden, como si fueran neones publicitarios encima de los presos. El sueño transcurrirá bajo un halo fluorescente. "Lo decidimos desde el principio", dice sin pestañear el capitán Joseph Kloppell. "Así no pueden preparar nada en su rincón". La pregunta sobre el impacto psicológico de esta medida parece incongruente. "¿Para dormir? Creo que se tapan los ojos o se meten debajo de su ropa de cama", explica el capitán.
De esta manera transcurren en Guantánamo, la base de EEUU en Cuba, los días para los prisioneros, cuyas condiciones de detención sorprenden a cualquier observador. El campo está formado por 320 celdas enrejadas de dos metros por dos, y coronado por una multitud de miradores donde se sitúan hombres armados. Es un auténtico gallinero humano donde se hacinan talibanes y miembros de Al Qaida, algunos desde hace 60 días.

CONTROL INFORMATIVO

La consigna es la misma para todos los militares: el trato que reciben los encarcelados es humano. Las visitas organizadas periódicamente para la prensa no dejan lugar a la improvisación o las confidencias. "Estos hombres son muy peligrosos, y están considerados como enemigos de EEUU", asegura el general Michael Lehnert, el comandante de la base.
Las únicas distracciones son las tres comidas diarias y las escasas salidas de 15 minutos de que disponen los detenidos dos veces por semana para "estirar las piernas". Las celdas están a merced del viento y la lluvia, o al rojo vivo por el sol. Los prisioneros sólo pueden hablar con sus vecinos directos.
A intervalos regulares, los hombres que salen de sus celdas con traje naranja para ser interrogados son esposados y encadenados, quedando incapacitados para dar un paso sin una escolta militar."No puedo decir cuántos interrogatorios se hacen diariamente, pero es un proceso que dura desde la mañana hasta la noche", dice el coronel Terry Carrico, encargado de la seguridad del campo. Cada vez que salen se les obliga a arrodillarse y poner las manos detrás de la cabeza para colocarles los dispositivos de seguridad. A la pregunta de si es posible una evasión, el coronel no duda: "No".
Incluso en el Fleet Hospital, una veintena de tiendas de campaña situadas en la colina, hay una decena de guardias y miembros de la policía militar para vigilar a una docena de pacientes. Uno de los combatientes, atado a la cama, parece tener apenas entre 15 y 16 años. "¿Son peligrosos?" "No", responde Leila Bowie, una enfermera francesa.
Parece que los prisioneros han decidido hace algunos días protestar a su manera contra sus condiciones de detención. El general Lehnert admite que algunos presos han orquestado una "campaña de resistencia", negándose a obedecer las órdenes. En varias ocasiones, los combatientes han puesto sus sábanas alrededor de sus celdas para impedir que los vigilen. A algunos de ellos se les han retirado durante horas las sábanas y los colchones.

REZO PERMITIDO

Es la hora de la plegaria. En uno de los extremos del campo, un cartel clavado en un poste eléctrico indica la dirección de La Meca. El Ejército autoriza los cinco rezos diarios de los musulmanes, y lo ha convertido en uno de sus mejores argumentos para demostrar su respeto por las tradiciones culturales de los prisioneros. "Algunos son frágiles y lloran. No están seguros de haber cumplido bien con la yihad (guerra santa), hablan de sus familias y de los que han dejado atrás", asegura el clérigo musulmán de la base, el teniente Abuhena Mohamed Saiful- Islam.
Pero su situación puede prolongarse. De momento, nadie quiere decir cuánto tiempo permanecerán en la base estos 300 hombres sin representación legal. El Ejército empezará a construir en los próximos días prisiones de hormigón que sustituirán a las celdas provisionales, aunque aún espera la financiación del Congreso.
"Hacemos todo lo necesario para acomodarlos. No pueden pedir más", repite el coronel Terry Carrico. A unos 100 metros, en su celda minúscula, un hombre de naranja se pone de pie y echa a andar en círculos, con las manos en la espalda, mirando la suelo. Como un animal enjaulado.
EL PERIODICO, ESPAÑA 270202 - FABRICE ROUSSELOT / GUANTÁNAMO



Afganistan: huelga de hambre de un centenar de presos en Guantanamo

Un centenar de presos islamistas en la base naval norteamericana de Guantánamo (Cuba) han iniciado una huelga de hambre, anunció el jueves un portavoz militar. 300 presuntos miembros de la red de Al-Qaïda o de los talibanes han sido transferidos de Afganistán a Guantánamo, donde permanecen retenidos provisionalmente en jaulas al aire libre en "Camp X-Ray". Otros 200 más son interrogados en Afganistán.
Un tercio más o menos de los que se encuentran en Cuba se niegan a alimentarse, indicó el portavoz, el capitán Tom Crosson. La huelga de hambre empezó aparentemente el miércoles, según el oficial. Desde su encarcelamiento, las autoridades norteamericanas no han revelado lo que iba a suceder con estos presos, si iban a ser juzgados o no, y por quien. Por sus posibilidades actuales, la base norteamericana ha llegado al máximo de su capacidad y no podrá recibir nuevos detenidos, había indicado un responsable militar norteamericano hace diez días.
El ejército norteamericano debe sin embargo construir en los dos próximos meses una cárcel permanente, llamada "Radio Range", en otro lugar de la base para acoger por lo menos 2000 presos. Las autoridades norteamericanas han sido fuertemente criticadas en Europa y por las organizaciones humanitarias, fundamentalmente debido a su rechazo de conceder a los detenidos el estatuto de prisioneros de guerra. Loes presos, transferidos desde Afganistán en condiciones muy rigurosos con máscaras y encadenados, son esposados cuando salen de sus celdas para ser interrogados sobre sus actividades terroristas. Pero, subrayan sus guardianes, los detenidos son tratados "humanitariamente": pueden hacer el rezo musulmán y tienen acceso a un imam, así como a representantes de la Cruz Roja Internacional, y tienen todos los cuidados médicos requeridos.
La Casa Blanca anunció a primeros de febrero que la Convención de Ginebra sobre los presos de guerra se aplicará solo a los talibanes capturados en Afganistán, pero a los miembros de la red Al-Qaïda de Osama bin Laden, acusado de haber organizado los atentados del 11 de septiembre. Washington sin embargo precisó que esos talibanes no serían considerados como presos de guerra. Las familias de tres detenidos extranjeros - un australiano y dos británicos - han puesto el martes una denuncia contra el departamento de Justicia, ante un tribunal federal en Washington, con el fin de obtener su liberación.
Liberation