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Internacional

12 de agosto del 2002

Filipinas: La resistencia total del pueblo vencerá contra la guerra total del enemigo

José María Sison, principal asesor político del NDFP
Traducido para Rebelión por Germán Leyens

Después de la visita imperial del Secretario de Estado de EE.UU., Colin Powell, el régimen de Macapagal-Arroyo dirigido por EE.UU. se ha vuelto más arrogante y más agresivo que nunca.
Ha ordenado el redespliegue de contingentes militares de las áreas del Moro para aumentar las que estaban desplegadas anteriormente contra los revolucionarios y las fuerzas del Partido Comunista de las Filipinas (CPP), del Nuevo Ejército del Pueblo (NPA) y del Frente Nacional Democrático de las Filipinas (NDFP).
El régimen ha declarado una guerra total. Esto significa la escalada de las campañas de represión que han estado ocurriendo desde que la camarilla de Macapagal-Arroyo asumió el poder. El pueblo revolucionario y las fuerzas del CPP, el NPA y el NDFP son conducidos a defenderse y a elevar el nivel de su lucha armada revolucionaria. Podemos esperar una cadena dialéctica de acontecimientos como sigue:
1. La declaración de la guerra total por el régimen está llevando a la terminación de las negociaciones entre el gobierno de Filipinas y el NDFP. La camarilla gobernante cree que puede obtener considerables ventajas políticas al presentarse como si fuera fuerte y al provocar una política de represión. Pero el NDFP no será intimidado. Ha sido probado desde hace mucho en las luchas revolucionarias, desde el tiempo de la dictadura fascista de Marcos hasta el presente. Reconoce el empeoramiento de la crisis que engolfa al sistema gobernante interno e incluso a EE.UU. y al sistema capitalista mundial. Ansía dar la oportunidad a las ventajas del pueblo y de las fuerzas revolucionarias en la conducción de la revolución armada.
2. Los militares, la policía y las fuerzas paramilitares del estado contrarrevolucionario han sido envalentonados para cometer aún más groseras violaciones de los derechos humanos en una escala más amplia que nunca. Las crecientes campañas militares de represión aumentan el déficit presupuestario, utilizan más y más recursos de otros departamentos del gobierno reaccionario y empeoran la crisis económicas como en los pocos años de la política de guerra total de Estrada. Los indicadores económicos que caracterizaron la caída de Estrada están funcionando ahora contra Macapagal-Arroyo.
3. En respuesta, el Nuevo Ejército del Pueblo intensifica sus ofensivas tácticas, utilizando como base de operaciones 128 frentes guerrilleros en todo el país. Aumenta tanto sus operaciones básicas como especiales, tal como había sido anunciado antes por el CPP.
También puede realizar nuevos tipos de operaciones especiales que implican costos insignificantes para sus fuerzas y elevados costos para su enemigo. Por ejemplo, puede destruir torres y líneas eléctricas, como durante los últimos años de la era de Marcos, a fin de obligar a las tropas enemigas a que tomen la posición pasiva y fútil de resguardar esas instalaciones, asestando contundentes golpes al régimen mediante trastornos económicos y demostrando claramente la incapacidad del régimen de asegurar un ambiente ventajoso para los buitres corporativos imperialistas.
4. Ante la política de guerra total del régimen, el movimiento democrático legal puede hacer lo posible por frustrar los planes draconianos del régimen mediante protestas resueltas y militantes. Al mismo tiempo el partido revolucionario del proletariado actúa correspondientemente para seguir desarrollando la resistencia clandestina urbana y rural para facilitar la absorción de las fuerzas legales del movimiento nacional democrático en la clandestinidad revolucionaria. Las condiciones actuales se están volviendo similares a las que existían en los años 1969-1972 cuando Marcos estaba preparando la ley marcial. Ante la represión por el régimen contra las fuerzas legales democráticas, la guerra de guerrillas urbanas armadas puede florecer para empeorar considerablemente el ambiente empresarial para los grandes amos corporativos del régimen.
5. Las fuerzas revolucionarias de los bangsamoro [pueblo Moro], como el MILF y la sección progresista del MNLF pueden consolidar sus ejércitos y escoger el momento apropiado para lanzar sus propias ofensivas, mientras las fuerzas militares, policiales y paramilitares del gobierno de Manila están preocupadas con sus campañas de represión contra el pueblo y las fuerzas revolucionarias en la mayor parte del archipiélago. En los futuros ciclos de lucha armada revolucionaria del pueblo Moro, a las fuerzas armadas reaccionarias les irá aún peor que en su continuo fracaso en el intento de destruir a una pequeña banda de bandidos llamada Abu Sayyaf en la minúscula isla de Basilan.
6. Gloria Macapagal-Arroyo tiene la ilusión de que, al dirigir una "república banana" para EE.UU. y una "república fuerte" contra el pueblo filipino, puede asegurar su elección en 2004. Pero su política de represión jamás logrará resolver, sino sólo agravar la crisis socioeconómica y política en continuo empeoramiento y el crecimiento permanente de la criminalidad de sus propios oficiales militares y policiales que manejan toda clase de sindicatos criminales. En lugar de poder continuar en la presidencia más allá del 2004, está aumentando los clamores por un "hombre fuerte" y allanándole el camino. Se dice que los generales Angelo Reyes y Panfilo Lacson están ya buscando ese papel.
7. Se está reforzando todo tipo de alianzas para aislar y desplazar del poder a la camarilla gobernante de Macapagal-Arroyo antes de 2004 o para impedirle que gane las elecciones de 2004. Incluyen la alianza básica de las masas trabajadoras (obreros y campesinos), la alianza de las fuerzas progresistas (masas trabajadoras más la pequeña burguesía urbana), la alianza de las fuerzas patrióticas (fuerzas progresistas más la mediana burguesía) y el amplio frente unido (todas las alianzas mencionadas, más los aliados inestables y poco fiables de las secciones anti-Macapagal de las clases reaccionarias).
El sufrimiento intolerable y sin tregua de las amplias masas del pueblo bajo el régimen dirigido por EE.UU. de Macapagal-Arroyo está generando descontento social y el crecimiento de las fuerzas revolucionarios. La resistencia total del pueblo filipino derrotará a la guerra total del enemigo. El movimiento revolucionario continuará ganando fuerzas combatiendo al actual régimen, estará listo para enfrentar al régimen siguiente y actuará a su respecto según las circunstancias.