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Internacional

14 de julio del 2002

Los compinches ensangrentados de la familia Bush

Florida, un santuario para terroristas
Jack McCarthy
Counterpunch
Traducido para Rebelión por Germán Leyens

Florida no es sólo un santuario para jubilados y turistas. También es un refugio de terroristas, algunos jubilados y otros aún activos. Ahora bien, Florida no alberga el tipo de terroristas que interesarían a nuestro torpe inspector de "Seguridad Interior," Tom Ridge.
Se trata de la clase de terroristas que serían bienvenidos en una barbacoa en el patio trasero organizado por esos sopranos blancos, anglosajones y protestantes, de la familia Bush.
Algunos han salido recientemente en las noticias.
En primer lugar está el notorio Orlando Bosch, el fanático anticastrista que con gran probabilidad hizo estallar un avión civil comercial cubano en 1976, matando a todos los 73 pasajeros a bordo, incluyendo a todo el equipo olímpico de esgrima. Aunque negó su responsabilidad fundamental, Bosch calificó el incidente de "acto legítimo de guerra."
Bosch estuvo una década en una prisión venezolana por la atroz acción, antes de ser enjuiciado. Bosch fue absuelto y luego volvió a EE.UU. provocando el choque y el horror de muchos.
Sin visa, Bosch fue arrestado por violar su libertad condicional en conexión con un disparo de cañón contra un barco polaco atracado en Miami. El Ministro de Justicia, Dick Thornburgh, --que calificó a Bosch de "terrorista impenitente"-- instó enérgicamente al Presidente Bush, el modelo de los años 80, a que sacara a Bosch a patadas mediante una orden de deportación. Pero, gracias a algunos lobbyistas de peso pesado, Bosch no sólo no fue deportado – se le indultó.
Para que se sepa, los pesos pesados fueron el futuro Gobernador de Florida, Jeb Bush, y Raúl Cantero III, este último, el abogado de Bosch.
En esa época Jeb era el jefe de la campaña de la horrible Illena Ros Lehtinen, una candidata para el antiguo escaño parlamentario de Claude Pepper y una firme partidaria de Bosch.
A Jeb se le está presionando fuertemente en la actualidad para que nombre a Raúl Cantero como el primer miembro latino de la corte suprema del estado de Florida. Existe alguna resistencia, pero no tanta como se podría suponer a la luz de los eventos del 11-S. Un presentador de radio de Miami ha implorado a los auditores a que envíen correos electrónicos a Bush expresando sus objeciones.
El 2 de julio un editorial del St. Petersburg Times denunció brevemente la conexión Bush-Bosch-Cantero y advirtió a Bush que considerara las repercusiones internacionales del nombramiento de un apologista impenitente de un terrorista impenitente al tribunal superior de Florida.
Y además tenemos a los gemelos del terror de Salvador que están sometidos actualmente a un juicio (civil) en West Palm Beach, los antiguos generales salvadoreños José Guillermo García y Carlos Vides Casanova.
Estos favoritos de Bush tienen las manos más manchadas con sangre que un carnicero de Chicago y han vivido una vida confortable en Miami durante cerca de una década. Aparte de la sangre de muchos miles de salvadoreños, existe la opinión generalizada de que aprobaron los asesinatos de 6 monjas estadounidenses, asesinadas por sus soldados. Poco después de esos horrorosos asesinatos se pidió a los gemelos que abandonaran el país. Y lo hicieron. Y fueron acogidos con los brazos abiertos por sus patrocinadores, el gobierno de EE.UU. y el estado de Florida, que ahora es el hogar de los gemelos del terror.
Los generales se encuentran por segunda vez frente a frente en un tribunal, esta vez en la Corte Federal en West Palm Beach, confrontando a salvadoreños que los acusan de ayuda y participación en el potro de tortura de El Salvador. El jueves 25 de junio el antiguo embajador de EE.UU., Robert White, rindió testimonio en el proceso. En respuesta a afirmaciones de que los gemelos no sabían de tales actividades, White explicó gráficamente al jurado el motivo por el cual la verdad era bastante diferente.
White declaró que incluso después de mostrar al Ministro de Defensa salvadoreño de aquel entonces, García, una cinta que mostraba a sus soldados disparando contra niños en una escuela, el general simplemente se "había encogido de hombros" y se fue con aire despreocupado. No se inmutó en lo más mínimo.
Testimonios más recientes de las víctimas salvadoreñas han sido convincentes y han relacionado más directamente a los gemelos del terror con los asesinatos y los delitos.
Es difícil decir si Bush sufrirá mucho o no si Cantero recibe luz verde. La prensa acreditada de Florida, a pesar de algunos buenos instantes, ha sido generalmente domesticada por Bush. Incluso gente como Carl Hiaasen parece tener poco tiempo para quemarle los pies a Bush y la mayoría prefiere disparar tiros de fogueo contra el genérico "estado dominado por los republicanos".
La verdad es que Bush es uno de los peores gobernadores que haya habido. Pero, aunque su encanto funciona bien con la prensa, su nivel de popularidad, que descendía antes del 11-S, está comenzando a bajar de nuevo.
Una (casi) mayoría silenciosa está terminando por darse cuenta de lo que Jeb Bush y sus corsarios expoliadores le han hecho a este estado y a las instituciones y servicios que la gente necesita, como escuelas públicas, educación superior y atención sanitaria.
Una cinta publicitaria que recientemente cayó en manos de un agente del Partido Demócrata, muestra que incluso hay funcionarios nacionales republicanos que consideran que Jeb es vulnerable.
Ya es suficientemente malo que Florida albergue a terroristas como los gemelos salvadoreños y Orlando Bosch. Pero los florideños comienzan a estar hartos de la destrucción generalizada del gobierno del estado realizada por Jeb.
8 de julio de 2002
Jack McCarthy es el corresponsal en Florida de Counterpunch. Vive en Tallahassee y su correo es: jackm32301@yahoo.com