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Internacional

27 de octubre del 2002

Héroes, heroínas, falsedades y autenticidades

Luis Barrios

Yo no se usted pero a mí esta propaganda imperecedera de seguir llamándole a la policía de Nueva York, "nuestros/as héroes y heroínas" ya me tiene un riñón hinchado y el otro en proceso. Estos asuntos chauvinistas y etnocentristas se prestan para invisibilizar verdades, confeccionar mentiras y legarnos los valores culturales de la clase dominante. Al extremo que esta campaña legendaria ya se me está pareciendo a las mentiras-verdaderas que se han manufacturado en nuestra historia anacrónica de que el único holocausto que existe en el mundo es el del pueblo judío que residía en Alemania, y el único acto de terrorismo contra un pueblo que existe en el mundo es el que le ocurrió a los Estados Unidos el 11 de septiembre. Vaya usted a ver semejante analfabetismo.
Ahora bien, que no se nos olvide que somos un pueblo con necesidad de fabricar héroes y heroínas ya que los/as que tenemos en la actualidad mas allá de ser productos de probetas, se distinguen por salir por lo menos de dos úteros novelescos-Walt Dysney y Hollywood. De aquí el que constantemente estos héroes y heroínas sean impugnados/as. En el inventario están; Superman, el Hombre Araña, la Mujer Maravilla, Batman, Rambo, El Exterminador, American Ninja, Karate Kid, Tarzán y Sheena, entre otros/as.
Y no es que no existan héroes y heroínas en nuestro legado histórico-podemos identificar a César Chávez líder de losderechos humanos y organizador comunitario; Lolita Lebrón "primera mujer puertorriqueña que se ovarionó en el Congreso de los Estados Unidos", revolucionaria e independentista; John Brown, abolicionista y revolucionario; y Frances W. Harper, abolicionista, feminista y poetiza- lo que sucede es que para nuestra la clase dominante si el pueblo imita a estas personas, la revolución está a la vuelta de la esquina.
Ahora bien, como el diablo nunca está en su casa, y yo soy de los que cree que las cosas en nuestro sistema capitalista no suceden por obra y gracia del Espíritu Santo, a mi me parece que con este asunto de héroes y heroínas florece toda una maquinación muy bien orquestada la cual tiene como propósito, entre otras cosas, el dorar, enmascarar, omitir y silenciar los crímenes cometidos por agentes de la policía.
Ya usted se dio cuenta, pasó el 22 de octubre, Día Nacional Contra la Brutalidad Policial, y volvimos a corroborar lo que desde un principio sospechábamos y es que la brutalidad policial parece ser que también murió el 11 de septiembre. O por lo menos, con este asunto de declarar a la policía de Nueva York nuestros/as héroes y heroínas se ha enmascarado un monstruo de tres cabezas que existe en nuestra sociedad.
Una de las cabezas lo es la brutalidad, la corrupción, el exceso de fuerza, los asesinatos y la represión por parte de la policía. La otra cabeza lo es la impunidad que se le ha otorgado a la policía, la cual por lo general se ensambla a la corrupción de nuestros/as oficiales electos/as. Y la tercera cabeza lo es la criminalización de toda una generación que ha sido víctima de las otras dos cabezas mencionadas anteriormente.
En un curiosear histórico podemos darnos cuenta que nuestro departamento de la policía (NYPD) desde su advenimiento en el año 1844 se distinguió por la corrupción de sus oficiales y la protección de estos/as por políticos inmorales. El primer escándalo oficial lo fue en el 1894 cuando la Comisión Lexow les investigó. Luego vino la Comisión Curran más o menos para el 1913. En el 1932 la Comisión Seabury volvió a investigarles.
La corrupción continuó y en el 1949 se creó la Comisión Helfand. Más o menos para el 1969 volvió a llevarse a cabo otra investigacion bajo la dirección de la Comisión Knapp. Pero la cosa no se queda ahí, en el 1993 se organiza la Comisión Mollen para seguir investigando toda esta putrefacción humana que ha dejado como resultado la ausencia de la justicia.
A todo este disparatar injusticiero se suma entonces el que Amnistía Internacional tuvo que investigar a la policía de Nueva York y en alguna gaveta de escritorio- si no es que lo echaron a la basura- está el informe que señala la brutalidad, la corrupción, los asesinatos y por supuesto, el código de silencio por parte de la policía quienes por lealtad- no al pueblo que les paga su salario- no acusan a sus compañeros/as policías de cometer crímenes (AI Index. AMR 51/36/96).
Yo siempre he creído que existe la necesidad de educar, reeducar y regenerar, en materia de derechos humanos y conducta humana, a quiénes componen el cuerpo de la policía en la ciudad de Nueva York. Ahora bien, curiosamente la ciudad de Nueva York asignó el año pasado un presupuesto para este propósito y contrató a John Jay College- institución universitaria en la cual ejerzo mi cátedra- para esa función. Yo era parte de la facultad que iba a desprogramar, o sea, humanizar a estos/as policías. El día anterior al comienzo de este programa se me informó que había sido suspendido como profesor del programa. Cuando puse en función mis destrezas de espionaje de pasillo- recuerde que yo fui entrenado por el partido comunista de Dios- y consulté con mis agentes de inteligencia- mis hermanos/as que realizan la limpieza- descubrí que el departamento de la policía había pedido que me eliminaran de la facultad docente o de lo contrario nadie vendría a clase. O sea, se jodió el contrato. Aquí fue que a la institución le cundió el pánico y muy irresponsablemente me sacaron. Que quede claro, yo no soy anti-policía, solo estoy en contra del crimen.
Por lo tanto, y esto lo digo con respeto a los/as difuntos/as y a sus familiares, es necesario que acabemos de una vez y por todas con este engendro de héroes y heroínas y vamos a llamarle al pan, pan, y al vino, vino.
Si los/as maestros/as de escuelas- quienes han tenido que seguir lidiando día tras día con los efectos psicológicos y físicos que dejó el 11 de septiembre en cada uno/a de nuestros/as hijos/as- no son héroes ni heroínas, entonces que se vaya al mismo diablo la selectividad justiciera.
No usemos una tragedia humana para encubrir otra tragedia humana; la brutalidad y corrupción policial.
En otras palabras, en caso de que no me entendió: "lets get real mi gente. Just because something is black no significa que es morcilla".
Quien tenga sabiduría para entender que entienda. Paz con justicia.
Padre Luis Barrios
Iglesia San Romero de Las Américas, New York
lbarrios@jjay.cuny.edu