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Venezuela: El Golpe

29 de abril del 2002

Trabajadores y sindicatos hoy en Venezuela: una perspectiva libertaria

El Libertario

Antes de discutir cómo la actual coyuntura sociopolítica repercute sobre los trabajadores venezolanos y sus organizaciones, es imprescindible bosquejar una descripción de características esenciales que suelen ser desconocidas (o mas frecuentemente ocultas) por casi todos los que se refieren al tema, en particular los activistas y dirigentes sindicales.
La constitución y desarrollo de la organización obrera en el país ha estado fuertemente ligada a los partidos tradicionales (en particular al socialdemócrata AD). Hace más de medio siglo que desapareció cualquier traza de independencia en el movimiento sindical, conducido desde entonces por gente que ante todo se define por su militancia partidista. De este modo, la consolidación y fortaleza que en apariencia lograba el movimiento laboral entrando al último tercio del S. XX, tenía más que ver con la entrega de toda pretensión de autonomía frente al poder partidista y estatal que con otra cosa, de manera que las burocracias al mando de los aparatos sindicales acaparaban influencia política y fuerza económica a cambio de la desmovilización de los trabajadores, que se fueron acostumbrando a una relación clientelista con los burócratas, aceptados sumisamente a cambio de su papel de gestores que obtenían alguna que otra concesión de los patrones y el Estado.
El derrumbe de la hegemonía de los partidos durante la década de 1990 -resultado de su corrupción, inmovilismo y reiterada torpeza- trajo una inevitable crisis en el modelo de sindicalismo que se le asociaba, encarnado por la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV) y su estructura de federaciones y sindicatos afiliados, que luce imponente en el papel pero reveló su creciente fragilidad en los hechos. Además de ver diluir aquel soporte político tan importante, la aplicación del recetario neoliberal desde fines de loa años 80, significó un enorme reto ante el cual las pandillas sindicaleras sólo respondieron con desidia y complicidad, por lo que ellas mismas se des-legitimaron para esa función de intermediarios que les servía de coartada.
En un país donde el Estado ha sido por mucho tiempo el principal empleador, la CTV aprovechó sus lazos con el poder para controlar los sindicatos de trabajadores del sector público en los que era casi obligatoria la afiliación, los cuales han figurado como la base estadística principal de la auto-proclamada representatividad cetevista. Pero incluso esa justificación tiende a evaporarse en la onda privatizadora y de "racionalización del gasto público" (léase, despidos masivos en las dependencias oficiales), ante la cual ha sido patética la incapacidad de la burocracia sindical para oponerse eficazmente. En cuanto al sector privado, ya hace tiempo que la mayoría de los capitalistas desprecia o ignora hasta la condición seudo-representativa de los sindicatos de la CTV, sólo tolerados sí venían existiendo antes y sí se someten absolutamente a los designios patronales. Por supuesto, ni por asomo estos burócratas en decadencia se han planteado la organización de los trabajadores desempleados, de quienes se sustentan en la llamada economía informal, de los trabajadores temporales y las demás víctimas de la "flexibilización laboral" y la globalización.
Como prueba de lo que decimos esta la desactualización, ocultamiento y hasta falsificación de datos estadísticos referidos a la afiliación sindical en Venezuela. Hace 20 ó más años, estimaciones aceptadas por todos los involucrados indicaban de 30 a 40% de agremiación entre los asalariados, de los que más de tres cuartas partes (un millón y cuarto de personas) estarían representados en la CTV. El año 2001, a raíz de las elecciones sindicales, se mencionó en algunas fuentes que sobre unos tres millones de trabajadores en el sector formal de la economía, los sindicatos cetevistas seguirían representando al mismo número de inscritos que 20 años atrás, pero esa apreciación no tuvo ninguna confirmación estadística para sustentarse; por si fuera poco, tanto el registro de la cantidad de electores potenciales como de votos efectivos que llevaron a Carlos Ortega -burócrata sindical de AD- a proclamarse vencedor en esas elecciones fueron un secreto que ni los ganadores ni sus adversarios en las urnas quisieron revelar públicamente, pues hasta donde hemos podido investigar a duras penas hubo unos 180.000 sufragios en esos comicios. Por cierto que a la banda de gangsters sindicales que encabeza Ortega le interesa ocultar el punto hasta donde se ha devaluado la representatividad del maltrecho aparato sindical, pero encontraron un valioso aliado para ello en el gobierno chavista y sus deslustrados secuaces sindicalistas, quienes a todo pulmón denuncian las triquiñuelas cometidas por los adecos en la elección laboral, pero callando cualquier referencia a que ellos tampoco son capaces hoy día de convocar (ni aún con el oxígeno que les da el Estado) el apoyo cuantitativo que confirme a la actual estructura de la CTV como una referencia organizativa de peso para los trabajadores venezolanos.
Preguntas y Respuestas
Teniendo en cuenta lo expuesto pasemos a analizar la situación actual, para lo cual nuestra guía sobre lo que puede interesar a quien no esté familiarizado con el sindicalismo venezolano de hoy será un cuestionario que remitió el compa Roger, de la FAU-AIT anarcosindicalista de Alemania.
¿La huelga general (que comenzó el 9 de abril) era una verdadera movilización obrera o una maniobra patronal/sindical amarilla con intenciones políticas?
- Esa huelga o "paro indefinido", como púdicamente la denominaron sus promotores, tenía muy poco de movilización obrera auténtica, porque como ya indicamos la CTV carece de fuerza real como para atreverse a un conflicto de tal magnitud. Si lo hizo, fue por contar con: el enorme respaldo del lock-out patronal auspiciado por la principal organización patronal - FEDECAMARAS, que ya estaba impulsando a todo tren la salida golpista-; el casi total apoyo de los grandes medios de difusión en plena histeria antichavista; una amplia porción de los sectores medios enardecidos tanto por la estupidez gubernamental como por el furor de la oposición; los tecnócratas del sector petrolero dispuestos a la pelea para no perder sus extraordinarios privilegios; y -aún cuando ahora se deshagan en protestas de inocencia al respecto- el evidente conocimiento de que estaba a punto la insurgencia militar contra Chávez.
¿Durante la huelga, qué pedía la gente? ¿Reclamaba un cambio político o había consignas en relación con salario, condiciones laborales, etc.?
- En la huelga muy poco se levantaron consignas específicamente laborales; prácticamente todo se reducía a pedir la salida de Chávez. Si en la enorme manifestación opositora del 11-A hubo alguna presencia obrera con consignas propias, esta se perdió en una movilización que ahora sabemos con todo detalle que fue organizada -con masacre final incluida- para dar el conveniente pretexto para derrocar a Chávez.
¿Había movilizaciones obreras antes de la huelga actual y, cuando la había, qué reclamaban los trabajadores?
- El deterioro de la situación en poco más de 3 años de gobierno "bolivariano" generó movilización y descontento laboral; lamentablemente, la debilidad de las organizaciones sindicales y el hecho de que casi todas las que existen estén sometidas a los intereses políticos de la oposición o el gobierno ha restado mucho al potencial impacto de esas movilizaciones como expresión de lucha social consecuente. Por ejemplo, una reivindicación fundamental y urgente de los asalariados como lo es lo relacionado con la seguridad social, sólo ha servido para abundante oratoria demagógica de una u otra cuadrilla de burócratas, mientras la clase obrera ha quedado brutalmente desasistida en este aspecto, sin que se haya visto ninguna lucha significativa en relación a este tema que tan gravemente es sentido por cada trabajador.
¿Qué piensa "la gente" (o mas preciso la clase obrera) del "bolivarianismo"?
- Estando en tal estado de ausencia de organización autónoma, el sentir de la clase obrera se diluye entre las dos impresiones que dominan entre los desposeídos respecto a la pantomima chavista: unos que aún le confieren la condición de esperanza basándose en la confianza mesiánica en las promesas del líder, quienes son la base de esa impresionante movilización popular que fue tan importante en el retorno del Comandante a la Presidencia; otros que no participan de esa ilusión, pero tampoco aceptan la bazofia política que ofrece el antichavismo de derechas que impulsó el golpe de Carmona y compañía.
¿Han aumentado los salarios durante la "era Chavez"? ¿Adonde van los beneficios de la producción petrolera?
- La aplicación de las recetas del FMI que puntualmente ha hecho el gobierno de Chávez ha significado deterioro de los salarios reales y la calidad de vida de la mayoría de las familias venezolanas; diversos indicadores extraídos de las estadísticas oficiales lo demuestran con plena claridad. Quien desee verificar esos datos, puede ver un trabajo al respecto a publicarse en el próximo # 27 de El Libertario, mayo de 2002 . En cuanto a quien se queda entonces con los beneficios que genera el petróleo, ni que decir que es la reducida élite de muchos militares y pocos civiles que rodean a Chávez, tan avorazados en lo suyo que impulsaron a competidores menos afortunados a aventurarse por la riesgosa vía de la conspiración y el cuartelazo para abrirse paso hacia botín tan suculento.
¿El "bolivarianismo" es parecido al Peronismo (dar limosnas a los trabajadores para que la patronal puede acumular en paz)?
- Lo terrible para la clase obrera venezolana es que las limosnas no existen o apenas quedan en lo simbólico. Esta ha sido quizá una de las muestras más fehacientes de la ineptitud característica de este gobierno, que ha resultado totalmente incapaz no sólo de girar, sino al menos detener o aminorar, el empobrecimiento acelerado y la exclusión socioeconómica que afecta a más del 80% de la población. A pesar de su enfrentamiento político con la organización patronal, el gobierno ha sido, mas que silencioso, complaciente ante la embestida de los capitalistas contra los derechos formales de los trabajadores, que en este país ven violentadas hasta sus más elementales conquistas. Para datos más precisos ver el artículo de El Libertario mencionado arriba.
¿Había represión estatal/patronal contra la clase obrera en la "era Chavez". Ya conocemos el articulo de febrero sobre la tensión existente (Se refiere a un texto previo sobre la situación nacional difundido por la CRA y El Libertario); había mas "sucesos"?
- La peor represión contra los trabajadores en estos años ha sido el tremendo deterioro en sus condiciones de vida y la violación de sus derechos ya referida. En cuanto a la persecución contra la actividad sindical, siendo casi siempre inexistente o sumisa ante los intereses del poder autoritario, no se ha hecho necesaria para el Estado y los patronos, salvo en las contadas excepciones que confirman esa desoladora regla de opresión e inacción que hoy domina en el sindicalismo venezolano.
¿La huelga en el sector petrolero se acabó con los sucesos políticos?
-En todo el marco que hemos descrito, no es de extrañar lo ocurrido con la peculiar huelga petrolera que acompañó al paro general, donde gerentes y tecnócratas fungieron de "líderes sindicales", paralizando refinerías, cerrando oleoductos y organizando manifestaciones callejeras; en otras palabras, una huelga conducida por "yuppies" que nada tuvo que ver con la lucha obrera y mucho con ese complot que pretendió sustituir a un autoritario seudo-izquierdista por un autoritario semi-fascista.